Las expectativas de inflación piden una baja de la tasa de interés
Se espera que, en los primeros días de agosto, Banxico baje la TII
Ciudad de México.- El tiempo que le resta a 2024 estará caracterizado por el fenómeno de la volatilidad de los mercados financieros, bursátiles y cambiarios, y por la incertidumbre que genera todo cambio de administración gubernamental, trauma que deberá ser superado por las autoridades monetarias para abaratar, quieran o no, el costo del dinero, la tasa de interés, pues la economía necesita moverse, enfrentar el jaloneo entre la oferta y la demanda. Los consumidores necesitan pagar la renta de la casa, adquirir ropa para el invierno y alimentarse, en tanto que los productores y comerciantes están obligados a vender los bienes y servicios que producen (fenómeno que los obligará a abaratarlos). La marcha de la economía podría quedar atorada entre los durmientes sobre los que se desplaza el ferrocarril. Por lo tanto, el abaratamiento del dinero es una condición sine qua non, como argumentan los filósofos en sus discusiones, o algunos abogados en sus alegatos ante el juez en defensa del acusado. Ya se tardaron las autoridades monetarias en implementar las condiciones para el desarrollo de las actividades productivas. Llevamos un trimestre de retraso.
Banco de México tendrá que hacer un esfuerzo supremo para ajustar la tasa de interés de referencia, la interbancaria, que debería de haber sido ajustada el pasado junio, y que ahora tendrá que ser – a fortiori- desinflada en agosto para ganarle a la inflación que, quiérase o no, será una amenaza para la oferta y la demanda. Con alta inflación, la economía se aloca. Y aunque la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, no se ha pronunciado, seguramente estará de acuerdo con el presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien dijo recientemente que hacen falta más buenas noticias para bajar la tasa de interés, la curva de Gini traerá anuncios muy positivos que permitirán a la Junta de Gobierno del banco central de México anunciar, en agosto. el ajuste a la baja que será como un respiro que permitirá abaratar el costo del dinero en beneficio de los actores de la economía mexicana. Y las mejores, más benignas noticias, como las calificó Powell, ya empezaron a darse.
Para el tercer trimestre del año (julio-septiembre) el banco central espera una inflación de 4.5 por ciento trimestral, desde un estimado previo de 4.4. y hacia el cuarto trimestre los banqueros centrales continúan esperando una inflación de 4%. Los pronósticos de la inflación subyacente del Banco de México, revisados desde este tercer trimestre que estamos viviendo, al primer trimestre de 2025, padecerán un ligero aumento en el componente subyacente de 4 a 4.1 por ciento, como promedio trimestral. Para el cuarto trimestre del año, subió la expectativa de inflación de 3.8 a 3.9 promedio trimestral, mientras que, para el primer trimestre de 2025, el banco espera una inflación de 3.6% desde un pronóstico previo de 3.5% promedio trimestral.
Están dadas, pues, “las noticias benignas” para el ajuste a la baja de la Tasa de Interés Interbancaria o Tasa de Equilibrio, o de Referencia sobre las que los bancos pueden tasar el costo del dinero para impulsar las actividades económicas. Además, hay que considerar que el sistema financiero mexicano mantiene una posición sólida y resiliente. En general, las posibles vulnerabilidades que presenta se consideran acotadas, apoyado en buena medida por una banca múltiple que cuenta con niveles de capital y de liquidez holgadamente superiores a los mínimos regulatorios. aunque eventos inesperados o severos podrían afectar su buen funcionamiento, por lo que es relevante prestar la debida atención y dar seguimiento a los riesgos que pudieran enfrentarse en un entorno macro financiero global complejo e incierto como el actual.
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