PEREZ17102022

ANÁLISIS A FONDO
Ganó Trump con el sufragio de su propia sangre
Francisco Gómez Maza

Afortunadamente, el tiro le pegó en el pabellón auricular derecho
Un solitario tirador votó por él con un rifle tipo AR

  
Ciudad de México.- Afortunadamente, el tiro que pegó en la oreja derecha al ex presidente y candidato del partido republicano a la presidencia, Donald Trump, no le causó daños letales, pero sí, al herirle el pabellón auricular, lo catapultó derechito a un segundo y último periodo de cuatro años para despachar, para bien o para mal del pueblo estadounidense, en el salón oval de la Casa Blanca, pues la sangre que le escurrió por la mejilla impactó emocionalmente a los votantes. No corrió peligro su vida, pero quienes presenciaron los acontecimientos quedaron impactados y, si no estaban convencidos de darle su voto el día de la elección, se convencieron de que el ciudadano de los escándalos políticos, morales, sexuales, de corrupción y de barandilla, con la sangre escurriéndole desde la oreja, se ganó su simpatía y su voto para dirigir sus destinos por otro periodo en la Casa Blanca.

Pareció que el tirador disparó no para matarlo, ni para herirlo de gravedad, sino para afianzarlo en la candidatura presidencial del partido conservador, y eliminar al candidato demócrata, no tanto por sus deslices físicos, sino por sus olvidos y lagunas. El hecho es que Joseph Biden, el presidente actual y candidato del partido demócrata, más católico que el papa Francisco, pero sionista, “padrino, socio, cómplice” del primer ministro Netanyahu, asesino de cientos de niños y mujeres, desplazado de la candidatura del partido demócrata, ya no sólo por sus limitaciones de salud. Donald Trump se está alzando así con una victoria anticipada, sellada con su propia sangre. El solitario tirador le disparó con un rifle tipo AR, desde una distancia de unos 200 metros.

El caso Trump es parecido al de otros presidentes de EU: Andrew Jackson: tiroteado mientras asistía a un funeral en el Capitolio. El atacante disparó dos veces, pero el arma falló. El expresidente Theodore Roosevelt, al igual que Trump, intentaba recuperar su antiguo puesto durante la campaña de 1912. Un tabernero le disparó cuando se dirigía a dar un discurso en Milwaukee. Franklin D. Roosevelt era presidente electo cuando un presunto asesino le disparó en Miami en 1933. Harry Truman, que asumió la presidencia tras la muerte de Roosevelt, fue tiroteado frente a la Casa Blanca por nacionalistas puertorriqueños en 1950. 

El gobernador de Alabama, George Wallace, segregacionista que se presentaba por tercera vez a la presidencia en 1972, fue tiroteado tras un acto de campaña a las afueras de Washington DC. Gerald Ford sufrió dos intentos de asesinato en 1975. Ronald Reagan fue tiroteado en 1981 frente al Hilton de Washington, DC. Un hombre de Idaho fue acusado del intento de magnicidio de Barack Obama, cuando disparó contra la Casa Blanca en 2011. Cuatro presidentes estadounidenses fueron asesinados a tiros: Abraham Lincoln fue el primer presidente que murió asesinado. James Garfield fue tiroteado en una estación de tren de Washington, DC, en julio de 1881. William McKinley fue baleado en septiembre de 1901 en Buffalo, Nueva York. John F. Kennedy fue asesinado por un francotirador. El hermano de JFK, Robert F. Kennedy, era senador por Nueva York, cuando se presentó a las elecciones presidenciales de 1968. RFK fue tiroteado en el Hotel Ambassador de Los Ángeles la noche en que ganó las primarias demócratas de California. 

@ANALISISAFONDO
@AFDiario