En 2023, se espera un PIB de entre 0.8 y 2.4%
Ciudad de México.- Durante el cuarto trimestre de 2022 y los primeros dos meses de 2023, el Banco de México siguió enfrentando un entorno complejo e incierto para la conducción de la política monetaria, de acuerdo con el Informe Trimestral Octubre Diciembre de 2022 entregado a la prensa por el instituto bancario central.
Por otro lado, de acuerdo con la Junta de Gobierno de la institución, el menor crecimiento del producto, esperado para 2023 y 2024 se explica principalmente por un deterioro en las expectativas de crecimiento para la economía de Estados Unidos y, especialmente, para su actividad industrial.
Lo más destacable del informe:
1.- A nivel global, algunos choques inflacionarios han mostrado señales de mitigación y, en diversas economías, ha disminuido la inflación general. No obstante, ésta aún permanece en niveles por arriba de las metas de los bancos centrales. Sin embargo, la inflación subyacente ha continuado presionada por los choques acumulados de la pandemia y el conflicto bélico.
2.- En el ámbito nacional, la inflación general ha disminuido ante las reducciones en el componente no subyacente. Sin embargo, la inflación subyacente ha sorprendido al alza, se mantiene en niveles elevados y no muestra una clara tendencia decreciente.
3.- El balance de riesgos para la inflación, durante el horizonte de pronóstico permanece sesgado al alza. En este contexto, en el periodo que se reporta, el Banco de México incrementó la tasa de referencia, si bien a un menor ritmo, fortaleciendo aún más la postura monetaria.
4.- Las acciones de política monetaria, implementadas a lo largo del periodo actual de presiones inflacionarias, han contribuido a mantener el anclaje de las expectativas de inflación. Además, han coadyuvado a un comportamiento ordenado de los mercados financieros nacionales.
5.- Hacia delante, el Instituto Central informó que seguirá manteniendo su “firme” compromiso con la consecución de su mandato, en un entorno que se vislumbra complicado a lo largo de todo el horizonte de pronóstico.
6.- En el contexto de un menor dinamismo económico global, en el cuarto trimestre de 2022 la actividad económica en México exhibió una desaceleración respecto del dinamismo exhibido en los tres primeros trimestres del año. Dicho comportamiento fue resultado de un debilitamiento en el desempeño de la producción industrial y, sobre todo, en el de las actividades terciarias.
7.- Las autoridades monetarias esperan que la economía mexicana siga enfrentando un entorno económico global complejo y de elevada incertidumbre, que se prevé que repercuta en un bajo dinamismo de la actividad económica nacional en los próximos trimestres.
8.- En cuanto a los mercados financieros nacionales, durante el cuarto trimestre de 2022 y los primeros meses de 2023, estos mantuvieron, en general, un comportamiento favorable. En particular, el tipo de cambio mostró una apreciación en relación con el dólar estadounidense, conservando un comportamiento más resiliente con respecto a lo exhibido por monedas de otras economías emergentes.
9.- En cuanto a las tasas de interés, las de corto plazo aumentaron ante las alzas en la tasa de referencia implementadas por el Banco de México. Por su parte, las de mediano y largo plazo mostraron reducciones. Entre el tercer y el cuarto trimestre de 2022 la inflación general anual en México disminuyó de 8.52 a 8.01%, situándose en 7.76% en la primera quincena de febrero de 2023.
10.- El descenso en la inflación general se debió a la reducción en la inflación no subyacente, en tanto que la subyacente siguió enfrentando presiones al alza. Esta pasó de 7.99 a 8.43% entre los trimestres señalados. Si bien en diciembre de 2022, al situarse en 8.35%, la inflación subyacente interrumpió la trayectoria al alza que presentó por 24 meses consecutivos, este indicador todavía no exhibe una tendencia a la baja, pues en enero volvió a aumentar para ubicarse en 8.45%, mientras que en la primera quincena de febrero registró 8.38%.
