Ciudad de México.- Difícil de creer que, en el 93 por ciento de los delitos cometidos, durante el año 2020 en México, no haya habido denuncia; o bien, las autoridades no iniciaron una carpeta de investigación, lo que se denomina cifra negra.
Pero por qué no hay denuncia de la inmensa mayoría de las víctimas del delito. Por qué se prefiere la prevalencia de la impunidad.
La ENVIPE 2021 la más reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, levantada y dada a conocer por el INEGI este miércoles 22 de septiembre, apunta que los principales motivos que llevan a las víctimas a no denunciar son: por circunstancias atribuibles a la autoridad, tales como considerar la denuncia como pérdida de tiempo (33.9%), o la desconfianza en la autoridad (14.2%.
La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, presumió, en la conferencia matutina de la misma fecha, que la mayoría de los delitos están yendo a la baja entre enero y agosto de este año.
No obstante, la funcionaria destacó – diría mejor que justificó- que el feminicidio aumentó 8% en lo que va de 2021, porque ese delito, como tal, sólo comenzó a tipificarse, desde una clara metodología, a partir de 2019.
Anteriormente se consideraba simple asesinato (delito común)
No estoy muy seguro de que debería de haber bajado la cantidad de delitos, ya en la administración lopezobradorista, pero sí debió de haberse abatido la impunidad, un mal endémico en la estructura social de México.
Sin embargo, AMLO ha machacado que sus objetivos primordiales son acabar con la corrupción y la impunidad, madre y padre de la desgracia de la que el mandatario dice que salvará a los pobladores de esta república.
El INEGI destaca cifras frías, como la estimación en 21 millones del número de víctimas del delito, el año pasado. O sea, una tasa de prevalencia de 23, 522 víctimas por cada cien mil habitantes, cifra estadísticamente menor que la estimada en 2019.
Estamos hablando de delitos de robo total de vehículo, robo parcial de vehículo, robo en casa habitación, robo o asalto en calle o transporte público, carterismo, allanamientos con robo en patio o cochera, abigeato, fraude, extorsión, amenazas verbales, lesiones, secuestros, delitos sexuales, narcotráfico, delincuencia organizada, robo de combustible y trata de personas, entre otros.
La tasa de incidencia delictiva por cada cien mil habitantes, en 2020, fue de 30,601, cifra estadísticamente menor a la estimada en 2019, cuando fue de 33,659.
En 2020, el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 277.6 mil millones de pesos; es decir, 1.85% del PIB, lo que equivale a un promedio de 7,155 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito.