GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
Ahora, la violencia política
Francisco Gómez Maza

Ciudad de México.- Pareciera que la violencia no tuviera remedio. Esté quien esté gobernando este país, y que las fuerzas armadas, y ahora la Guardia Nacional, sean “garantes” de la seguridad pública.

     Los asesinatos son el pan nuestro de cada día. Los feminicidios lastiman la ternura femenina. El aún no resuelto, de la pasante médica, Mariana Sánchez Dávalos, incita a la rebeldía, a la rabia, porque parece que los encargados de impartir justicia estuvieran coludidos con el asesino, con el feminicida.

     Mientras no nos demuestre lo contrario la Fiscalía General de Justicia de Chiapas, la mente piensa lo peor. Como que no tuviera la intención de llevar a proceso al asesino. Si un policía investigador se lo propone, con toda seguridad que encuentra al criminal. Si no lo hace, o es inútil o cómplice.
Pero la cercanía de las elecciones intermedias del domingo 6 de junio está empezando a llevar su cuota de asesinatos políticos.

     Este lunes 15 de febrero, amanecimos con la cotidiana nota roja en la pantalla del celular: Dos asesinatos más para la estadística. Ojalá que también para la justicia.

     Dirán que estos crímenes no tienen cariz de feminicidios, pero a fin de cuentas son asesinatos y, de ribete, aparentemente asesinatos políticos.

     Políticas eran las víctimas: Gladys Merlín Castro (PRI) y su hija Carla Enríquez Merlín (Morena), fueron ultimadas por un comando, aseguran fuentes policiacas, a eso de las 06 horas de este lunes15 de febrero, horas después de concluido el día del amor y la amistad. El asalto fatal habría sido perpetrado por un comando en el domicilio de las dos mujeres en Cosoleacaque, al sur de Veracruz.

     Gladys Merlín fue alcaldesa de Cosoleacaque y diputada local por el PRI. Su hija de 27 años, Carla Enríquez Merlín, buscaba ser candidata a la alcaldía por Morena. (Como dato digno de registrarse en este espacio, en 2005, el esposo de la ex alcaldesa murió al ser atacado por sus perros rottweilers, en su domicilio de Cosoleacaque.)

     El asesinato de Gladys y Carla no es el primero que podría calificarse de asesinato político. La semana pasada, el precandidato de Morena a la alcaldía de Úrsulo Galván, Gilberto Ortiz Parra, fue asesinado. El militante morenista fue atacado con arma de fuego en el interior de su camioneta, sobre la carretera federal 180, cerca de la localidad veracruzana de Ciudad Cardel.
En Puerto Vallarta, anteriormente, Aristóteles Sandoval, ex gobernador de Jalisco, fue asesinado en un ataque directo.

     De acuerdo con los registros periodísticos, un exgobernador, seis periodistas, tres alcaldes en funciones, casi medio millar de policías, más de mil menores de edad y cerca de 3 mil 500 mujeres integran las largas listas de víctimas sacrificadas entre enero y noviembre del recién concluido 2020.

     En México, la mayoría de las mujeres víctimas de homicidio o feminicidio son jóvenes de entre 20 y 24 años, según el Instituto Nacional de la Mujer y ONU Mujeres México.

     Entre 1990 y 2019, fueron a las listas 56 mil defunciones femeninas con presunción de homicidio. Guanajuato es el estado de la federación mexicana que concentra la mayor cantidad de homicidios en el país y, en 2020, la situación se deterioró aún más con un incremento del 30% en sus homicidios. Pero hay estados que presentan alzas mayores como Zacatecas, con un disparo superior al 60% en sus asesinatos.