A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme
absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes,
convergentes y paralelos.
Jorge Luis Borges
El Jardín de Senderos que se Bifurcan
Monterrey.- Partícula es una porción de materia cuya posición y velocidad se localizan en una región determinada del espacio. Por ejemplo, la trayectoria de un balón de futbol así como su velocidad.
Una onda, en cambio, no está localizada en una región determinada del espacio. Las ondas se originan por la perturbación de un medio. Este medio puede ser mecánico, como el aire donde se producen las ondas de sonido. En otras ocasiones el medio que oscila es un campo electromagnético, así se originan las ondas electromagnéticas como las de la luz.
La física clásica, hasta finales del siglo XIX, ya había establecido los modelos matemáticos para medir la posición y la velocidad de las partículas y todo tipo de cuerpos materiales macroscópicos como piedras, balas, personas, vehículos, hasta planetas, satélites y estrellas.
También ya se habían determinado los modelos matemáticos que representan un movimiento ondulatorio. Las leyes de Newton, las leyes de la Termodinámica y las leyes de Maxwell habían generado las condiciones teóricas para el avance de la tecnología. Las ciudades se iluminaron, las comunicaciones se intensificaron y los medios de transporte se modernizaron al no depender del viento o de la tracción animal.
Sin embargo, cuando se pensaba que todo era conocido y determinado, surge la Mecánica Cuántica a principios del siglo XX. Esta importante teoría pronto se desarrolló aceleradamente revelándonos un mundo subatómico muy diferente al mundo macroscópico al que estamos acostumbrados. Planck, Einstein, De Broglie, Heisenberg y Schrödinger, Dirac, Feynman, Higgs, Hawking, Everett, entre muchos físicos más, estudiaron las características de esta realidad tan diferente a la que describían Galileo, Newton, Carnot, Hertz y Maxwell.
Las partículas subatómicas se rigen por la mecánica cuántica. Sin embargo, la naturaleza corpuscular de un electrón a veces se esconde y se presenta como una onda. Los experimentos hechos con electrones arrojan resultados sorprendentes: cuando se les observan, los electrones se comportan como partículas, es decir se les localiza en una región del espacio; sin embargo, cuando no se les observa, su naturaleza es ondulatoria, esto significa que poseen características diferentes como interferencia, superposición de estados, frecuencia, y su posible localización solo se puede establecer probabilísticamente mediante la función de onda de Schrödinger. Esto nos revela hechos sorprendentes: antes de ser observado, el electrón se comporta como una onda y por lo tanto no se localiza en ningún punto, de hecho está en todos los estados al mismo tiempo. En cambio, cuando el electrón, o cualquier otra partícula subatómica se observa, colapsa, es decir, se presenta en uno de los múltiples estados.
Ante los resultados sorprendentes de la Mecánica Cuántica, Howard Wiseman, de la Universidad de Griffith, en Australia; el norteamericano, Premio Nobel de Física Richard Feynman; el físico egresado de Princeton Hugh Everett y muchos físicos de gran prestigio conjeturaron que no existe una única realidad, sino que las realidades son múltiples. Existen múltiples universos paralelos y el que nosotros habitamos es uno de ellos en donde nuestra realidad colapsó, en el que las partículas se manifestaron.
La revolución de la física iniciada por Alberto Einstein y Max Planck a principios del siglo XX aún no termina, y los resultados experimentales muestran una realidad del universo que había permanecido oculta. Esta realidad, tanto en los laboratorios aceleradores de partículas como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), así como en los observatorios como el LIGO[iv], es cada vez más emocionante.