PEREZ17102022

 ANÁLISIS A FONDO
La democracia de los conservadores
Francisco Gómez Maza

Kenia López Rabadán, senadora por el PAN, exige “salvaguardarla”

Ciudad de México.- Pero de qué habla la señora Kenia López, cuando exige, obviamente refiriéndose al triunfo inobjetable de la doctora Sheinbaum, que “se salvaguarde la democracia”, cuando, por lo que este reportero recuerda, en los últimos 50 años, las únicas elecciones verdaderamente democráticas han sido la que ganó el presidente López Obrador y la que ahora, hizo presidente a la doctora Claudia Sheinbaum, gracias a la paliza electoral que le propuso a la candidata de la derecha, Xóchitl Gálvez. De acuerdo con los clásicos grecolatinos, democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La acepción no precisa la composición de Demos, pero en el idioma de los pensadores griegos, el término se refiere a un concepto que puede ser interpretado a la manera de las clases sociales y, generalmente, entre éstas, las clases dominantes se refieren a la democracia de los ricos. Los pobres no son sujetos ni objetos de la democracia de los ricos. Demos se refiere al pueblo rico y Kratos a su poder omnímodo sobre todas las cosas, sobre la naturaleza y sobre los pobres, y los trabajadores. Pero la senadora Kenia no precisa qué es la democracia para todos y, por tanto, me veo obligado a inferir que la democracia a la que se refiere está ligada con exclusivamente los derechos de la clase a la que ella pertenece. No ganó las elecciones su candidata, aunque haya perdido por millones de votos, y por tanto se violentó la democracia. Y es que, el grupo de Kenia ni siquiera imagina que las elecciones del 2 de junio, en las que Morena y Claudia Sheinbaum materialmente arrasaron, hicieron papilla a la candidata Gálvez, fueron elecciones democráticas. Es explicable entonces que la panista pida “salvaguardar la democracia”.

Ahora me explico, después de los cuestionamientos de los amigos de Kenia, los integrantes de la derecha albiceleste, de la derecha convenenciera de Alito Moreno y, perdón por la palabra, los integrantes de la pandilla de facinerosos que en vez de apoyar a Xóchitl le dificultaron su marcha electoral. No andan lejos, a Marko Cortés y a Alejandro Moreno les importa un comino la suerte de la hidalguense porque ellos ganaron. Tienen asegurada una silla en el Congreso de la Unión. Afortunadamente no serán un obstáculo para que ambas cámaras aprueben las iniciativas presentadas por el presidente López Obrador porque Morena queda firme con la mayoría absoluta tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

Además, destaca un hecho que es producto del infantilismo político. Xóchitl perdió escandalosamente. Pero los panistas arremeten con que la elección fue una elección de Estado. Que hubo fraude electoral, impulsado por el presidente López Obrador y operado por la gente de Guadalupe Tadei, consejera presidente del Consejo General del INE

Nada de esto. Lo que pasa es que la derecha no sabe perder, a pesar de que miembros prominentes de ella han aceptado el triunfo de Morena. En el equipo de Xóchitl hay perplejidad. Han transcurrido ya cinco días de la jornada electoral y aún siguen aterrados por su presente y por su futuro. Algunos llegan al extremo de que Claudia Sheinbaum instalará el socialismo y el comunismo en el país, como si fuera posible exactamente junto al imperio del capitalismo y cuando el principal socio de la economía estadounidense es México. Pero lo único que demuestran los adoradores de Milei es una supina ignorancia. Si Edmund Burke, padre del conservadurismo, viviera…

@AFDiario