HABIA UNA VEZ
Diputados federales contra Egidio
Everardo Hernández Medrano
Matamoros, Tamaulipas.- Todos sabemos que desde siempre los diputados federales de Tamaulipas y otras entidades, aparte de su dieta y prebendas en la Cámara de Diputados, recibían un “bono mensual” de parte del gobierno estatal como “compensación” por sus esfuerzos para gestionar más recursos en favor de la entidad, además de un jugoso aguinaldo cada fin de año.
No obstante, al inicio de este sexenio, los ocho diputados federales se encontraron con la novedad de que, por esta vez, por insuficiencia de fondos, no habría bono mensual y eso desató una animadversión y descortesías para el mandatario estatal que han persistido durante estos diez meses de este accidentado sexenio.
Hubo sutiles reclamos, pero nada, la respuesta siempre fue que no había recursos porque el anterior, Eugenio, se había robado el futuro presupuesto, hipotecando el dos por ciento del impuesto sobre nóminas por 15 años, además de cuantiosas deudas de corto plazo, dejando a la entidad en la indigencia financiera.
Los mal pensados diputados, incluso llegaron a insinuar que sus nombres sí estaban en las nóminas estatales y que algún “vivo” se estaba quedando con ese dinero, como sucede algunas veces.
Pero las costumbres son las costumbres y los fatigados y sentidos legisladores federales siguen insistiendo en que se les compense, amagando con omitir realizar gestiones para que lleguen mayores recursos a la entidad, especialmente ahora en la discusión del presupuesto para el año próximo, aunque de manera global, se incrementó el presupuesto para todas las entidades federativas, para que tengan recursos para el proceso electoral, no para obras, que quede claro.
Tradicionalmente los legisladores federales eran la punta de lanza de los gobernadores en sus gestiones ante las instancias federales y las voces que salían a defenderlo cuando era atacado por los opositores; pero todo eso cambió, ahora hay un visible distanciamiento entre Egidio y los legisladores federales, que nunca han salido a defenderlo cuando hay conflictos con el gobierno federal.
Incluso se menciona que desde algunas oficinas del gobierno estatal salen ataques mediáticos contra aquellos legisladores federales que siguen siendo fieles al impresentable Eugenio Hernández, como es el caso de Baltazar Hinojosa y el de Edgardo Melhem, porque aunque en política no hay lealtades, la verdad es que ellos le deben el cargo a Eugenio y nada a Egidio, al que ni siquiera conocían antes de aquel fatídico junio del 2010.
El conflicto de los legisladores federales se agudizó por la impericia y arrogancia de los operadores políticos del mandatario que contagiados de la “abominación del pasado” no supieron limar asperezas y conciliar intereses; aunque no hubiera dinero para sobornarlos, sí por lo menos apapachos, para bajarles el enojo y ponerlos a trabajar por los tamaulipecos con alguna promesa piadosa.
Ahora, es muy probable que tampoco les den su aguinaldo, que en anteriores sexenios era superior al millón de pesos, pero ni modo, así son las cosas, no siempre es lo mismo, pero a decir verdad, las finanzas estatales no tienen forma de incluir un gasto de 800 mil pesos mensuales para becar a los legisladores del PRI, aunque a los del PAN sí hay que becarlos por comodidad, como es el caso del senador Sacramento.
Tal vez por eso, en el Altar de Muertos que se instaló en la Cámara de Diputados, algún guasón del PT o PANAL colocó una calavera de azúcar con un letrerito que dice: “A la memoria de los bonos y aguinaldos estatales de los compañeros de Tamaulipas”, calaverita que fue retirada por manos piadosas el pasado martes.
En Ciudad Victoria circulan rumores de que el gobierno estatal anda buscando a alguien con capacidad y avezado en cabildeos para suavizar las tensiones y convencer a los legisladores federales para que asistan a lo que será el primer informe del gobernador, porque se vería muy mal otro desaire como el del CEN del PRI.
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