11.- Por su parte, la inflación no subyacente anual disminuyó de 10.08 a 6.77% en el mismo lapso trimestral y registró 5.93% en la primera quincena de febrero. En este complicado entorno para la inflación, los pronósticos para la inflación general y subyacente se han venido ajustando.
12.- La revisión al alza en la trayectoria de la inflación general, entre el Informe Trimestral anterior y el actual, se debe a que la inflación subyacente no ha mostrado una dinámica favorable y mantiene una mayor persistencia a la esperada. Esta se ha ubicado por arriba de lo previsto y todavía no exhibe una tendencia clara a la baja como se esperaba sucedería desde finales de 2022. Por el contrario, el desempeño que ha presentado sugiere que el proceso de desinflación será más lento de lo previsto en el Informe precedente.
13.- En el pronóstico actual se prevé que, tanto la inflación general como la subyacente, se ubiquen en niveles cercanos a 3% hacia el cuarto trimestre de 2024, un trimestre después de lo previsto en el Informe anterior.
El balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. Las decisiones de política monetaria en el periodo que se reporta deben entenderse en el marco del complejo entorno inflacionario. Después de incrementar la tasa de referencia en 75 puntos base en la reunión de noviembre del año pasado, en la correspondiente a diciembre el Banco de México aumentó dicha tasa en 50 puntos base. Ello reflejó un balance delicado.
Por una parte, el panorama inflacionario había mostrado cierta mejoría debido a la moderación de algunos de los choques inflacionarios. No obstante, por otra parte, este continuaba siendo complejo e incierto. En este contexto, con la decisión de diciembre, si bien se redujo el ritmo de los incrementos, se fortaleció aún más la postura monetaria. Asimismo, ante la complejidad del entorno, en el comunicado correspondiente se señaló que un incremento adicional en la tasa de referencia se consideraba necesario para la siguiente reunión. Posteriormente, en la reunión de febrero de 2023, el Instituto Central enfrentó un panorama más complicado del que se tenía previsto. Ello, ante la dinámica de la inflación subyacente y de sus componentes, que resultó en la previsión de que esta disminuiría más lento de lo previamente anticipado.
En este contexto, determinó que en esa ocasión era necesario repetir la magnitud del incremento de la tasa de referencia de la reunión anterior e incrementarla en 50 puntos base para alcanzar un nivel de 11%. Ello con la finalidad de estar en una mejor posición para hacer frente a un entorno todavía complejo.
Previsiones y balance de riesgos
Previsiones para la Actividad Económica; Crecimiento de la economía nacional:
Para 2023, se espera que el crecimiento del PIB se ubique entre 0.8 y 2.4%, con una estimación central de 1.6%. Para 2024, se prevé un crecimiento de la economía de entre 0.8 y 2.8%, con una estimación central de 1.8%.
El menor crecimiento esperado para 2023 y 2024 respecto de lo previsto en el Informe anterior se explica principalmente por un deterioro en las expectativas de crecimiento para la economía de Estados Unidos y, especialmente, para su actividad industrial.
Se espera que, en el horizonte de pronóstico, la debilidad que se anticipa para dicho país, a lo largo de 2023, se vea reflejada en una reducción de la demanda externa de México y en una desaceleración de la actividad productiva del país en ese lapso.
Sin embargo, se espera que la demanda interna continúe apoyando la actividad económica nacional.
Posteriormente, en congruencia con la reactivación esperada de la economía estadounidense hacia 2024, se espera una gradual mejoría en el ritmo de crecimiento de la economía mexicana en dicho año .
Cabe señalar que la elevada incertidumbre que prevalece respecto del desempeño de la economía de Estados Unidos, en el horizonte de previsiones, implica, a su vez, una elevada incertidumbre sobre el comportamiento de la demanda externa del país.
Con respecto de la posición cíclica de la economía, en el panorama descrito, se prevé que la estimación de la brecha negativa del producto sea ligeramente mayor a lo previsto previamente. Esta continuaría cerrándose a lo largo del horizonte de pronóstico, aunque a un menor ritmo que lo esperado anteriormente.