Las condiciones del crecimiento siguen desmejorando
Ciudad de México.- ¿Qué esperan los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México del comportamiento de la economía mexicana para este año, a dos meses y medio de concluir, después de una agobiante pandemia de coronavirus?
La o las respuestas a esta interrogante pueden encontrarse en el contexto de la Minuta de la Reunión de la Junta de Gobierno del Banxico, en ocasión de la decisión de política monetaria del 29 de septiembre, dada a conocer la semana que concluyó el sábado anterior.
Los banqueros centrales esperan que, en el contexto internacional de penosas debilidades, en los mercados financieros nacionales la cotización del peso frente al dólar estadounidense mantenga (y no tiene por qué no mantener) un comportamiento estable, como el que ha mantenido en los últimos cuatro años, en los que la moneda nacional ha sido bautizada, en los mercados internacionales, con el mote de “Súper Peso”.
La moneda nacional ha operado en un rango de 47 centavos, entre 19.83 y 20.30 pesos por dólar, con una depreciación de 0.40%, en un contexto en el cual las condiciones de operación, tanto realizadas como prospectivas, se mantienen estables.
No está ocurriendo lo mismo con el costo del dinero, las tasas de interés, la elevada inflación medida por los índices de precios, y el comportamiento del proceso productivo, de acuerdo al reporte del instituto bancario central:
Las tasas de interés han presentado movimientos al alza, en línea con los movimientos observados en las curvas de rendimiento a nivel global, provocados por un renovado sentimiento de aversión al riesgo, ante el ajuste más acelerado de la trayectoria esperada de política monetaria de la Reserva Federal de EU y las lecturas de inflación por encima de la esperada a nivel global.
En lo que concierne a las expectativas de la trayectoria de la tasa de interés de referencia de política monetaria (TII), el cierre de 2022 apunta a una tasa cercana a10.52%, según la Minuta del Banxico.
(La mayoría de los analistas encuestados por Citibanamex anticipa que la tasa de interés de referencia, para finales del año, sea de 10.00%.)
En segundo lugar, ¿qué esperan las autoridades monetarias de la actividad económica de México?
La actividad económica está desacelerándose en un contexto en el que persiste elevada incertidumbre, incluyendo la relacionada con el comportamiento de la inflación y la evolución futura de la pandemia de coronavirus, no obstante que las autoridades están dando por hecho que ya fue superada.
Los banqueros centrales destacan, por el lado de la demanda interna, que el consumo privado se ha desacelerado. Si bien en junio el consumo de bienes importados mantuvo su dinamismo, el consumo de bienes de origen nacional y el de servicios presentaron atonía.
Sin embargo, a ese mismo mes, de acuerdo con la Minuta del Banxico, la inversión fija bruta revirtió parcialmente el retroceso exhibido el mes previo, manteniendo cierta recuperación, y el componente de maquinaria y equipo revirtió la mayor parte de la caída observada en mayo, en tanto que, a pesar del avance mostrado en ese mes, el gasto de inversión en construcción siguió presentando debilidad.
Por el lado de la producción, en julio la actividad industrial siguió reactivándose, impulsada por las manufacturas, al tiempo que tanto la construcción como la minería siguieron presentando debilidad.
Por su parte, las actividades terciarias se reactivaron, aunque mantuvieron heterogeneidad en el comportamiento de los sectores que las integran:
En particular, registraron crecimientos los servicios de esparcimiento y otros servicios; las actividades de gobierno, el comercio, los servicios educativos y de salud y los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas.
En contraste, retrocedieron los servicios de transporte e información en medios masivos, los servicios financieros e inmobiliarios y los servicios profesionales, corporativos y de apoyo a los negocios.
En cuanto a la posición cíclica de la economía, en el segundo trimestre de 2022, las condiciones de holgura continuaron reduciéndose y es casi seguro que en el tercer trimestre éstas han seguido contrayéndose.
A su vez –según la Minuta–, en julio y agosto, las tasas de desocupación nacional y urbana se mantuvieron en niveles relativamente bajos, en un contexto en el que la tasa de participación laboral y la razón de ocupación a población en edad de trabajar presentaron un nivel similar al del trimestre previo.
Por su parte, con cifras ajustadas por estacionalidad, en julio y agosto el empleo formal afiliado al IMSS continuó exhibiendo una trayectoria al alza.
Finalmente, en julio el costo unitario de la mano de obra en el sector manufacturero más que revirtió el alza observada en junio, como reflejo, en buena medida, de un repunte en la productividad laboral.
Como se ve, el horno de la economía nacional no está para bollos. Lo menos que podemos lamentar es la incertidumbre. Y detrás de ella, más incertidumbre, más concentración de la riqueza, más pobreza y mayor desigualdad económica y social.