Despojándolos de todo privilegio, fueron sacados fuertemente custodiados de la inspección e internados en el Penal, donde hoy mismo deberán ser notificados de su formal prisión o soltura.
Los tres agentes todavía ayer se negaron a nombrar defensor, repitiendo las razones que expusieron antier, cuando fueron requeridos por el Juez para el efecto: “queremos que el caso se resuelva por sí mismo”. Consecuentemente, el Juzgado les designó el defensor de oficio, pues de acuerdo con la Constitución, todo procesado debe contar con un defensor.
Bien custiodados, los agentes secretos declaran; aunque con ligeras discrepancias, coinciden que dieron muerte a Emilio Cavazos
Bajo la custodia de 15 policías armados, los agentes secretos, a quienes se procesa por el delito de homicidio en el caso de Emilio Cavazos, rindieron sus declaraciones preparatorias ante el Juez, coincidiendo más o menos en ellas y ratificando lo dicho ante el Agente del Ministerio Público, en el sentido de que sólo se concretaron a repeler la agresión del hoy occiso, aunque incurrieron en algunas discrepancias.
Los tres acusados se presentaron a declarar a las once y media de la mañana y terminaron a las tres de la tarde, mientras el grupo de policías convenientemente distribuidos montaban guardia en los despachos adyacentes, las escaleras y fuera del edificio. Por parte de la prensa, solamente este reportero estuvo presente de principio a fin de la diligencia.
En síntesis, dijeron que llevaban orden de aprehención dictada por el Juez de Distrito en contra de Emilio, de quien se sabía rondaba la casa de su jefe, el señor Ignacio Pérez, encargado del servicio secreto, y que al verlo tocar el timbre de la residencia, lo llamaron pacíficamente a que se rindiera, recibiendo por toda contestación varios disparos, agresión que se vieron precisados a rechazar.
Canuto Silva
Tras de ratificar lo dicho ante el Agente del Ministerio Público, el acusado dijo que cundo llegaron a la casa del señor Pérez Jiménez, como a las 18 horas, permanecieron en un solar baldío próximo a la residencia, viendo que el individuo se acercaba a ésta a tocar el timbre, aproximándose los tres agentes para ver quién era. Entonces en forma pacífica lo llamaron para que se rindiese, con los resultados trágicos que se conocen.
A preguntas del Agente sobre el segundo balazo que presenta la autopsia, el funcionario pidió la edición de El Norte en la que aparece el grabado del dibujante Leonel García, y cuya trayectoria es de arriba hacia abajo; el acusado no supo explicarlo. Dijo que únicamente disparó por temor a ser muerto por Emilio, sin saber cuántos balazos tiró.
Agregó que su jefe Pérez Jiménez le dijo que fuera a su casa para aprehender a Emilio, ignorando si había agentes judiciales encargados de realizar la misma orden.
Tampoco supo decir quién le llamó la atención a Emilio, ni si éste cayó inmediatamente o después de ser balaceado.
Agregó que conocía de vista a Cavazos, pero que no tenía amistad ni enemistad con él, manifestando para terminar que vio al hoy occiso en la Inspección General de Policía, sin saber con quién había platicado ni a qué asunto iba.
Pablo Abdo Assef
Declaró que unos dos días antes de la muerte de Emilio, el jefe Pérez Jiménez le entregó la orden de aprehensión para aquél; que primeramente lo buscaron en diferentes partes de la ciudad, pero que en la Inspección y en la calle se rumoraba que Cavazos rondaba la casa de dicho funcionario, decidiendo él y sus compañeros ir a dicho lugar. Y agregó: “Llegué al sitio mencionado entre las 7 y 8 de la noche, habiéndome parado en un solar baldío cerca de la casa. Yo y mis compañeros Silva y Armendáriz esperamos entre 15 y 20 minutos para cuando llegó Emilio, al que no conocí de pronto, porque empezaba a oscurecer. Entonces los tres nos acercamos dándonos cuenta que era Cavazos, a quien le dijimos en forma pacífica: “Emilio, ven para acá”, sin que contestara.
“Por el contrario, Emilio corrió tratando de cruzar la calle, al mismo tiempo que sacaba su pistola y nos disparaba varios balazos. Así pues, yo y mis compañeros hicimos varios disparos, sin poder precisar cuántos le hice a Cavazos, pues no sabía los cartuchos que traía mi pistola; ni tampoco puedo precisar si lo herí o no; pero al empezar a tirar aquél, corrimos para resguardarnos detrás de un carro que estaba estacionado, desde donde nos dimos cuenta que Emilio había muerto”.
“Después, de la casa de Pérez Jiménez hablé por teléfono con él, quien se encontraba en la Inspección, comunicándole lo sucedido, tras lo cual llegó la policía y nos pusimos a disposición de nuestros jefes, quienes nos detuvieron en la propia Inspección”.
Interrogado por el Agente del Ministerio Público, el acusado dijo que no supo si Cavazos fue antes a la casa del jefe del Servicio Secreto, que él se encontraba, al dispararle a Emilio cerca del cordón de la banqueta donde se encuentra el solar baldío; que no supo cómo se haya producido la herida de arriba hacia debajo de Emilio, que no sabe si elementos de la Policía Judicial se encargaban también de la aprehensión; que él no vio antes ni después a ningún elemento de dicha policía; que le abrió la casa de Pérez Jiménez un comisionado de nombre Mateo, para telefonear y comunicarle personalmente la noticia a su jefe; y que, finalmente, no sabe si el citado Mateo andaba o no armado.
