La LC23S reivindicó la revolución socialista para construir un México más justo, libre y democrático. Formada principalmente por jóvenes, la LC23S se conformó como organización armada porque el gobierno cerró las vías para los cambios pacíficos para la transformación social. El 68 y el 71 fueron verdaderas masacres y crímenes de lesa humanidad, fueron los actos sanguinarios de un régimen político y económico caduco y en crisis que aceleraron la conformación de la LC23S, pero la historia de México después de la Revolución de 1910-17 ha sido la historia de un régimen corrupto, antidemocrático y al servicio de los grandes capitalistas de dentro y fuera del país. La Liga levantó la bandera del comunismo porque se declaró anticapitalista y antiimperialista, para luchar por crear una nueva sociedad sin explotados ni explotadores, una sociedad verdaderamente democrática y libre. El México de fines de la década de los 60 ́s era un país capitalista dependiente, con enorme desigualdad social y pobreza y con un régimen político represivo, que ante las justas luchas del pueblo respondía con represiones y masacras, escudándose en una verborrea pseudorevolucionaria. No existían elecciones libres, el gobierno priista las controlaba, las elecciones eran una farsa con partidos paleros, los partidos socialistas estaban impedidos de participar y vivían en la ilegalidad.
Al conformarse, la Liga identificó a la oligarquía financiera como el principal obstáculo al progreso de México, porque representaba, y lo sigue haciendo, al capital monopolista que oprime a los trabajadores del campo y la ciudad y desplaza y arruina a los pequeños y medianos productores. Hace 50 años México era ya un país dominado por los monopolios capitalistas y la Liga Comunista, al definirlo de ese modo, extraía la conclusión de que el socialismo era necesario y obra de los mismos trabajadores.
La LC23S no puede entenderse sin el papel desempeñado por Ignacio Salas Obregón (a) “Vicente” y luego “Oseas”, sus nombres de lucha en la clandestinidad.
Conocí a Nacho Salas en el Movimiento Estudiantil Profesional (MEP), una organización de jóvenes católicos, cuando él era su presidente nacional. Asistí con él a muchos encuentros y seminarios del MEP en varias ciudades del país; me apoyó cuando me tocó acudir a encuentros de jóvenes cristianos del área de México y Centroamérica; lo acompañé cuando hacia labor política, social y popular en Nezahualcóyotl, Estado de México, y sobre todo durante 1972, cuando pasa a la clandestinidad después de los asaltos bancarios de enero en Monterrey; fui el contacto de nuestro grupo de Monterrey con él y posteriormente participamos en la fundación de la Liga Comunista en Guadalajara.
Nacho Salas se involucra en la lucha social, como muchos jóvenes estudiantes de la época, con el movimiento del ́68. Siendo estudiante de ingeniería en el Tecnológico de Monterrey, participa en las marchas de solidaridad y en contra de la represión militar; fue partícipe activo de la organización de la primera e insólita marcha de estudiantes del Tec de Monterrey y de la Universidad de Nuevo León; además de que le toca afrontar la expulsión de los jesuitas del Tec de Monterrey.
Nacho, junto con otros estudiantes del Tec y de la UdeNL, era miembro del Movimiento Estudiantil Profesional (MEP) y ocupó la presidencia. El MEP pertenecía al Movimiento Internacional de Estudiantes Católicos y a la Juventud Estudiantil Católica Internacional, MIEC-JECI, cuyo Secretariado estaba en Uruguay (y luego en Perú). El ejercer la presidencia del MEP significó para Nacho dejar de estudiar en el Tec, para dedicarse de tiempo completo para su nueva labor. Ya en 1968 el MIEC-JECI, en su sede latinoamericana, difunde las primeros documentos de la Teología de la Liberación, elaborado por uno de sus asesores, el sacerdote Gustavo Gutiérrez, su creador. Básicamente, la Teología de la Liberación se preguntaba: ¿hay relación entre la liberación económica, política, social y cultural de nuestros pueblos, con la liberación que plantea el mensaje cristiano?
El MEP intenta ejercer una militancia nueva del ser cristiano; no se puede ser cristiano sin luchar por la liberación integral de nuestros pueblos oprimidos y explotados. Esto llevaba a sumarse con todos los que luchaban por liberarse de la explotación y de la opresión. De ahí que estos jóvenes cristianos revolucionarios se sumaron a las luchas estudiantiles, obreras, campesinas y populares y se aliaron en la acción con militantes de otras organizaciones de izquierda y algunos avanzaron a asumirse como marxistas, como Nacho Salas y su grupo. La transformación-liberación de la sociedad implicaba estudiarla con un método científico, el método marxista. En varios países de América Latina, grupos de cristianos se involucran en las luchas revolucionarias, militando en organizaciones armadas, como en Colombia, Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Uruguay.
