Ciudad de México.- Buen hit bateó el pelotero tabasqueño de los Diablos Rojos, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia mañanera de este martes 23 de junio, mucho antes del susto dado por la santa madre Gaia, con el terremoto que puso a temblar a millones, desde el Valle de Anáhuac hasta las tierras del Viejo imperio maya en Petén chiapaneco, allá por donde va a operar, quiérase o no, el Tren Maya. Pues “porque lo digo yo…” Los del equipo contrario, entre claxonazos de lujo, no se lo esperaban.
Los defraudadores de la Hacienda pública, mediante facturas apócrifas, cuyos nombres de pila no fueron ni serán dados a conocer, por el momento, entre otras razones, “por respeto al debido proceso”, no debieron de haberla pasado nada bien la mañana de este martes, pues primero los puso a temblar el miedo a los barrotes de los reclusorios, (por qué no calificarlo) por ladrones del Fisco al amparo de los gobiernos del PAN y del PRI, específicamente de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón y de Enrique Peña, y luego los asustó el terremoto, que estuvo fuerte.
La advertencia del tabasqueño no fue en una caravana de autos de lujo, ciertamente, pero muchos de los que tendrán que ponerse a mano con el fisco, antes de pensar en eliminar al presidente que no es de su gracia, son miembros del clan de los adinerados, católicos preconciliares y admiradores del Tío Sam. Y si no lo hacen, podrían parar con sus huesos en un cereso, lo que les quitaría sus ansias novilleriles. Así que más les vale ponerse a pagar todo lo que deben al SAT, por lo menos lo correspondiente al año de 2017, aunque el recaudador de hacienda no les perdonará lo acumulado desde hace una década. Y aquí van por igual causantes y empresas “factureras” que se sirvieron con la cuchara grande.
La jefa del SAT, Raquel Buenrostro Aranda, y el procurador fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda, estuvieron también al bat. “Es un gran fraude que se toleraba; una especie de huachicol”, dijo la jefa de la manifestación sin claxonazos, celebrada curiosamente en el llamado Salón de la Tesorería, en Palacio Nacional. La secundó Romero Aranda.
El primer paquete de denuncias contra los defraudadores fiscales se conforma de 43 personas morales (empresas), que facturan operaciones simuladas, inexistentes o ficticias. Estos causantes mayores se embolsaron 55 mil 125 millones de pesos, que tendrían que haber pagado en contribuciones, pero con esos pesitos se enriquecieron más y concibieron una nueva camada de nuevos ricos.
En esos diez años, participaron 8 mil 212 empresas y personas con empresas factureras, que presentaron operaciones simuladas por 93 mil millones de pesos, causando 24 mil 583 millones de pesos de ISR y 11 mil 396 millones de pesos de IVA. Las empresas factureras pagaron nómina, pero no la retención del ISR al SAT por 19 mil 146 millones de pesos.
La jefa del Servicio de Administración Tributaria indicó que la dependencia a su cargo enviará cartas a todos los contribuyentes a través del Buzón Tributario, invitando a que regularicen su situación, porque algunos fueron engañados y, sin darse cuenta, compraron facturas a empresas involucradas con el crimen organizado. En caso de que no enmienden sus latrocinios, el SAT dará vista a la Procuraduría Fiscal”, amenazó.
Romero Aranda informó que el mismo martes 23, la Procuraduría Fiscal presentó a la PGR siete querellas contra los principales grupos para equiparar a delincuencia organizada los delitos de defraudación fiscal y lavado de dinero.
Algunos no se habrán sentido tan contentos por esta noticia en la que estarían involucrados varios o muchos claxoneros.