¿Servidores que se sirven?
Como botón de muestra de la enorme desigualdad salarial que de hecho padecemos en México, es la desmesura en los ingresos que reciben los diputados y senadores cada fin de año o al final de su gestión (ver texto de Miguel Treviño Rábago sobre los “aguinaldos insultantes”).
Comparar esas cantidades con lo que recibe un trabajador de salario mínimo, un maestro, un médico o un científico, es una burla.
Si el artículo 127 Constitucional establece que: recibirán una remuneración adecuada por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión; y no están incluidos en los apartados A y B del artículo 123, ¿cuál es, entonces, el fundamento legal para que las y los representantes de elección popular reciban además de su dieta: prestaciones, aguinaldos y compensaciones de retiro?
Añado: si los diputados locales o de la Unión, o los senadores, son trabajadores, ¿quién es su patrón?; al parecer el pueblo no lo es.
Irma Alma Ochoa
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