GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
Lo ignoto para las mentes afiebradas
Francisco Gómez Maza

Ciudad de México.- Ciertamente es importante y significativa la renuncia del empresario regiomontano, Alfonso Romo, a la coordinación de la oficina de la Presidencia.

     Además, la salida del empresario, muy amigo del Presidente desde allá por los años de 2011, de la estructura burocrática, deja un hueco institucional, quiérase o no, en la relación del jefe del Ejecutivo con las cúpulas empresariales, aunque este hecho no signifique, como lo interpretaron algunos analistas, que la comunicación se haya roto, sobre todo cuando López Obrador ha demostrado ser un experto consumado en el tema de la comunicación masiva.

     Con todo, da la impresión que los capitanes de la gran empresa, generalmente contrarios a las políticas públicas implantadas por el gobierno de la 4T, han salido perdiendo con la separación de Romo de Palacio Nacional.

     López Obrador pareciera que no tiene ese problema. Con Romo o sin Romo continuará y terminará, al final de “cuentos”, convenciendo a los dirigentes de las cúpulas de hombres ricos de participar en los planes de inversión, ideados por los planificadores gubernamentales.

     Romo, con todo, como lo ha dicho tanto él como el presidente, deja la coordinación de la Oficina, deja de ser “servidor público”, burócrata, funcionario, pero tanto él como López Obrador abrigan el deseo de que continúe siendo el puente entre los empresarios y el Presidente. Romo se lo dijo a representantes de medios informativos. El compromiso era por permanecer en la Oficina sólo dos años, porque él es empresario; no político.

     O sea que Alfonso Romo se va y no se va. Deja el cargo por el cual recibía una remuneración salarial, pero, como lo dejó entrever López Obrador, acepta el encargo de continuar arrimando a Palacio a las cúpulas empresariales, cuyos dirigentes, se muestran renuentes y desconfiados ante las intenciones palaciegas. Tienen pánico del mito del comunismo del tabasqueño.

     Pero los empresarios han aprendido que, sin el gobierno y lo que éste significa, y sin los trabajadores, no pueden vivir y por lo cual, muchas veces a regañadientes, aceptan las políticas públicas que decide el el gobierno del presidente para el desarrollo del país.

     Tan es así que los medios informativos dieron cuenta, inmediatamente al anuncio de la renuncia de Romo, las reacciones de los dirigentes empresariales más significativos, con una estimación generalizada, reconociendo los “puentes” de comunicación que tendió Alfonso Romo Garza, ex jefe de la Oficina de la Presidencia, entre los empresarios y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

     Romo Garza “fue una pieza valiosa de la administración del gobierno, y un interlocutor abierto con el que siempre se pudo entablar un diálogo sincero”, expresó Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

     Francisco Cervantes Díaz, líder de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), reconoció que, durante los dos años que ocupó su cargo en la actual administración, Romo “sirvió con lealtad y para lograr los mejores caminos para asegurar el desarrollo de nuestro país”. Inclusive el mayor opositor de López Obrador, Gustavo de Hoyos Walther, lamentó la renuncia de Romo. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), también reconoció la gestión de Romo Garza.

     Alfonso Romo descartó “sorpresa” y “pleito” por desavenencias en su salida del gobierno federal y sostuvo que, desde que asumió como coordinador de la Oficina de la Presidencia, acordó permanecer dos años.

     Para Romo, ser “servidor público” por dos años, fue una extraordinaria experiencia y que no está harto ni decepcionado, por lo que se queda como puente de interlocución con el sector empresarial.

     En fin, tanto Romo como los dirigentes empresariales, como el propio Presidente de la república, pueden decir lo que se les antoje sobre la decisión del regiomontano, pero lo que más se acerca a la verdad es lo que dice el ex jefe de la oficina de la Presidencia.

     Deja claro: “No me estoy yendo, voy a poner todo lo que esté de mi parte para seguir siendo el enlace del sector privado con el gobierno, y convencer de que la única medicina para combatir la pobreza es la inversión, porque genera” empleos y se genera bienestar”.

A DESFONDO: El comportamiento del peso-dólar es un buen indicador, un termómetro de cualquier sistema económico. Y la cotización de la moneda mexicana se ha mantenido entre los parámetros de la tranquilidad del mercado. La cotización del dólar cerró este jueves en un promedio de 19.8474 pesos. A la venta, 20.0954. A la compra, 19.5994.