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Un cuento para niños: Piratas del petróleo
Ricardo García M.

  • El gabinete federal adopta personalidad de bucanero
  • Pretende otorgar la patente de corso a las transnacionales petroleras
  • Buscan legalizar el saqueo nacional

Érase una vez que Felipe Calderón y su gabinete, en espots promocionales, exhibían el petróleo, riqueza mexicana no renovable, a la codiciosa mirada transnacional. Con ello buscaban subsanar, el desfondado bolsillo de sus súbditos, con el falso orgullo de que tenían en el mar un “tesorito”.
Pero los ciudadanos dijeron entre sí: “…adoptar el disfraz de piratas buscando un tesoro, en momentos en que el país requiere seriedad y certeza, reflexión y decisión técnica y científica, es dudar de sí mismos, lo demuestran con su simple diagnóstico y pobreza de ideas a una cuestión de gran importancia nacional como es lo energético”. Esto se comprobó.
La Secretaria de Energía, Georgina Kessel, emitió una declaración: “La solución a PEMEX puede estar donde se les ocurra…”, con ello comprobaron los ciudadanos que Calderón y sus agrupados no tenían discernimiento para resolver las situaciones graves de su reinito.
Los ciudadanos comenzaron a preocuparse al no ver soluciones.
El petróleo, un recurso natural que la naturaleza dotó a nuestro país, como a Arabia Saudita, Rusia, Venezuela y otras naciones, debe usarse por los próximos 60 años con sustentabilidad y habilidad política de estadista, contrariamente, sin reglas, tendremos marines protegiendo los intereses de alguna de las codiciosas siete hermanas petroleras.
México ocupa el sexto lugar entre los países piratas de mercaderías, récord indigno, sin creatividad. Es enigmático que el gabinete federal adopte subliminalmente, en espots reveladores, personalidad de bucanero.
Para desarrollar tecnología no estamos globalizados, para crear patentes, no nos insertamos en la planetarización, participamos perezosamente, sin ser creativos, ofreciendo nuestros recursos al mejor postor.
Prueba de la privatización paulatina y progresiva de PEMEX es el gris “diagnóstico” y la patente de corso que el gobierno de México pretende dar a los modernos bucaneros de las trasnacionales petroleras para explorar los ricos yacimientos petroleros que hemos dejado de lado por el desdén a incrementar nuestra propia tecnología.
No es nueva esta manera de hacer fortuna, las patentes de corso fueron comunes en los siglos XVI y XVII, las institucionalizaron Francia, Inglaterra y Holanda, dándose a bucaneros para saquear riquezas de las rutas mercantilistas de Nueva España, China e India, en la enésima ola global.
Ahora, Calderón y su gabinete, sin imaginación, con haraganería y pachorra buscan legalizar el saqueo nacional haciendo un negocio insustentable para las futuras generaciones mexicanas, pero ventajoso para los nuevos Morgans y Drakes corsarios del petróleo, quedándose con el botín, sin que produzcamos los mexicanos oficio y técnicas propias.
Un final infeliz de asta narración es dar cabida a los rastreadores del petróleo, piratas sin bandera, llevándose la mayor parte de los recursos para después ser amenazados, como a los países del Medio Oriente, con medidas de invasión, con el pretexto de proteger sus intereses mercantiles y con ello el control invisible, pero cada vez mas totalitario, de los recursos petroleros del mundo.

rigama2000@yahoo.com.mx

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