Nacho Salas deja la presidencia del MEP y se compromete aún más en la lucha social, se dedica a hacer trabajo obrero y popular en Ciudad Nezahualcóyotl junto con otros compañeros y sacerdotes jesuitas y al mismo tiempo mantenía comunicación y vínculos con integrantes del MEP y de la Juventud Obrera Católica (JOC) de varias ciudades.
En el trabajo político Nacho entabla contacto con Raúl Ramos Zavala, miembro de la Juventud Comunista y dirigente del grupo de los Procesos y comienzan a realizar labor conjunta. Posteriormente Nacho y su grupo se integran a los Procesos. Estando en la ciudad de México, Nacho y Raúl están pendientes y en contacto directo con el curso de la huelga de la Universidad de Nuevo León, en su lucha por la autonomía; y el 10 de junio de 1971 participan activamente en la marcha de apoyo a los universitarios de Nuevo León, la cual es reprimida brutalmente por “los halcones”, grupo paramilitar del Estado.
A raíz de la represión del 10 de junio de 1971, el grupo de los Procesos analiza la nueva situación y reafirma el compromiso de prepararse para seguir la lucha revolucionaria.
El grupo de los Procesos, con otras organizaciones, prepara tres asaltos bancarios: dos en Monterrey y uno en Chihuahua, en enero de 1972, para obtener fondos para la organización de la lucha; pero estos fracasan, con muertos, heridos y detenidos. Raúl, Nacho Salas y otros compañeros, logran escapar de Monterrey con el apoyo de otros militantes, y pasan a la clandestinidad. En febrero de 1972 cae Raúl asesinado por la policía en un enfrentamiento en la Ciudad de México, y el grupo de los Procesos entra en una nueva fase de reorganización, conducida principalmente por Nacho Salas. Es el “invierno trágico”, donde caen Raúl, Genaro Vásquez y Diego Lucero. Pese a las pérdidas y tener que vivir en la clandestinidad por la persecución de que era objeto, Nacho, junto con otros compañeros, prosigue en su lucha por reconstruir a los Procesos y por avanzar en crear una organización superior.
De febrero de 1972 a marzo de 1973, Nacho Salas elabora los documentos que serán la base para la línea política de la LC23S, titulados “Madera viejos” y, al mismo tiempo, se establecen relaciones con diversas organizaciones revolucionarias, como el Movimiento MAR-23 de Septiembre, los Lacandones, los Guajiros, el FER, la FEUS, los Macías, para conformar a la nueva organización y dar pasos firmes para acabar con la dispersión de los revolucionarios que se plantean construir el socialismo en México. Así, Nacho Salas y el grupo de los Procesos continúan la obra iniciada por Raúl Ramos Zavala. A iniciativa de Nacho Salas, el 15 de marzo de 1973 se reúnen en Guadalajara, durante una semana, un pequeño grupo de 13 compañeros, quienes fundan la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Al nacer la Liga define su línea programática, táctica y organizativa sobre la base del marxismo, y Nacho Salas plasma esta línea en el documento Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario en México, llamado también Manifiesto al Proletariado, el cual retoma las ideas de los “Maderas viejos”, discutidos durante todo el año anterior y principios del ́73. La Liga Comunista toma este nombre en honor a la organización en la que Marx y Engels militaron cuando editaron el Manifiesto Comunista en 1848; y 23 de Septiembre, para honrar el asalto al cuartel Madera, en Chihuahua, por parte del grupo guerrillero de Arturo Gámiz, en 1965.
La Liga se conformó como una organización clandestina, armada y nacional; se propuso crear un Partido Revolucionario y un ejército del pueblo; nunca se planteó suplantar al pueblo. Las represiones a todas la luchas del pueblo (médicos, maestros, mineros, ferrocarrileros, copreros, campesinos, estudiantes) que terminaron en masacres, cerraban la vía pacífica y democrática para la transformación social. Crear una gran organización revolucionaria nacional era el gran reto de la LC23S para enfrentar al estado burgués, como aparato de poder de la clase capitalista. A pesar de sus debilidades, la Liga se conformó como la principal organización armada del país, con presencia en diversas ciudades y regiones.
Pero tamaña pretensión era una afrenta para el Estado comandado por Luis Echevarría Álvarez, quien desata la más vil y cobarde cacería contra los militantes de esta aqgrupación, contra sus familiares y gente inocente, así como también contra otras organizaciones democráticas y revolucionarias. Es la vil guerra sucia del Estado burgués contra las organizaciones del pueblo, bajo la calumnia de que la Liga era terrorista y con “intereses oscuros e inconfesables”.
