Lupe declaró que iba a su casa junto con Rafael González, cuando llegó un carro a la molienda, con Fidel, Gaspar, un gordito y otra persona que hablaba medio raro; reiniciaron la marcha y escuchó una discusión (suponiendo que sobre el precio de los costales) y después se escucharon los disparos; se regresó a la molienda y se topó con Gaspar y Benjamín, quien se acomodaba la pistola en la cintura, al momento que le preguntaba a Gaspar que si no traía la espalda manchada de sangre; huyendo hacia la sierra, también vio a Fidel, quien corrió hacia el poniente, internándose en el monte.
Ramiro dijo que estaba en casa de Juan Marroquín cenado, cuando llegó Benjamín, quien les dijo que se fueran, porque habían matado a un señor frente a la molienda de Lupe; declaró que había bajado de San Juan Bautista, donde vive, con los traficantes, y que traían tres costales de marihuana.
Días después detuvieron a Emilio, quien declaró que no se presentó a la Policía en espera de que fueran aprendidos los asesinos de Ofelio. Que también sacó su pistola, una escuadra calibre 38, al sentirse herido en la mano izquierda, e hizo cuatro o cinco disparos contra Benjamín, protegiendo su retirada hacia el frente del carro, al mismo tiempo que vio cómo Gaspar disparaba también su arma, protegiendo la huida de Benjamín; después se internó en el monte y se vino a pie a Monterrey, hasta que llegó a su casa, como a las dos de la mañana. Esta declaración fue desvirtuada por su esposa, que dijo que llegó como a las once de la noche, porque estaba escuchando las noticias de México. Con la asesoría de su abogado defensor, el licenciado Manuel de la Garza Vega, rectificó, y dijo que corrió hacia Villa de Santiago como un kilómetro y le hizo señas a un carro con la lámpara de mano de Ofelio, y que unos turistas lo trajeron a Monterrey, dejándolo en Padre Mier y Zaragoza; que bajó por Zaragoza hasta Matamoros y ahí tomo un carro de sitio. Que la pistola no era suya, sino de un amigo, y por eso la encontraron en otro lugar. Se indignó porque los investigadores sugirieron que los orificios de los disparos parecían del calibre del arma que portaba.
La Policía del Estado acusó a Ofelio de ser traficante, pero sólo entregaron un costal con once kilos, un expediente de sesentaicinco hojas, donde no incluyeron la autopsia ni el estudio de balística. En el lugar sólo encontraron la pistola de Ofelio, con ocho cartuchos, su sombrero de fieltro, su cartera con tres mil setecientos ochenta pesos, su carro Chevrolet y un sombrero de palma, que después se supo era de Benjamín.
6 de enero de 1950. Fueron senteciados ayer 3 traficantes e marihuana
El juez de Distrito de Nuevo León sentencio ayer a un año de prisión y multa a Emilio Cavazos Garza, J. Guadalupe Torres Garza y Ramiro González Hernández, como responsables de delito contra la salud. Consistente en la posesión y tráfico de marihuana.
La resolución del Juez, firmada después de las 14:30, concede a los reos el beneficio de la condena condicional, aun cuando la pena es inferior a dos años, en virtud de lo que establece el artículo 194 del Código Penal. En consecuencia, los sentenciados tendrán que cumplir la pena que les fue impuesta, en el penal del estado.
El año de prisión a que fueron sentenciados empieza a contar para los dos últimos, desde el 13 de marzo de 1950 en que fueron detenidos; y para Cavazos Garza, desde el 17 del mismo mes y año. Eso significa que el próximo mes recobrarán su libertad, siempre que paguen la multa de cien pesos que se impuso a cada uno de los dos primeramente mencionados, y de 300 respecto de Emilio Cavazos, pues de lo contrario continuarán detenidos un mes más.
La sentencia dictada por el Juez contra dichos procesados, resuelve el juicio sobre un aspecto de los trágicos sucesos en que perdió la vida Ofelio Garza, quien fue asesinado el 13 de marzo del año pasado.
La responsabilidad del delito contra la salud que tuvieron en este asunto, proviene del hecho de que el primero confesó que él contrató la compra de marihuana a los Reyna, por conducto del intermediario Valdés, adelantando a cuenta el valor total de la carga en cien pesos.
Dos traficantes de marihuana, liberados. Emilio Cavazos y J. Guadalupe Torres otorgaron fianza
Ayer recobraron su libertad, bajo fianza de 5,000 y 4,000 pesos, respectivamente, Emilio Cavazos Garza y J. Guadalupe Torres Garza, sentenciados a un año de prisión por el juez de Distrito, como responsables de delito contra la salud, consistente en la posesión y tráfico de marihuana.
Cavazos y Torres, a quienes el juez les negó el beneficio de la condena condicional junto con Ramiro González Hernández, también sentenciado por el mismo delito, otorgaron ayer las fianzas, girándose inmediatamente las órdenes al Director de la Penitenciaria del Estado.
Los tres sentenciados escucharon la resolución del juez en compañía de su defensor, Manuel de la Garza Vega, expresando que estaban inconformes y que oportunamente interpondrán el recurso de apelación ante el Magistrado del Tribunal del Tercer Circuito.
Solo González Hernández no otorgó la fianza el día de ayer, esperándose que lo hará de un momento a otro, con la condición de presentarse –como los demás– cada lunes ante el juez de Distrito, comparecer ante la propia autoridad cuantas veces sea necesario, en la inteligencia de que están sujetos a la vigilancia policiaca y que deben participar oportunamente el cambio de sus domicilios, así como obtener previa autorización para salir de la ciudad.
[Mañana continuará la historia…]