Los trabajadores tienen que aceptar sueldos de hambre
Ciudad de México.- Uno de los más graves problemas que afrontan los mexicanos no es el desempleo que, ya en sí, es un grave problema. El gravísimo problema es el valor y el pago del empleo, que llegan a desempeñar los trabajadores empleados. Generalmente, el precio del empleo no corresponde a su valor real. Los empleadores pagan muy bajos salarios y, así, el empleo asalariado es el rol ocupacional, social, realizado en virtud de un contrato formal o, de hecho, individual o colectivo, por el que se recibe una remuneración o salario, generalmente que no corresponde al valor del trabajo.
Cuando los especialistas o expertos hablan del empleo se refieren a la generación de valor a partir de la actividad producida por una persona. Es decir, el empleado contribuye con su trabajo a darle valor al producto, a un bien físico o a un servicio, que en México no corresponde al valor real. Entonces, en las estadísticas puede ser que el comportamiento del empleo arroje cifras positivas en cuanto a crecimiento de los números, las cantidades, pero en cuanto a la calidad, al valor real, no resulta atractivo o suficiente para satisfacer las necesidades del trabajador.
La calidad del empleo es menos atractiva que la cantidad. El empleo crece, pero es mal pagado. Los salarios son bajos. No son suficientes para que los trabajadores satisfagan sus necesidades, ni siquiera las prioritarias, tanto de él como de su familia.
Se denomina empleo a la generación de valor a partir de la actividad producida por una persona. Es decir, el empleado contribuye con su trabajo y conocimientos en favor del empleador, a cambio de una compensación económica conocida como salario.
Indicadores de ocupación y empleo
Teniendo en cuenta esta realidad, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Ésta presenta el comportamiento del mercado laboral mexicano, al ofrecer datos mensuales de la población económicamente activa, la ocupación, la informalidad laboral, la subocupación y la desocupación.
En septiembre de 2023 y con cifras originales, la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 60.8 millones de personas, lo que implicó una Tasa de Participación de 60.4 por ciento. Dicha población fue superior en 1.4 millones de personas a la de septiembre de 2022. La Población No Económicamente Activa (PNEA), por otra parte, fue de 40 millones de personas, 299 mil personas menos que en el noveno mes de 2022.
De la PEA, 59.1 millones de personas (97.1 %) estuvieron ocupadas durante septiembre pasado : 1.6 millones más que en el mismo mes de un año antes. A su interior, las personas subocupadas —las que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas— fueron 4.8 millones (8.2 % de la población ocupada), un aumento de 297 mil personas con relación a septiembre de 2022.
La población desocupada fue de 1.8 millones de personas y la Tasa de Desocupación (TD), de 2.9 % de la PEA. Respecto a septiembre de 2022, la población desocupada descendió en 234 mil personas y la TD fue menor en 0.5 puntos porcentuales.
En septiembre de 2023, a tasa mensual y con cifras desestacionalizadas, la TD no presentó variación. O sea que no aumento el desempleo, la Tasa de Subocupación creció 0.2 puntos porcentuales en el mismo periodo. Sin embargo, pregunte por la cantidad y calidad de los salarios…
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