En estos momentos de la vida política del estado de Nuevo León, los partidos más fuertes comparten un mismo reto: la selección de su candidato manteniendo la unidad del partido.
No es un problema sencillo, son muchos los aspirantes tanto de uno como del otro partido, y la razón de la división partidista (de la cual ya hay claros indicios tanto en el PRI como en el PAN) es muy entendible por la siguiente razón: todos los precandidatos o aspirantes se mueven en un entorno social inmediato favorable a sus pretensiones políticas, y por tanto todos tienen la convicción de ser la mejor opción de sus respectivos partidos.
El reto en consecuencia es encontrar una fórmula compatible con los estatutos de cada partido, que les permita escoger a los candidatos con mayores posibilidades de triunfo, para lo cual resulta esencial que la referida fórmula (casi mágica) genere un candidato que preserve o incluso fortalezca la unidad del partido.
Es claro que se requiere un candidato con el mayor apoyo entre los electores pero, ¿quiénes son los electores?; nadie sabe con precisión quiénes son. Lo más que sabemos es que son una parte del padrón electoral, que cuando mucho llega al 70%, y en más de las ocasiones apenas supera el 50% del total de posibles electores. En consecuencia, debemos conformarnos con una buena aproximación de esa población de electores y la mejor que podemos tener es la población de personas mayores de 18 años que tengan además su credencial de elector.
En virtud de que sería la Opinión Pública la que dictaría la decisión de quién sería el candidato, la única alternativa adecuada es la aplicación de encuestas.
Requerimos además un candidato del agrado de los simpatizantes del partido, razón por la cual debemos indagar sobre las preferencias de las personas entrevistadas, a efecto de conocer las preferencias respecto de los precandidatos, justo entre aquellas personas que están en disposición de apoyar al partido.
Es importante además indagar sobre el candidato que menos estarían dispuestos a apoyar. A este grupo de personas se les conoce como malquerientes. Es claro que resulta deseable que un candidato tenga el menor número de malquerientes, pero es importante resaltar que los malquerientes que deben preocupar son los que pertenecen al partido o al menos son simpatizantes.
Para lograr la unidad es necesario que los distintos precandidatos tengan plena confianza en las encuestas realizadas, de modo que los que tengan menos posibilidades de ganar, por decisión propia vayan declinando sus candidaturas. Para ello será necesario que las encuestas tengan supervisión directa durante todo el proceso de su realización de representantes de los candidatos que puedan dar fe de la imparcialidad y del apego a los lineamientos metodológicos.
Los criterios anteriores se pueden garantizar siguiendo los siguientes pasos:
- Deberán contratarse a tres empresas encuestadoras, de preferencia de otros estados de la república, en busca de minimizar las eventuales suspicacias de los candidatos.
- Las metodologías que aplique cada empresa encuestadora serán las que ellas apliquen de manera regular.
- Todas las etapas del desarrollo de las encuestas podrán ser supervisadas por un representante de cada candidato, con el objeto de dar certidumbre respecto de que los resultados sean justo los derivados de las entrevistas realizadas.
- Se aplicarían tres encuestas en fechas predeterminadas. Los períodos del trabajo de campo deberán ser los mismos para las tres compañías contratadas.
- Los resultados de las encuestas deberán darse a conocer a la dirigencia partidista en un evento público con acceso a los medios de comunicación.
- Las encuestas deberán contener las siguientes cuestiones, además de las características demográficas de los encuestados:
- Intención de voto por partido para elegir gobernador.
- Quién es el mejor político de Nuevo León.
- Quién es el peor político de Nuevo León.
- Intención de voto ofreciéndoles la lista de aspirantes a la gubernatura.
- Malquerientes. Esto es, aquellos que por algunos candidatos jamás votarían.
- Los resultados de las tres encuestas se promediarían y los márgenes de error al 95% de confianza para las estimaciones se calcularían con base en el tamaño de muestra total.
- El criterio fundamental para ordenar del más recomendable al menos recomendable de los candidatos, deberá ser la intención de voto entre las personas que tengan la intención de votar por el partido.
- En caso de empate técnico deberán usarse los siguientes criterios de desempate:
- La intención de voto global. Esto es, considerando a todos los entrevistados independientemente de sus preferencias partidistas.
- El Índice de Deterioro en el Propio Partido. Esto es, el porcentaje de personas que estando dispuestas a votar por el partido, consideran al candidato en cuestión como el Peor Político de Nuevo León.
- El Índice de Penetración en el Partido Contrario. Esto es, el porcentaje de personas que estando dispuestos a votar por el partido contrario, consideran al candidato en cuestión como el Mejor Político de Nuevo León.
- Después de conocer los resultados de la primera encuesta, se dará la oportunidad a los candidatos que lo deseen de retirarse de la contienda.
- Se aplicaría la segunda encuesta con los aspirantes que persistan en su intención de ser el candidato del partido.
- Después de presentar públicamente los resultados de la segunda encuesta, de nueva cuenta se actualizaría la lista de aspirantes a la candidatura.
- Finalmente llegaríamos a la tercera y definitiva encuesta. Después de presentarse públicamente los resultados de cada encuesta y de los promedios y los márgenes de error al 95 % de confianza de las distintas estimaciones, se definiría como el candidato triunfador al que reúna la condición de tener el mayor apoyo entre los simpatizantes de su partido, esto es, entre los que expresaron su intención de votar por el partido de los candidatos.
- En caso de empate técnico, los criterios de desempate serán los mismos del punto 9. Esto es:
- En caso de haber empate técnico el candidato en el indicador del punto anterior, sería el que más apoyo tenga en la población general.
- Si también en el inciso anterior hay empate técnico, sería el que tenga el menor Índice de Deterioro en el Propio Partido.
- Si persiste el empate técnico sería el que tenga el mayor Índice de Penetración en el Partido Contrario.
- En caso de que el empate técnico se presente en todos los indicadores anteriores, sería el que tenga la estimación puntual más alta de apoyo entre los simpatizantes del partido.
Una vez definido por este procedimiento el candidato más adecuado para la contienda en el momento y circunstancias políticas de este proceso electoral, podrían cubrirse las formalidades de la selección oficial de candidatos, de acuerdo a lo que los estatutos correspondientes tengan contemplado.
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