Ciudad de México.- Desde que se inauguró el sexenio lopezobradorista, ha habido demasiado ruido en el ciberespacio, gritería de los opositores al presidente. Ahora, el escándalo es porque México decidió aceptar que la ONU le restara una buena cantidad de dosis de la vacuna Pfizer para darla a países más pobres.
Además, en los prolegómenos de las elecciones intermedias, en las que la oposición quiere despojar al Morena de su mayoría en el Congreso, “para frenar al presidente”, el ruido se ha vuelto chillería, como la escuchada en la selva chiapaneca, cuando los monos y las monas arman su escandalera, un@s por estar hambrient@s y otr@s, por estar en brama o en celo.
Por todo se quejan, lloran e insultan los opositores al presidente López Obrador. Y la verdad es que todos ven la realidad como la quieren ver. Como dijera el clásico: No vemos las cosas como son, sino como somos nosotros. O sea, que amasamos el barro para crear al dios a nuestra imagen y semejanza.
La verdad es que no se vale usar asuntos tan serios, tan de vida o muerte, como la Covid-19, neumonía tan dolorosa y, en muchos casos, mortal, y las vacunas anti SARS-Cov-2, en los pleitos políticos.
El problema no es que sean opositores o no. Cada quien tiene la libertad de conciencia para oponerse o apoyar una propuesta política, o de gobierno, pero atentar contra los derechos de la gente no tiene calificativo. Que, si tienen razón o no los opositores a AMLO, pues lo cobrarán el día de las elecciones, quitándole votos a los candidatos del Morena, o saliendo perdedores.
Pero la realidad, en este caso de las vacunas, es muy distinta. Que no hay problema con las vacunas es totalmente cierto, a pesar de que los laboratorios Pfizer redujeron el número de dosis más o menos a la mitad, para darle vacunas a los países más pobres, en lo que las autoridades mexicanas estuvieron de acuerdo. Y si recordarán, desde antes del principio de las vacunas, México había pugnado en la ONU para que hubiera equidad en la distribución.
Además, el secretario de Hacienda, @ArturoHerrera_G, precisó, ayer en el aeropuerto Benito Juárez, a donde estuvo a recibir otro cargamento de vacunas, junto con el secretario de Salubridad y Asistencia, Jorge Alcocer, que están disponibles, en una cuenta de la Tesorería de la Federación, unos 4,000 millones de dólares para adquisición de vacunas. Ni variaciones en el tipo de cambio pondrán en riesgo la operación, aclaró.
Efectivamente, con la llegada, en la víspera, de más 229 mil dosis de la vacuna Pfizer, divididas entre la Ciudad de México y Monterrey, se cumple un hito más en la entrega de vacunas. De acuerdo con Herrera Gutiérrez, el calendario con Pfizer, para completar la recepción de hasta cinco millones de vacunas, hacia finales de marzo, se va a cumplir.
La estimación de las autoridades sanitarias es que, a finales de marzo, se habrán vacunado los trabajadores de la salud tanto de los hospitales públicos como de los privados. La vacunación de los trabajadores de los privados se inició este martes 19 de enero.