Cientos de muertos, presos, heridos, masacrados, torturados, acosados, violentados, perseguidos y desaparecidos es el saldo sangriento de esa guerra sucia, en donde participaron policías, militares, funcionarios y aparatos de espionaje y represión del Estado y de los grandes grupos empresariales, así como la prensa vendida y corrupta.
Ignacio Salas Obregón pasa a ser uno de los objetivos del aparato represivo del Estado, para así intentar desarticular a la Liga. El 25 de abril de 1974 fue detenido y herido en un enfrentamiento en Tlanepantla, Estado de México; posteriormente rindió declaración y fue llevado al Campo Militar Número 1, según consta en documentos del Archivo General de la Nación. Aparecen además fotografías como detenido y herido; algunos compañeros presos fueron llevados a identificarlo y sin embargo fue torturado y desaparecido a la edad de 25 años y 8 meses. Total inmunidad y una gran injusticia es cometida por el régimen. Corrieron rumores de que fue arrojado al mar en los aviones militares de la muerte, junto con otros camaradas. Justicia y verdad sigue siendo el reclamo para Nacho Salas y para todos los desaparecidos, torturados y asesinados, como Ignacio Olivares Torres y Jesús Piedra Ibarra. La más grave violación de los derechos humanos fue perpetuada por los cuerpos represivos durante la guerra sucia contra luchadores sociales del campo y la ciudad.
Sin embargo, la obra de Ignacio Salas Obregón y de cientos de compañeras y compañeros que fue la creación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, cuestión que no podrá nunca ser acallada ni olvidada. La Liga fue una organización de comunistas mexicanos, jóvenes la gran mayoría de ellos, que se alzaron contra un régimen capitalista injusto, represivo, antidemocrático y autoritario; se levantaron para decir ¡ya basta! No temieron perder la vida y entregar su sangre por una causa justa. La LC23S, con sus mártires y héroes anónimos, forma parte de la histórica lucha de nuestro pueblo por su liberación.
La LC23S es la organización revolucionaria armada que más ha sido atacada, vilipendiada y caricaturizada. Ciertos críticos la acusaban de poseer un discurso mesiánico y apocalíptico, porque su principal dirigente provenía de los cristianos revolucionarios y porque adoptó un nombre bíblico, como si la mayoría de los nombres o alias no fuesen de ese origen. A esos críticos se les olvida que la Liga fue una más de las innumerables organizaciones armadas que surgieron antes y después del ́68 y del ́71. Voces que se decían de izquierda la atacaron de terrorista, como lo hacía el gobierno; y lo peor, llegaron a decir: “LEA o el fascismo”, para justificar alianzas inmorales con el gobierno burgués asesino. La LC23S tuvo errores, pero por sus acciones el gobierno priista se vio obligado a impulsar una reforma política, permitir la legalización del Partido Comunista y reconocer a medias la violación de los derechos humanos. La Liga contribuyó a la lucha por la democratización del país, al abrir reformas político-electorales, por el respeto al voto y combatir al autoritarismo. Quien ejerció el terror, la tortura y el asesinato, quien efectuó las masacres contra todo aquel que luchara por los derechos del pueblo, fue el Estado. La LC23S se propuso combatir a ese Estado represor, para que en México hubiera justicia, libertad, democracia y soberanía. Cuando surge la Liga, a principios de la década de los 70 ́s, el régimen económico, político y social estaba ya en franca crisis, y el descubrimiento de yacimientos de petróleo con López Portillo le dieron vida artificial por pocos años, con el señuelo de “administrar la abundancia”; pero en 1981-82 estalla la crisis de un modelo capitalista y comienza la larga noche del neoliberalismo, otro modelo capitalista, que hoy perdura porque el capital financiero domina en México. La lucha por el socialismo es más vigente que antes.
Si se quiere encontrar cuál fue la causa principal del surgimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la respuesta es: fue por una causa moral, fue por la dignidad y la vida humana, por impedir que se les pisotee de manera impune y sin consecuencias. Para la Liga la emancipación de los trabajadores solo es obra de los mismos trabajadores y paso necesario para la liberación integral del ser humano. La derecha, los reaccionarios y los defensores del capitalismo difaman al socialismo, lo calumnian afirmando que con dicho sistema se acabarían las libertades; la verdad es todo lo contrario: con el socialismo habrá mayores libertades y justicia social, porque se acabaría con todo tipo de explotación y opresión de una clase sobre otra.