GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
La violencia pega a la Iglesia católica
Francisco Gómez Maza

Conmoción mundial por el asesinato de dos sacerdotes en la Sierra Tarahumara
Diariamente, hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida en aquella región


Ciudad de México.- Imagine qué profundo dolor para los miembros de la comunidad indígena chihuahuense de Cerocahui, en la región de la Tarahumara, y para los católicos, así como para la sociedad en general.

En esa comunidad indígena, por intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo mientras era perseguido por una persona armada, dos de los sacerdotes jesuitas de la parroquia fueron asesinados y los o el asesino se llevaron sus cadáveres.
Gran conmoción causó el crimen en el mundo.

La agencia de noticias Vatican News tituló su despacho con el siguiente texto: “México: asesinan a dos jesuitas tras defender a un hombre que buscaba refugio”. Y el medio Religión Digital, escribió: “Dos jesuitas, asesinados en México tras defender a una persona que buscaba refugio en su parroquia”.

Se trata de los padres Javier Campos SJ y Joaquín Mora SJ, misioneros entre las comunidades rarámuri de la Sierra Taraumara en el estado de Chihuahua.

Al conocer del asesinato, el Prepósito Provincial de México manifestó su preocupación por la dramática situación de violencia que se vive en el país y por la inseguridad que afecta a los miembros de la Compañía de Jesús; por ello señaló que, “en este momento estamos gestionando, ante las autoridades federales y estatales, la seguridad de nuestros hermanos jesuitas Esteban Cornejo, SJ; Jesús Reyes, SJ; y Jesús Zaglul, SJ; y del equipo pastoral de la parroquia”. 

El Padre Luis Gerardo Moro Madrid también señaló que, “el día de mañana (21 de junio) condenaremos públicamente esta tragedia y exigiremos una pronta investigación y seguridad para la comunidad. Avisaremos sobre las siguientes acciones que, como Provincia Mexicana, estaremos encauzando”. Además, el religioso jesuita pide a todos unirse en oración por los fallecidos.

El Prepósito General de la Compañía de Jesús, Padre Arturo Sosa, también expresó su dolor al enterarse del asesinato de los jesuitas en México: "Estoy conmocionado y triste por esta noticia. Mis pensamientos y oraciones están con los jesuitas en México y con las familias de los hombres. Tenemos que poner fin a la violencia en nuestro mundo y a tanto sufrimiento innecesario".

"Condenamos estos hechos violentos; exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos, que fueron sustraídos del templo por personas armadas"

"Los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales"

El superior provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid SJ, informó el mismo lunes de la muerte de los dos jesuitas: "Con profundo dolor e indignación, les informo que el día de hoy 20 de junio por la tarde, en Cerocahui, Tarahumara, los padres Javier Campos SJ, y Joaquín Mora SJ, fueron asesinados en el contexto de violencia que vive este país, luego de intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada".

Resulta que luego del asesinato de los sacerdotes, el asesino o los asesinos huyeron, llevándose el cuerpo de los jesuitas.

La Provincia mexicana de la Compañía de Jesús denunció oficialmente el asesinato, condenaron el hecho y exigieron justicia y la recuperación de los cuerpos de los asesinados, que fueron sustraídos del templo por personas armadas. 

Los jesuitas también demandaron que, de forma inmediata, se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de nuestros hermanos jesuitas, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui. 

Hechos como estos no son aislados. La sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas. Diariamente, hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida. 

Los jesuitas de México prometieron que no callarán ante la realidad que lacera a toda la sociedad. “Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales.”