También la inflación enfrenta serios peligros
Ciudad de México.- El balance de riesgos para el crecimiento de la economía se mantiene con un considerable sesgo a la baja, de acuerdo con los sibilinos del Banco de México.
Entre los riesgos a la baja en el horizonte de pronóstico sobresalen los siguientes:
1.- Que se observe una mayor demanda externa, particularmente de la proveniente de Estados Unidos, en detrimento de la actividad económica en México.
2.- Que los efectos de la pandemia a nivel mundial, o de conflictos geopolíticos, prolonguen o intensifiquen las afectaciones al comercio y los problemas en las cadenas de suministro a nivel global, y que ello conduzca a escasez de insumos o mayores costos de producción en diversos sectores de la economía.
3.- Que se presenten condiciones financieras más astringentes de lo esperado y episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, que afecten los flujos de financiamiento para las economías emergentes.
4.- Que la recuperación del gasto de inversión sea menor a lo esperado o insuficiente para apoyar el proceso de reactivación de la economía y el crecimiento de largo plazo. En este sentido, que las controversias asociadas al T-MEC contribuyan a incrementar la incertidumbre, en detrimento de la inversión.
5.- Que la pandemia del covid-19 siga afectando las condiciones de oferta y de demanda de la economía global, repercutiendo adversamente en la recuperación de la actividad económica nacional.
6.- Que los fenómenos meteorológicos extremos, tales como sequías, temperaturas atípicamente altas o ciclones, impacten adversamente la actividad económica nacional o regional.
Riesgos a la alza
Del otro lado, entre los riesgos al alza para el crecimiento en el horizonte de pronóstico destacan:
1.- Que la trayectoria a la baja en el número de contagios de la reciente ola y la continua adaptación de la economía a las condiciones impuestas por la pandemia impulsen una recuperación más vigorosa, particularmente en aquellos sectores cuya reactivación ha sido más lenta.
2.- Que, en el marco del T-MC, México sea un destino atractivo para la inversión ante una reconfiguración global en los procesos productivos, con beneficios para su actividad económica y productividad.
3.-Que las condiciones financieras globales sean más conducentes al crecimiento económico de lo esperado.
En otro orden, el Banco de México desglosa los principales riesgos a los que está sujeta la inflación.
Riesgos al alza:
1.- Persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados.
2.- Presiones inflacionarias externas asociadas a la evolución de la pandemia.
3.- Mayores presiones sobre los precios derivadas del conflicto geopolítico, en particular sobre alimentos y energéticos.
4.- Episodios de depreciación cambiaria posiblemente ante eventos de volatilidad en los mercados financieros internacionales.
5.- Presiones por mayores costos asociados a las condiciones de contratación o salarios que pudieran traspasarse a los precios al consumidor.
Riesgos a la baja:
1.- Que una desaceleración mayor a la anticipada de la actividad económica mundial pudiera implicar menores niveles de inflación en el nivel global, que disminuyan las presiones sobre la inflación en nuestro país.
2.- Que una disminución en la intensidad del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania implique menores presiones sobre la inflación.
3.- Que el control de la pandemia resulte en que las cadenas de producción y distribución retomen un funcionamiento eficiente que permita liberar mayores presiones sobre los precios.
5.- Que las medidas implementadas en el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) tengan un efecto mayor al anticipado.
Entorno de la inflación
El Informe del Banxico profundiza en el problema del crecimiento de los precios:
La inflación en México y en el mundo continúa enfrentando un entorno sumamente complejo en el que los choques han sido ya duraderos y las presiones inflacionarias han seguido aumentando. Los efectos de la pandemia se han venido acumulando por más de dos años, y a ellos se han añadido los correspondientes a la guerra en Ucrania, misma que se ha prolongado. De este modo, la inflación en muchos países y en México ha alcanzado niveles no vistos en décadas.
La coyuntura ha sido inédita en que los choques han sido en el nivel global, han afectado tanto a la oferta como a la demanda, y han sido transversales, pues han impactado a una gran cantidad de bienes y servicios.
Por el lado de la demanda en diversos mercados mundiales ésta ha sufrido cambios importantes a lo largo de la pandemia, en respuesta a los significativos estímulos en las economías avanzadas y a modificaciones en las preferencias de los consumidores durante el confinamiento y posteriormente durante la reapertura de la economía.
La oferta ha enfrentado incertidumbre respecto al comportamiento de la demanda y no se ha podido ajustar a la misma velocidad. Al mismo tiempo, se ha visto afectada por la escasez y encarecimiento de los insumos, así como por disrupciones en las cadenas de producción y suministro, y en su planta laboral. De este modo, el desbalance entre oferta y demanda en diversos mercados ha puesto una significativa presión sobre la inflación.
Ante esta coyuntura, la inflación en México ha seguido enfrentando choques no anticipados, de modo que ha ubicado en niveles mayores a los previstos. Es así que, en los anuncios de política monetaria del 23 de junio y en el del 11 de agosto, el Banco de México revisó al alza los pronósticos de inflación. En el actual informe se mantiene vigente la trayectoria presentada por el Anuncio de Política Monetaria más reciente.
Aclara el Banco de México que la revisión al alza hasta el tercer trimestre de 2023 en la trayectoria de la inflación general entre el Informe Trimestral analizado, el anterior es consecuencia de ajustes en esa misma dirección tanto en la inflación subyacente, como en la no subyacente. En la parte subyacente, la revisión considera que, si bien los incrementos de las referencias internacionales de algunas materias primas que se presentaron a raíz del conflicto bélico en Ucrania han mostrado cierta reversión, prevalece el contexto de presiones en los costos de producción, de disrupciones, en las cadenas de producción y distribución y de una elevada demanda global.
Así la inflación de las mercancías, particularmente la de los alimentos, y la de los servicios se ha ubicado por arriba de lo previsto en el informe anterior. De este modo, la revisión de la inflación subyacente refleja trayectorias de inflación más elevadas para ambos componentes, si bien la contribución de la de las mercancías al ajuste es mayor. En la parte no subyacente, este entorno también ha influido en que se anticipen trayectorias de mayor inflación de los productos agropecuarios, en tanto que las de los energéticos continuarían reflejando las políticas implementadas por el Gobierno Federal.