Suscribete

 
2245 2 Diciembre 2016

 



Nostalgia del barrio fantasma
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Trate, amigo lector, de caminar en la noche por la calle Carlos Salazar, Arteaga o Miguel Nieto, de Monterrey. Sin duda lo deprimirá el paisaje: predios abandonados, desolación, peligro inminente de asalto. Eso sí: advertirá pocos comercios abiertos en esa zona. Ni se diga toparse con un buen restaurante, bar o antro para jóvenes.

Hace un par de años, el Barrio Antiguo de Monterrey era también pueblo fantasma. Predios en ruinas, feos locales en renta, abandono, derrumbe y desolación. Y claro: el peligro inminente de ser asaltado a cualquier hora. Los alrededores ocupados por el crimen organizado.

Ahora, algunos vecinos del Barrio Antiguo, al ver que su zona se gentrificó (es decir, retomó vida y parte de su antiguo esplendor con nuevos comercios, bares y restaurantes), alegan que vivían mejor con el crimen organizado. Dicen que, en ruinas, abandonado y en peligro constante, pero el Barrio Antiguo era suyo, como viejos propietarios.

En realidad el Barrio Antiguo es de los regiomontanos. De todos, sin excepción, incluyendo los dueños de cafés, restaurantes, peñas y bares que no viven ahí, pero que igual les conviene que las calles, la iluminación y la seguridad de ese sector se mejore y fructifique.

Aquí no cabe la nostalgia por aquellos días cuando el Barrio Antiguo vivía en permanente Estado de Sitio. Curioso que el recuerdo del miedo general se borre tan pronto. Y que algunos de los pocos moradores del Barrio Antiguo prefieran el hedor a muerte y decadencia que el olor a vida y vitalidad urbana.

 

 

15diario.com