Ciudad de México.- Economistas asesores empresariales han destacado, en las más recientes semanas, la debacle económica, que ya venía tomando fuerza desde los años perdidos del prianismo contemporáneo, y la persistente inestabilidad de los mercados financieros internacionales, catapultada al desastre por la recesión económica prohijada por el SARS-Cov-2 y las políticas públicas en la materia.
Sin embargo, poco se ha hablado de las oportunidades que conlleva la crisis, el entorno y los factores económicos, que podrían obstaculizar el crecimiento, o mejor dicho la recuperación. Ciertamente, sin embargo, no todo es blanco o negro.
Acabo de recibir en mi bandeja de entrada los resultados de la encuesta mensual de expectativas, correspondiente al pasado enero, que el Banco de México levanta especialistas en economía –asesores– de 36 de las más importantes empresas locales y extranjeras, que aparte de dar cuenta de lo que esperan en materia de inflación, de comportamiento del producto interno bruto, o del comportamiento del mercado cambiario, se refieren a las expectativas de los empresarios, que para tranquilidad de muchos no son tan negativas como podrían suponerse.
Los analistas consultados por el Banxico en torno a los factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la economía mexicana, en los próximos seis meses, se asocian con las condiciones económicas internas, la gobernanza y las finanzas públicas, así como la debilidad en el mercado interno, la incertidumbre sobre la situación económica interna, la debilidad del mercado externo y la economía mundial (la de EU ha caído más estrepitosamente en estos tiempos de pandemia), y la política de gasto público.
En esta línea de análisis, los economistas de las empresas encuestadas mostraron un mayor nivel de preocupación en situaciones como la debilidad en el mercado interno, la incertidumbre en torno a la situación económica interna, la incertidumbre política interna (las elecciones federales y locales del domingo 6 de junio venidero, en medio de un ruido ensordecedor de los perdedores de 2018, que aún no han logrado constituirse en una verdadera y eficiente oposición al gobierno del presidente López Obrador; los problemas de inseguridad pública (hirió hondamente la masacre de Camargo, Tamaulipas, en la que fueron incineradas 19 personas presumiblemente migrantes centroamericanos, y específicamente de origen guatemalteco), la política de gasto público y otros problemas como la falta de estado de derecho, la impunidad, la corrupción, la ausencia de cambio estructural, la plataforma de producción petrolera, la debilidad del mercado externo y la economía mundial, así como la política tributaria.
En este contexto, Banxico también consultó a los asesores empresariales sobre la percepción que tienen respecto al entorno económico del momento, en tiempo de pandemia, en medio de las incertidumbres que ocasionan las empresas farmacéuticas, que tienen que dotar de las vacunas suficientes para inocular a los mexicanos.
En estas condiciones, es de destacarse el hecho de que la cantidad de analistas expertos, que consideran que el clima de negocios empeorará en los próximos seis meses, disminuyó en relación con el mes de diciembre del año pasado; la fracción de especialistas que opinan que mejorará se mantuvo en niveles similares, y la proporción de quienes opinan que el clima de negocios permanecerá igual aumentó respecto de la encuesta de diciembre.
Con todo los que opinan que los actuales son un buen momento para invertir aumentaron. Los que no están seguros ante la coyuntura actual o piensan que es un mal momento para invertir disminuyeron, aunque este último tanto es el preponderante.