Entre tecos, muristas y yunquistas te veas
Von Roehrich, y la corrupción inmobiliaria
Ciudad de México.- Ni los directivos,, que no líderes, ni los diputados, ni los senadores, ni los miembros prominentes del Partido Acción Nacional tienen cara para cuestionar la corrupción, o la complicidad de prominentes correligionarios suyos, o ellos mismos, con cárteles de la delincuencia organizada y del narcotráfico, con la corrupción política, así como con organizaciones fascistas y neonazis como el Yunque, los Tecos de la Universidad de Guadalajara, centro de estudios superiores semillero de ultraderechistas, o el MURO (Movimiento Universitario de Renovadora Orientación), aparentemente ya desaparecido, y menos, acusar a políticos de otros partidos, como lo hacen cínicamente en la tribuna de los diputados y en la de los senadores, con sus arietes, las senadoras Kenia López Rabadán y Lilly Téllez, así como los senadores del autollamado Grupo Independiente.
El grupo parlamentario panista en el Senado y el autodenominado grupo de contención, dominado a su interior por los panistas, así como el grupo de cinco senadores que se dice independiente, pero que no aclara independiente de qué o de quien, se pasan la vida legislativa hablando mal, denostando, burlándose del presidente López Obrador y de sus pares, los legisladores de Morena y aliados, los senadores del Partido del Trabajo y los del Verde Ecologista. Por supuesto que nadie les quita el derecho que tienen de cuestionar, de criticar, de contradecir. Lo que es condenable por los observadores de la vida legislativa es que los panistas y comparsas del Movimiento Ciudadano y del grupo “independiente”, que no tiene partido formalmente, pero que comulga en todo con los albicelestes, se dediquen a denostar, tanto a los legisladores del partido Morena, que por razones electorales integran la inmensa mayoría política y legislativa.
El panismo es actor de los episodios más lamentables, vergonzosos y vergonzantes de la historia de la oposición en México. Han sido postulantes de las políticas más conservadoras, y neonazis, desde que en 1939 se fundó el PAN. Sus inspiradores son los grupos de poder y de choque, inspirados por la ultraconservadora jerarquía eclesiástica, especialmente de las arquidiócesis de Puebla y de Guadalajara, como el Yunque, una organización secreta que estigmatiza los movimientos populares nacionalistas, así como los movimientos de izquierda, con la señal de la cruz.
En sus primeras décadas de vida, El Yunque no tenía buena relación con el PAN, porque consideraba a los panistas como un grupo vendido al PRI. No obstante, bajo la idea de unificar a todos los católicos en una sola línea, para las décadas de 1970 y 1980 comenzaron a infiltrarse en el partido fundado por Don Manuel Gómez Morín que, no obstante ser de pensamiento conservador, gozaba de fama de ser un personaje conciliador y formaba parte del grupo de Los Siete Sabios de México, en el que también participaban pensadores nacionalistas y socialistas.
Miembros de El Yunque participaron con el PAN, por ejemplo, en las elecciones de Chihuahua de 1986; en la candidatura presidencial de Manuel Clouthier de 1988 y en el gabinete del expresidente Vicente Fox. Este último hecho marcó un nuevo camino hacia el objetivo de los yunqueros: conseguir el poder político para defender al catolicismo.
“Cuando logran llegar al Poder Ejecutivo, con Fox, ahí es donde dicen: ‘ésta era la estrategia. Eso es lo que teníamos que hacer’. Por eso, no se han salido del PAN, incluso se metieron a otros partidos. Andaban en el PRD, cuando este era un partido de izquierda; algunos yunquistas se fueron al PRI. Por ahí se dice que integrantes de esa cofradía diabólica están infiltrados hasta en el partido del presidente López Obrador, Morena.
Esa es la calaña de la dirigencia panista tanto nacional como en los estados de la Federación mexicana, especialmente en entidades proclives al conservadurismo.
Prisión para el panista Christian von Roehrich por “corrupción inmobiliaria”
El juez de control del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México dictó la prisión preventiva justificada contra el exjefe delegacional de Benito Juárez, Christian von Roehrich, acusado de recibir departamentos, dinero en efectivo y pedir a empresarios realizar obras de reconstrucción para permitir proyectos inmobiliarios que incumplen con normas de desarrollo urbano.
La medida cautelar impuesta por el impartidor de justicia para mantenerlo en prisión se estableció ante el riesgo de que, una vez más, intente sustraerse de la ley, luego de cuatro meses prófugo.
Durante la audiencia inicial se calificó válida su detención por uso ilegal de facultades y atribuciones, cometido por servidor público, por lo que la defensa solicitó la ampliación del término constitucional para determinar su vinculación a proceso, por lo cual su situación jurídica será definida hasta el próximo jueves.
En la diligencia, el agente del Ministerio Público de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) imputó a Von Roehrich el delito de uso ilegal de atribuciones y facultades cometidas por servidor público y asociación delictuosa. Asimismo, presentó las pruebas de las acusaciones que lo vinculan en la red corrupción inmobiliaria que operó en Benito Juárez.
Cero declaraciones
Al término de la audiencia, la defensa legal del ex líder de la bancada del PAN en el Congreso de la Ciudad de México, Miguel Olmedo, señaló que no harían declaraciones. “No vamos a decir nada, lo único que vamos a decir es que el señor está bien, fuimos con el juez a la audiencia inicial y escuchamos los hechos que se nos atribuyen y escuchamos los datos de prueba que tiene la fiscalía”, expresó el abogado.
La FGJ solicitó a la Interpol, la Fiscalía General de la República, así como al Instituto Nacional de Migración la emisión de una ficha roja y alerta migratoria; por medio de esta última, el pasado jueves se logró detenerlo cuando intentó ingresar de forma ilegal a Estados Unidos. Tras el seguimiento que se hizo sobre su ubicación durante estos cuatros meses, la Policía de Investigación, detectó que se ocultó en los estados de Morelos, Guanajuato, Querétaro y su última ubicación fue Tamaulipas, donde en Reynosa buscó entrar al vecino país.