Monterrey.- Hacia las 9 de la mañana las casillas de mi sección abrieron sus puertas a las y los electores para que empezaran a emitir sus votos. La legislación nacional actual exige que las y los ciudadanos sorteados, nombrados y capacitados como funcionarios de casilla lleguen al lugar designado a las 7 y media de la mañana y que en media hora más, a las 8 en punto (idealmente), empiecen a recibir los votos de la ciudadanía.
En términos jurídicos estrictos y formales la Instalación de la Mesa Directiva de Casilla (MDC) se refiere al momento en que las y los ciudadanos designados como funcionarios se reúnen y revisan mutuamente sus respectivos nombramientos, certificando y validando así su conformación y el inicio de sus actividades como órgano crucial de la Jornada Electoral.
Antes que empiecen a abrir los paquetes de material y documentación electoral, a contar las boletas provistas según la Lista Nominal, a armar las urnas y las mamparas, a acomodar el mobiliario del espacio designado y demás actividades, los funcionarios de casilla primero deben completar su número mínimo de integrantes para que puedan realizar todo eso y todo lo demás que deben hacer durante el día de las votaciones.
El pasado domingo seis de junio el INE reportó que a las 12 del mediodía se habían instalado adecuadamente el 81.3% de las casillas programadas y que, de todo el país, solo 14 casillas no se instalarían. Muchas situaciones pueden incidir en el retraso de la instalación de las MDC; que no lleguen los ciudadanos previamente nombrados y capacitados, que el espacio designado presente alguna condición imprevista que imposibilite su uso, que algún grupo social inconforme impida el uso del espacio, y muchos más supuestos y etcéteras.
Además, no olvidemos que estos protocolos legales (estrictos y formalistas) de integración de las MDC y todas sus previsiones para garantizar un “juego limpio” durante todo el día de las votaciones, no impiden totalmente el riesgo de que, en caso de no completarse su número de integrantes, se tomen personas de la fila de electores, quienes –por si fuera poco– pudieran formar parte de alguna estrategia partidista soterrada de ‘infiltrar’ las labores de la casilla para sesgarlas a su favor.
Ahora bien, sirva este prolongado preámbulo para hacer eco de las críticas y quejas de quienes ya se han desempeñado como integrantes de las MDC en esta elección y en elecciones pasadas, y a razón del alto porcentaje de recuentos para la reciente elección federal de diputados (59% a nivel nacional) también sirva para retomar la inquietud de un miembro del servicio profesional electoral quien –dada esa repetición del conteo físico de votos– se pregunta si el Modelo de funcionamiento de Casilla ya se agotó o si las Capacitaciones de los funcionarios fallaron de forma generalizada. Críticas, quejas y cuestionamientos que apuntan más al desgaste del modelo mismo.
Y para la revisión del actual modelo de funcionamiento de casilla no nos detengamos tanto en el hecho de que al inicio de la Jornada, y como parte de los preparativos para poder abrir la votación a los electores, las y los funcionarios primero deben verificar que en su casilla hayan recibido (máximo) sus respectivas 750 boletas por elección (p.e. cuatro para el caso de Nuevo León), contando boleta por boleta, una por una. Con la posibilidad, inclusive, de que si algún Representante de Partido Político o Representante de Candidatura Independiente quisiera firmar o sellar las boletas por la parte de atrás, eso retrasaría aún más el inicio de las votaciones pero idealmente sumaría en dotar de mayor certeza de transparencia a ¿los partidos-candidatos o a la ciudadanía?
Y si esto último se llevara a cabo obligatoriamente en absolutamente todas y cada una de las casillas del país –lo cual parece que, a opcional contentillo, casi ningún representante hace–, ello generaría aún más desesperación y descontento de los electores, quienes desde muy temprano se forman en la fila para ser de los primeros en votar.
Para no ‘hacer tan cansada’ esta revisión del modelo de funcionamiento casilla, mejor detengámonos, solo un ratito, en señalar que una vez cerrada las votaciones (no antes de las 6 de la tarde) algunos funcionarios de casilla, si no es que todos, pudieron usar una Plantilla para ayudarse a clasificar y contar los votos recibidos. El cual se mostró como un implemento muy ingenioso y útil para solventar tan importantísima etapa de las votaciones. Pero el cual, por sí mismo, ya manifiesta un esfuerzo extremo por tratar de “simplificar” la amplia complejidad de todos los elementos, pasos y procedimientos que las y los ciudadanos funcionarios de casilla deben considerar, seguir y cumplir durante toda la Jornada Electoral.
Cuando vi que las y los funcionarios extendieron la Plantilla en el piso, sentándose y arrodillándose en su derredor para separar, ordenar y apilar los votos, recordé la imagen del juego Twister: la ciudadanía “retorciéndose” con giros extravagantes, casi inverosímiles, para cumplir y completar, en tiempo y forma legales, con los complicados protocolos, métodos y actividades electorales que ese día les fueron patrióticamente encomendados.
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