GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
EU a AL, más de lo mismo
Francisco Gómez Maza

De la ALPRO de JFK a la Alianza de Joe Biden
¿Más kilos de leche deshidratada con gorgojo?


Ciudad de México.- Lo más destacable, pero desalentador, de la IX Cumbre de las Américas, convocada por Joe Biden para sus “amigos” presidentes que no pueden gobernar a sus pueblos sin la aprobación de Washington, es un remedo de la Alianza para el Progreso de John F. Kennedy, aplicada entre 1961 y 1970 y que, haciendo cuentas, sirvió para nada.

La propuesta de Biden, a la que México se sumó con la representación del canciller Marcelo Ebrard Casaubón, pareciera una calca de la Alliance for Progress, que repartía leche deshidratada con gorgojo entre “los pobres” de América Latina y El Caribe.

La Alianza para el Progreso fue un programa de ayuda económica, política y social de Estados Unidos para América Latina, llevada a la práctica por el gobierno estadounidense entre los años de 1961 y 1970.

Con el objetivo de contener el avance del comunismo en Latinoamérica, Kennedy expuso el 13 de marzo de 1961, ante el cuerpo diplomático latinoamericano, su iniciativa denominada Alliance for Progress.

Se trataba de combatir la creciente pobreza del área latinoamericana mediante la asignación de un fondo de 20,000 millones de dólares por diez años, que sería destinado a la construcción de escuelas, hospitales y otras infraestructuras. Y todo para no caer en las garras de los comunistas come niños.

El objetivo último era promover la democracia representativa y prevenir la tentación revolucionaria. Democracia al estilo americano. Más o menos como la practicaba en su momento el Tío Sam con la población de color. O como la practica el Lobby cubano en el Senado de Washington.

En el marco de la IX Cumbre de las Américas, Joseph Biden anunció algo muy semejante a la ALPRO. El lanzamiento de un nuevo marco de cooperación económica, para la región latinoamericana (y se supone que también para El Caribe, menos Cuba, bloqueada por Washington desde hace décadas, y que no fue invitada a la Cumbre por tener un gobierno “antidemocrático”, comunista) demoninado Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica.

El objetivo de la alianza propuesta por Biden es atender de manera prioritaria los retos a los que se enfrenta la región y aprovechar sinergias que permitan un crecimiento equitativo e inclusivo.

Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica, enfocada en fomentar el crecimiento de las economías de la región y priorizando enfoques que disminuyan la desigualdad entre nuestras sociedades, protejan a las personas más vulnerables, y fomenten la creación de empleos bien remunerados. Esta iniciativa busca impulsar la innovación en los sectores público y privado, así como abordar el cambio climático mediante la inversión con estrategias enfocadas en la resiliencia y la sustentabilidad.

Sin embargo, la iniciativa de Biden suena hueca, sin contenido real, demagógica e hipócrita. Con la misma hipocresía de los gobiernos demócratas. Qué quiere decir el señor Biden con crecimiento equitativo e inclusivo. Más bien, tales términos exhalan un olor a demagogia al estilo de los golpes de estado para proteger la democracia.

Estados Unidos, por ejemplo, aprueba, de inmediato, 40,000.000.000 de dólares en apoyo a Ucrania, para proteger sus propios intereses y proyectos, amenazados por la invasión de Rusia y no ha podido invertir unos pinchurrientos 4,000.000,000 de dólares para crear empleos en Guatemala, El Salvador y Honduras, y detener por las buenas las multitudinarias migraciones forzadas de centroamericanos hacia territorio estadounidense.

¡No ha podido el gobierno de Biden dar cuatro mil millones de dólares para hacer negocio en Centroamérica, mediante el apoyo a los campesinos que, en medio de la pobreza y el hambre, tienen que decidir fugarse hacia los campos de Florida y el Oeste! No puede ser. Tan cabeza dura. Y este fenómeno migratorio no podrá ser detenido por la Alianza anunciada en la Cumbre.

Como la ALPRO de Kennedy, la Alianza de Biden vendrá etiquetada para privilegiar la corrupción de quienes serán los encargados de distribuir sus beneficios. Como la Iniciativa Mérida, por otro ejemplo.

Y López Obrador no fue a la Cumbre porque sus organizadores no invitaron a Cuba, a Nicaragua y a Venezuela. Porque los organizadores fueron excluyentes, Pero, a fin de cuentas, envió a su representante. A su mensajero. Y México se sumo a la iniciativa Biden de crear la Alianza que, si se ve con los ojos de la historia, tampoco servirá para maldita sea la cosa.

La Cancillería mexicana celebró la propuesta de Biden, diciendo: El Gobierno de México reconoce esta propuesta y se sumará a los países firmantes. Frente a las nuevas realidades geopolíticas y económicas, nuestro país reitera la necesidad de buscar nuevos mecanismos que nos permitan impulsar el crecimiento económico para todos y que contribuyan a una mejor distribución de la riqueza. Mmmmm. Remember the Alliance por Progress. La de Biden es más de lo mismo. Recuperar el liderazgo mundial del imperio estadounidense, perdido junto a las aguas del Mar Negro.