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En una jugada que tiene los ingredientes de la política de Obama, la FED-Reserva Federal estadounidense, ordenó una baja de la tasa de interés de fondos federales, prácticamente a cero por ciento. De junio 29 de este año, en que la tasa era de 5.25, la disminuyeron históricamente al 0.25%. Se trata de de contrarrestar la recesión, dijeron en los Estados Unidos.
En Brasil, Calderón reconoció, al fin, que la recesión está presente. Criticó el pasmo en que se encuentran los países latinoamericanos, cuando el mundo está al borde de la recesión. Después, en ese discursillo aldeano no propio de un Jefe de Estado, habló de las kermeses que se hacen en su pueblo y en su partido, de las bondades del libre mercado, de lo mal que significan los procesos de nacionalización impulsados por diversos países de la región. No dijo que en su propio país, la recesión no fue aceptada hasta el día de ayer. Los caprichos presidenciales a la orden del día.
Lozano Alarcón llora, implora y dice que es injusto que los salarios mínimos sean de menos del 4%, cuando que los patrones señalaron que ese número era el aceptable y correcto y que más alto sería peligroso.
Después de tantos datos negativos sobre las finanzas mexicanas y su previsible impacto en la economía, se hace ineludible un replanteamiento de los ingresos y egresos, que con atención a la realidad, deben esperarse para 2009, sin caer en extremismos y falsas expectativas de desarrollo, crecimiento, inflación.
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