Monterrey.- Les cuento. Ayer fui muy temprano al laboratorio de la clínica de maestros a realizarme exámenes de sangre. Desde que estalló el coronabicho, no había querido ir por miedo. Temía regresar a ese –perdón– cochinero, porque la crisis financiera del SNTE, Sección 50 de los últimos años, había deteriorado mucho los servicios médicos. Siempre encontraba hacinamiento, malos tratos, desabasto, protocolos sanitarios deficientes, ruido espantoso, pacientes necios y muy poco empáticos.
Ahora noté muchísima mejoría. El sitio estaba casi vacío, sólo los enfermeros necesarios, el personal administrativo pertinente y tres usuarios ocupábamos las áreas de urgencias y laboratorio. Las medidas sanitarias eran las óptimas. Todo mundo con cubreboca, respetando la distancia, gel por todas partes.
El servicio de toma de sangre fue amable, expedito, cuidadoso. Los pacientes que iban llegando cuando yo salía no eran demasiados. Nada que ver con aquellas hordas de familias completas que acudían como si se tratara de día de campo.
En la farmacia había una fila larga, a la intemperie, pero la gente respetaba las indicaciones, sin aglomeraciones. Surtí el 90% de mi receta. Los médicos especialistas no ven directamente a los enfermos crónicos, sólo envían la receta vía electrónica. Definitivamente hallé otra cosa.
Subí a mi vehículo. Me puse a llorar y pensar. Para alguien como yo, con una co-morbilidad de alto riesgo, que jamás había sido escuchado cuando señalaba las deficiencias de atención y de cumplimiento de las medidas sanitarias universales, que por décadas padecí desabasto, discriminación y malos tratos casi hasta llegar a los golpes...uh, vaya que ahora encontré felices diferencias, después de varios meses de crisis Covid-19.
No seré un patán como para agradecer la irrupción de un virus que ha cobrado la vida de más de 50 mil mexicanos y que ha traído desempleo y angustia a tantas familias para al fin observar estos cambios necesarios, saludables.
Solo creo y espero que todas las mejorías en los servicios de todos los sistemas de Salud públicos de México hayan llegado para quedarse. Gracias por su atención.