GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
Los gringos los arrean como a ganado
Francisco Gómez Maza

Ciudad de México.- Los miles de inmigrantes haitianos, refugiados en un campamento de la localidad tejana de Del Río, limítrofe con Ciudad Acuña, en el estado mexicano de Coahuila, se veían, este martes, cada vez con menos opciones, mientras el gobierno de Estados Unidos preparaba seis vuelos, para expulsarlos o a Puerto Príncipe o a Tapachula.

Los retornarán a una vida de mendicantes en la ciudad chiapaneca o a la nada de un país devastado por inundaciones, los terremotos y la pobreza extrema que conlleva una insultante desigualdad en todos los estamentos de la vida. El gobierno de México, por su parte, empezó a llevarse a algunos de la frontera entre De Río y Ciudad Acuña en autobuses, para regresarlos al sudoriente del país.

Más de 6,000 haitianos y otros migrantes habían sido desalojados del campamento en Del Rio, en el trascurso del lunes 20, de acuerdo con fuentes periodísticas. La guardia fronteriza prácticamente arreó a muchos haitianos, cogiendo a varios a latigazos. Obviamente, las autoridades estadounidenses fueron criticadas por utilizar patrullas a caballo para impedir que la gente entrara en la localidad texana, lo cual fue suficiente para que, algunos migrantes haitianos, regresaran a México, mientras que otros trataban de decidir a qué lado de la frontera probar suerte.

Funcionarios de la Comisión Nacional mexicana de Derechos Humanos caminaban entre los migrantes para localizar a los interesados en solicitar asilo en México. En lo que va de año, más de 19,000 haitianos han decidido hacerlo, incluidos algunos ahora en la frontera.

Las autoridades mexicanas detenían a algunos migrantes. Los primeros autobuses llenos salieron el domingo, y el lunes llegaron más autobuses vacíos. Algunos trabajadores humanitarios dijeron el lunes que habían visto a agentes de la Guardia Nacional ayudando a agentes de inmigración a detener un grupo de 15 a 20 migrantes en Acuña, de acuerdo con la Associated Press.

Un funcionario federal de EU dijo el domingo que el plan era llevar a los migrantes hacia Monterrey, en el norte del país, y hacia Tapachula, cerca de la frontera sur de México, y de allí trasladarlos vía aérea hacia Haití.

Muy buena noticia la que dio el Presidente de la República en su conferencia matutina de este martes 21 de septiembre, al confirmar que las familias asentadas en el Cerro del Chiquihuite, en el municipio mexiquense de Tlalnepantla, como lo anunció un día antes, el lunes, el secretario general de Gobierno del Estado de México, Ernesto Nemer Álvarez.

No podía ser de otra manera. Si los habitantes de la zona continúan indudablemente que no vivirán tranquilos, por la permanente expectativa de otro deslave, como el ocurrido el 11 de septiembre, al desgajarse pesadísimas rocas.

Mientras, el Banco de México nos da buenas noticias de su estado de cuenta, aunque los miembros de su Junta de Gobierno no manifiesten interés y menos solidaridad con las víctimas de las tragedias que ha tenido que soportar la sociedad mexicana, como el terremoto, el derrumbe en el Chiquihuite, las inundaciones, la violencia, y ahora el terrorismo sospechoso.

Claro, puede alegarse que el instituto bancario central cumple su tarea cuidando que el proceso inflacionario no se desborde, que si esto ocurriera los pobres pagarían el pato, pues la inflación se saliese de control, la carestía y el descontrol de precios destaparía el egoísmo y el espíritu de ganancia a como dé lugar, de los mexicanos que se dedican al comercio.

El Banco de México dio a conocer este martes su estado de cuenta correspondiente a la semana pasada, la que terminó el 17 de septiembre, reveló que, tanto el saldo de las reservas internacionales como el del dinero circulante entre los mexicanos y el sistema bancario nacional, indican que la inflación puede ser controlada a un trimestre de que termine 2021 y a un año y medio de que ocurrió el primer fallecimiento a finales de febrero de 2020.

Las reservas internacionales tuvieron una disminución por 136 millones de dólares estadounidenses, con lo que su saldo, al cierre de la semana, fue de 198,402 millones de dólares, monto que revela que se mantiene el equilibrio.

Lo que movió las reservas fue que, en la semana que terminó el 17 de septiembre, Banco de México realizó operaciones de mercado abierto con instituciones bancarias, para compensar una contracción neta de la liquidez por 34,360 millones de pesos. Esta fue resultado de: El depósito de recursos en la cuenta de la Tesorería de la Federación y otras operaciones por 14,186 millones de pesos. La mayor demanda por billetes y monedas por parte del público por 20,174 millones de pesos.

Por su lado, la base monetaria (billetes y monedas en circulación y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México) aumentó 20,174 millones de pesos, alcanzando un saldo de 2,209,567 millones de pesos, cantidad que implicó una variación anual de 15.2%.

El nivel y el comportamiento de la base monetaria refleja en parte las medidas sanitarias implementadas en el país, que habrían afectado la demanda de efectivo por parte del público como medio de pago. Adicionalmente, la mayor demanda de efectivo en la semana refleja el efecto estacional asociado al día feriado del 16 de septiembre.