José Armendáriz
Declaró que el día de los hechos en la tarde, les había dado su jefe Pérez Jiménez a él y sus dos compañeros una orden de aprehensión dictada por un Juez en contra de Emilio; que su jefe les dijo dónde podían encontrarlo (a Cavazos); era cerca de su casa, ya que tenía conocimiento de que la andaba rondando; que después él y sus compañeros se dirigieron a la casa y se apostaron en un solar baldío, frente a esta; que vieron después que un individuo tocaba el timbre; que ellos se acercaron y al reconocerlo, él le dijo: “Oye Emilio, ven para acá”; que este los escuchó sin contestar nada, pero corriendo al momento que disparaba, sin saber precisar cuántos balazos disparó; que inmediatamente ellos contestaron al agresor, corriendo hacia la acera de la casa de su jefe y resguardándose detrás de un carro estacionado.
Agregó que no supo si hirió o no a Emilio y que una vez que cesaron los disparos, él y sus compañeros salieron detrás del carro y vieron que Cavazos se encontraba tirado en el suelo, sin precisar si estaba muerto. Entonces Pablo Abdo se comunicó a la Inspección para dar parte de los hechos ocurridos, habiendo hablado en la casa de Pérez Jiménez, añadió el declarante, quien dijo además que acto seguido llegó la policía y se puso a disposición de ésta.
También a preguntas del Agente, el acusado dijo que conoció a Emilio, pero que no era amigo ni enemigo; que hace cinco meses vio a éste entrando a la Inspección, ignorando si Emilio tenía o no amistad con su jefe Pérez Jiménez; que no sabe si Cavazos estuvo antes en la casa del funcionario policiaco; que respecto a la herida de arriba hacia abajo en el cuerpo de Emilio, no sabe cómo sucedió; que no sabe si policías judiciales estaban ejecutando la orden de aprehensión, pero que después de los hechos, en el mismo lugar llegaron dos agentes judiciales; que está seguro de que no había ninguna persona en la casa de Pérez Jiménez; y que supone que Abdo, al introducirse en la casa, haya traído llave; que no había nadie en el interior de la residencia, porque de haberla habido hubieran contestado a las llamadas que hacía Emilio; y que no se dio cuenta si Emilio murió inmediatamente, o si caminó un poco.
Dice que su mejor comprador de chueco era Emilio Cavazos
Silverio Meza Guillén, autor de numerosas raterías cometidas en otros tantos domicilios en la ciudad, declaró ayer ante el Agente del Ministerio Público, que su principal comprador de chueco era Emilio Cavazos, a quienes tres agentes secretos abatieron a balazos el lunes por la noche.
Oriundo de Ciudad Victoria, de 18 años, casado y de oficio mecánico, Meza Guillén dijo que cuantas veces venía a Monterrey se hospedaba en la casa del señor Manuel Mercado Alemán (Artículo 123, Numero 1680), en la colonia Progreso, habiendo realizado en los dos meses varios robos, cuyo producto vendía principalmente a Cavazos y otra parte al propio Mercado Alemán.
Reveló que el primer robo lo hizo en una casa de la mencionada colonia, ubicada por la calle 18 de Marzo, llevándose, mientras sus moradores dormían, un radio, una pistola escuadra y una plancha eléctrica, escondiendo esto en un paraje cercano bajo una ramas, para recogerlo al día siguiente.
Agregó que tales objetos se los vendió a Emilio, que tenía una cantina por la calle Arteaga, llevándole también un radio que sacó de una casa de la calle Edison, a dos y media cuadras de la vía del Ferrocarril, pero Cavazos “se hizo el Loco” y no le pagó.
Continuó declarando el acusado que varios días después, en la esquina de Reforma y Miguel Nieto robó otro radio, una licuadora, 90 pesos en efectivo, un veliz con ropa y un par de aretes con monedas de oro, vendiéndole el veliz y el radio a Mercado Alemán, quien tampoco le entregó dinero.
Posteriormente, según el de la voz, cometió otra fechoría en una casa colorada de la calle Guerrero al norte, a corta distancia de la Delegación de Policía, llevándose una cabeza de máquina de coser, una pistola 32-20, dos plumas fuente, una cadena y un crucifijo de oro; un cofre con arras de oro, un reloj y un anillo con piedra blanca, entregándole todo esto al citado Emilio, que en esta ocasión le dio $300 pesos, diciéndole que con esto estaba liquidado también lo anterior.
Que poco tiempo después, en Primera Avenida y Miguel Nieto, robó una cabeza de máquina de coser, un reloj, un estuche de cuchillería y un radio, todo lo cual se lo llevo al precitado Manuel Mercado, para recibir a cambio de ello y de lo pendiente la ínfima suma de 160 pesos.
Finalmente, el acusado manifestó que en la esquina de General Treviño y Degollado robó un radio, sobre el cual había un portamonedas, conteniendo 60 pesos, vendiéndole el aparato a un comerciante ambulante, al que no pudo identificar ni tampoco pudo precisar la cantidad que le pagó.
Cabe agregar que Meza hizo después un viaje fuera de la ciudad, probablemente a Victoria, y al regresar aquí fue detenido por la Policía Secreta.
[Mañana continuará…]