GOMEZ12102020

ANÁLISIS A FONDO
Pragmatismo nacionalista
Francisco Gómez Maza

Ciudad de México.- Pragmatismo nacionalista es lo que demostró el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la cumbre de líderes de América del Norte, celebrada en Washington el jueves 18 de este noviembre.

El mandatario mexicano impuso sus ofertas y obtuvo lo que iba a buscar, amén de que se constituyó en el primer presidente mexicano, cuya imagen y personalidad quedan impresas en la mente del presidente estadounidense, Joseph Biden, y en la del primer ministro canadiense Justin Trudeau.

Nadie podría escamotearle el buen éxito que López Obrador obtuvo en el encuentro junto al río Potomac, con sus homólogos norteamericanos. El mexicano, además, salió fortalecido, como en una revocación de mandato. Quien le regatee el mérito y el éxito estaría actuando impulsado por pura reacción biliar, por el odio ideológico.

El nacionalismo de López Obrador, por el que decide impulsar el retorno del Estado a la rectoría de la economía, con la contra reforma energética y la eléctrica, que revolverá el control de esa rama de la economía a la Comisión Federal de Electricidad, no fue un problema para obtener buen éxito y reconocimiento en la Cumbre de Washington.

Pareciera que ni fue urgido, principalmente por el presidente Biden, a tratar el asunto que trae como locos a los defensores de la privatización a ultranza de la economía. Es decir, los residuos del Viejo Régimen.
Quedó claro que la privatización de la industria petrolera y de Petróleos Mexicanos, así como la generación de energía eléctrica, decididos por los gobiernos del PRI y del PAN, fue un escandaloso fracaso.

Ni llegaron las carretadas de dólares de inversión extranjera directa en explotación (que la exploración ya la hizo Pemex), prometida por el gobierno de Peña, ni se acabaron los gasolinazos o incrementos desmesurados de los precios de las gasolinas. Ni se abarataron las tarifas del consumo de la energía eléctrica para la población.

Las propuestas del Presidente mexicano en la Cumbre demostraron que no son ocurrencias, como aseguran, con supina ligereza, los detractores del tabasqueño, a quien acusan de demagogo de izquierda (ojo: es más peligrosa la demagogia del dinero, de la cual hablaremos en su momento).

Propuestas, como detener las migraciones forzadas, yendo al fondo del problema, atacando sus causas estructurales, socioeconómicas, políticas, que son, entre otras, la extrema pobreza, los desastres naturales, la injusta distribución de las oportunidades de sobrevivencia, la exclusión, la corrupción política y la violencia desplegada por la delincuencia organizada, entre otras, fueron emuladas por el gobierno de Biden.

En ese terreno, el gobierno estadounidense anunció la implementación del programa homólogo de Sembrando Vida en los países centroamericanos más pobres, como Guatemala, El Salvador y Honduras, que ha sido bautizado como “Sembrando Oportunidades”.

Pero el pragmatismo de AMLO también se palpó en la propuesta a Estados Unidos de que acepte migraciones controladas para impulsar su economía, agregándole mano de obra que, al tiempo, daría un respiro a los inmigrantes.

Y quizá la propuesta más pragmática de AMLO en la Cumbre, que podría contrastar con su praxis doméstica de confrontar cotidianamente al empresariado corporativo, que no cumple con sus obligaciones fiscales, por ejemplo, o a las empresas mediáticas y periodísticas que son punta de lanza de grupos hegemónicos ideológicos, fue la creación de un bloque económico de América del Norte, para hacer frente a los desafíos de la apertura de grandes economías como la de la República Popular China.

En fin. Podemos seguir hablando del contenido del discurso lopezobradorista en el seno de la Cumbre, pero la conclusión más concreta es que el presidente mexicano salió ratificado por millones de mexicanos que siguieron su participación en la Cumbre. Me da la impresión que, después de esto, saldrá sobrando la tan regateada Revocación de Mandato.