HEMEROTECAS

¿Quién apuesta un cartón?
Julio César Méndez

Aclarando que hasta ahora sólo he apostado cuando salen candidatos a la alcaldía de Santa Catarina por un partido marginal, y a pesar de que las encuestas les dan menos de cinco por ciento de intención de voto, ellos se aceleran, pierden piso y pregonan a los cuatro vientos que van a ganar, lo cual me enerva (por no decir otra palabra que describe mejor mi coraje) y me hace apostar.
Mi razonamiento ha sido que nadie, por un partido marginal en Santa Catarina, por mejor candidato que sea, mientras se mantengan las actuales condiciones, le puede ganar al candidato del PRI o del PAN (y con los cambios que hubo en el 2006 ni al del Panal).
Es que esos candidatos de partidos marginales van y visitan a miles de personas y casi todos les dicen que están con él, que cuente con su voto, que ahora sí hay un buen candidato como él y que va a ganar. Y el candidato ya convertido para entonces en candidote, se cree. Si todos le dicen que va muy bien, que no se crea de las encuestas de la prensa, que están amañadas, se cree.
Algunos de los que le aseguran que van a votar por él a veces tienen sinceramente la intención de hacerlo, sólo que a la hora de votar razonan más o menos así: este candidato puede ser el mejor, pero no tiene posibilidades de ganar. Si voto por él, se pierde mi voto y pierdo la oportunidad de influir realmente en la elección votando por el que sí puede ganar. Algunos además piensan: por ningún motivo quiero que gane o vuelva a ganar (el PRI o el PAN) y el único que le puede ganar es el candidato del (PAN o PRI), el cual no me gusta como candidato, pero es el que le puede ganar al que no quiero que gane. Y entonces se olvidan de votar por el candidato del partido marginal, quien así queda más marginal todavía. Eso es lo que yo creo según lo que he observado y si usted lector piensa diferente, bienvenida su opinión.
Total que he perdido un cartón y ganado dos, y me he ahorrado tener que pagar el espacio en El Santacatarinense, y me arrepiento de no haberle tomado la palabra a un vecino de La Fama, Francisco Sepúlveda, conocido como Paquín o Canito, quien en octubre de 1997, cuando tomó posesión como gobernador Fernando Canales, nos retaba: apuesto a que el rector de la UANL, Reyes Tamez, cae para enero o febrero del 98, a más tardar. Varias veces nos lo dijo pero nadie le aceptó la apuesta. Canito se basaba en que menos de dos años antes había entrado como Gobernador sustituto El Benjas, y lo primero que hizo fue escabecharse al entonces rector Manuel Silos, a quien hasta a la cárcel fue a dar. Lo que Paquín no tomó en cuenta fue que aquí había un rencor personal del Benjas contra Silos, porque éste no le quiso vender unos terrenos de la UNI para que el Benjas ampliara una fábrica, y no sólo eso, sino que ahí Silos mandó construir la Escuela Álvaro Obregón, impidiendo con ello que un rector posterior le vendiera esos terrenos al Benjas.
Con el antecedente del pleito Benjas-Silos, Paquín pensó que era automático que entrando Canales quitara al rector de la UANL, que él no había puesto ni auspiciado, que para entonces era Reyes Tamez, quien no sólo no cayó durante más de dos años de la gubernatura de Canales, sino que cuando cayó, cayó hacia arriba, pues se fue de Secretario de Educación con Fox, y diez años después de que Paquín predijo que iba a caer sigue en el candelero.
¿Qué tal si le hubiera apostado a Canito un cartón por cada año que Reyes Tamez siguiera vivo políticamente?

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