Monterrey.- Un nanocuento es una historia comprimida, pero no incompleta. Su mérito es no rebasar los límites de la frescura y la naturalidad. Hay historias cuya frescura caduca si se les estira demasiado. Asimismo, la naturalidad se pierde si se elabora en exceso.
Muchos textos naufragan por el afán de alargarlos. Algunos autores creen que una historia debe ser necesariamente extensa.
En 501 nanocuentos para hormigas*, Luis Eduardo García ejerce con precisión su oficio de nanocuentista.
Y es que un nanocuento es una historia de un renglón o menos. Esa es su medida exacta. Todo un reto para los que construyen avalanchas de palabras. El problema de tales vorágines verbales es que a veces no dicen nada. No hay una historia creciendo dignamente en tal espesura de sonidos y significados.
Luis Eduardo García (Río Bravo, Tamps., 1963) es tan hábil que en vez de hacer un nanocuento, hizo 501, para solaz y esparcimiento de su espíritu creativo y productivo.
¿De qué trata un nanocuento? Todo cabe, sabiéndolo acomodar: ciencia ficción, historia, tiempo, tecnología, mundo, universo, vida, naturaleza, religión, poder, humor, terror y más, todo aderezado con mucha creatividad y suficiente sarcasmo: “173. Entré al Laberinto de Existencias. Creo que me perdí. ¿Estuve en la primaria con Gandhi?”, “284. Quise ser poeta y no logré esa intuición de lo etéreo. Sufrí. Pero ahora quiero ser publicista”, “335. La cárcel cerraría después de que el último saliera. Pero seguían naciendo prisioneros”.
Un error frecuente de los nanolectores es que confunden este minigénero con el chiste y si no los divierte, lo menosprecian. Pero el nanocuento va más allá de la diversión momentánea, su objetivo es crear un pequeño universo con todos sus parámetros verosímiles y para nada efímeros: “358. Las estrellas, lucen colgadas en una gran pared negra. Un día las apagaré y caerá la noche”, “362. Estuvo en una prisión china por años. Salió y no vio a ningún chino. Abandonaron la tierra”, “397. Nacemos. Trabajamos. Hijos. Nacen. Trabajan. Hijos. Nacen… ¡Que alguien nos detenga!”
*Luis Eduardo García. 501 nanocuentos para hormigas. 2a, ed, Monterrey, N.L., Edit. Enjambre, 2020. 94 pp.