Monterrey.- Ocho heridas al parecer por arma de fuego, siete con dirección horizontal, uno de abajo hacia arriba, algunos sin orificio de salida, y con la circunstancia de que ningún proyectil fue encontrado al practicar la autopsia, presentaba el cuerpo del que en vida llamó Emilio Cavazos, según se desprende del dictamen médico rendido ayer por los forenses.
El dictamen señala como causa de la muerte el shock traumático producido por las heridas penetrantes de tórax y de vientre, y la anemia aguda por la hemorragia, pero aparece del mismo dictamen que uno de los proyectiles le destrozó el corazón, siguió al través del pulmón interesó el hígado y fue a alojarse en músculos de las caderas.
Los médicos legistas encontraron también que el contenido gástrico del cadáver presentaba olor a bebidas alcohólicas, revelando que ocho heridas sufrió Emilio al practicar la autopsia, sin que se determinara el orden en que fueron producidas, ni aparezcan huellas de pólvora.
Una nota de la autopsia dice que no se pudieron encontrar los proyectiles.
Sergio Herrera coincide con la viuda de Cavazos
Coincidiendo hasta el mínimo detalle con las declaraciones de la señora Zoila de la Peña viuda de Cavazos, Sergio Herrera, ex cantinero del finado Emilio Cavazos, afirmó ayer “que su patrón tenía amistad y arreglos con el jefe del Servicio Secreto, al grado que le hacía obsequios e inclusive entregas semanarias de dinero, y que además el propio funcionario policiaco le ofreció a él mil pesos para que declarara en contra de Emilio y abandonara la ciudad”.
Herrera se presentó ayer en el Juzgado a fin de rendir su declaración informativa con relación a los hechos que se investigan, diciendo que se le tuvo detenido en la cárcel pública de Salinas Victoria, en donde lo visitó el señor Pérez Jiménez para decirle que “acababan de matar a Emilio Cavazos sus agentes en virtud de que el propio Emilio trataba de matarlo a él”.
Manifestó el de la voz que el jefe del Servicio Secreto también le dijo que declarara en contra de su patrón y que él lo ayudaría dándole dinero y llevándolo fuera del Estado, o sea a Sonora, porque de lo contrario tendría que pagar con su vida.
Agregó que un día antes de la muerte de Emilio, la mamá del de la voz y su esposa fueron a hablar con el hoy occiso para que consiguiera su localización, diciéndoles posteriormente Emilio que había estado con Pérez Jiménez, quien le dijo que al citado Herrera lo tenían en Chipinque y que al día siguiente, o sea el lunes, se lo entregaría entre siete y ocho de la noche, pero que tenía que ir solo al domicilio de Pérez Jiménez.
Por otra parte, el declarante dijo que Emilio le había regalado un aparato de proyección marca “Riviere” al jefe Pérez Jiménez, quien a su vez le obsequió un rollo de película.
A preguntas especiales del Agente del Ministerio Público, Herrera manifestó que en repetidas ocasiones su jefe Emilio comentaba con el declarante que era amigo de Pérez Jiménez y que ya tenía arreglado con él, agregando que los lunes en distintas horas salía el citado Cavazos diciéndole al de la voz que iba con Pérez Jiménez.
Sobre este particular el declarante dijo que pudo darse cuenta que Emilio le entregaba al jefe de la Secreta cantidades de dinero que fluctuaban entre tres y cuatro mil pesos por mes, entregando cantidades parciales semanariamente, “aunque lo anterior no le consta, porque nunca presenció las entregas, pero que se lo platico el ahora occiso”.
Dijo también que en un principio los agentes Canuto Silva, José Armendáriz y Pablo Abdo, a quienes se les dictó auto de formal prisión como presuntos homicidas de Emilio, se presentaban a la cantina de éste con suma frecuencia a molestar a los parroquianos y a Emilio, solicitándole algunas cantidades de dinero.
Añadió que en alguna ocasión Emilio comentó que iba a solucionar eso arreglándose directamente con el jefe (Pérez Jiménez), “y que así debe haber sucedido, porque después ya no iban al establecimiento”.
Posible exhumación del cadáver de Emilio
En fuentes policiacas ha venido comentándose insistentemente que según opinión emitida por abogados al respecto, nada difícil será que el Juez ordene la exhumación del cadáver de Emilio Cavazos, con el fin de que le sean extraídos los proyectiles denunciados por la autopsia que quedaron en el cuerpo, y que los médicos que la practicaron omitieron sacar.
Los informantes dijeron que de acuerdo con esa opinión, una prueba fundamental para juzgar a los agentes acusados serán las balas que la autopsia revela y que deben estar en poder del Juzgado para los dictámenes pericial correspondientes.
Añadieron que el balazo más raro, uno que entró a la altura del hombro, aparentemente en forma vertical y que pudo ser dado al caer, provocó según la autopsia el estallamiento del corazón, pero no fue mortal. Sin embargo, dijeron que si la exhumación se verifica y se le extraen al cuerpo del difunto Emilio las balas que le quedaron sin producir orificio de salida, podrá quedar robustecida la versión de los acusados al comprobarse que dichas balas proceden en efecto de sus pistolas, o por el contrario imprimir a este asunto un nuevo giro muy interesante.
Probables discrepancias con la autopsia
El Juez Tercero Penal, dio fe ayer durante movida diligencia celebrada a solicitud de los familiares del finado Emilio Cavazos, de que la camisa que se dice éste llevaba el día de su muerte presenta 13 perforaciones de origen no precisado, en probable discrepancia con el dictamen de los médicos legistas, que sólo encontraron 8 trayectorias de bala al practicar la autopsia del cadáver.
La diligencia se realizó dentro del mayor orden, estando presentes el Juez, el Agente del Ministerio Público, el litigante coadyuvante de los deudos de Emilio, y el defensor de los acusados, ante la ansiosa mirada de una veintena de curiosos.
Al darse fe de las 13 perforaciones, tampoco se precisó si eran orificios de entrada o salida, pero se dijo que uno de ellos probablemente haya sido hecho con unas tijeras.
Se midieron cuidadosamente las perforaciones por lo más ancho, fluctuando éstas entre seis décimos de centímetros a un centímetro y un décimo, y esta labor hizo que la diligencia se prolongara de las once de la mañana a las 13:45 horas.
En su mayoría dichos orificios tienen forma irregular y dos de ellos al parecer tienden a formar un círculo.
Asimismo se dio fe de que la ensangrentada camisa no presenta huellas de arruga dejadas por el cinturón, lo cual hace suponer que el occiso la traía de fuera, y que dicha prenda es de color azul, marca Arrow y tipo sport.
Que no presentaron luego la prueba
La defensa de los acusados, fundándose en el Artículo 132 parte final, del Código de Procedimientos Penales, pidió la autenticidad de la prueba que se celebró, y dijo que según los familiares del occiso, la camisa permaneció en sus manos tres días por lo menos.
Hizo hincapié asimismo el defensor, de que dicha prenda no se pasó directamente del Hospital Universitario al Juzgado Penal.
Por otra parte, el aludido abogado exhibió en el Juzgado para agregarle en los autos, la documentación que acredita el carácter oficial de los procesados (fotocopias certificadas por el notario público), de los nombramientos como agentes del servicio secreto, credenciales (menos la de Canuto Silva, porque no tiene) y las placas.
El Juez se reservó acordar lo conducente “para verificar la autenticidad” de la prueba presentada.
[Mañana continuará…]