Los audios, un Manual Priista para lavar dinero privado
Ciudad de México.- Y los consejeros del INE están ciegos, sordos, mudos y tullidos… Parece que son incapaces de deshacer el entuerto tricolor.
Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, ex gobernador de Campeche y líder nacional del PRI está hundido en un fango hediondo de corrupción del que, muy lejos de salvarse, se hunde cada vez más y ya está sumido hasta el cuello, gracias a él mismo. Y de paso, hunde a la Alianza va por México, que hasta el MC desdeña abiertamente, por fracasado.
Todo “para no dejar huella…”
Las grabaciones de conversaciones del dirigente priista con dos de sus colaboradores en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, uno de los cuales sólo responde al nombre de Hugo –así, solamente Hugo, sin apelativos–, hechas públicas por Layda Sansores Sanroman, gobernadora de Campeche, rebelan el delictuoso manejo de dinero en efectivo, que recibe el dirigente político de manos particulares y que, por tanto, no es parte del financiamiento público que otorga a los partidos políticos el gobierno federal a través del INE y con la bendición del Poder Legislativo.
Por cierto, la grabación involucra también al Instituto Nacional Electoral porque, supuestamente, no se facturaron bien los gastos de campaña del proceso electoral del PRI en 2021.
Los audios dados a conocer por Sansores Sanroman sólo revelan corrupción y son auténtico manual de cómo lavar dinero público y privado sin dejar una sola huella para despistar a los órganos jurisdiccionales, como el INE, la Fiscalía para Delitos Electorales y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Servicio de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda.
En una de las grabaciones, dadas a conocer por la gobernadora morenista, el martes de esta semana, se revelan pagos importantes en efectivo a la empresa Televisa, a través de un alto directivo de apellido Bauer, que no fue documentado con factura ¡para no dejar huella! El único funcionario ejecutivo de la televisora se llama Michel Bauer.
El hecho es que los audios sólo indican la gran corrupción que practican los altos mandos del PRI, encabezados por Moreno Cárdenas, y que involucran directamente a Lorenzo Córdova Vianello, quien, como presidente consejero del INE, ya tendría que haber comenzado una investigación y ya tendría que haberse referido públicamente al asunto, que lo embarra de complicidad, aunque él lo refute.
Al contrario, como lo dice Álvaro Delgado, reportero, analista, comentarista como co-conductor del programa “Los Periodistas”, patrocinado por la plataforma digital Sin Embargo, los consejeros del órgano electoral están ciegos, sordos, mudos y tullidos, ante tales actos de corrupción del dirigente priista, al que, al final del día, tendrán que investigar y castigar por delitos electorales que ameritan prisión.
Los audios, dados a conocer por la gobernadora de Campeche, en los que el dirigente priista pregunta a uno de sus colaboradores cómo van los manejos del dinero aportado por particulares simpatizantes del PRI, revelan que, en el manejo de tales recursos, hay triangulación, lavado de dinero, y los diálogos que se escuchan en las grabaciones vienen a ser todo un manual para lavar dinero.
Los ingresos y gastos que realizan los partidos políticos en las campañas electorales deben tener comprobación fiscal, pero en la práctica los dirigentes partidistas se burlan de las leyes y las normas. Y para no dejar huella fiscal, Alito ordena pagar en efectivo a proveedores y medios de comunicación que publican alabanzas al otrora partido aplanadora.
El objetivo primordial de la dirigencia priista, seamos objetivos, seamos honestos, es lavar dinero mal habido, hacer trampas en el manejo de dinero en efectivo. triangular dinero, para evadir impuestos, para eludir el pago de impuestos, para hacer trampas electorales. Y todo. todo para enriquecimiento personal totalmente ilícito, delictivo.
A DESFONDO: El presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la hipocresía de afirmar, como lo hizo el jesuita Javier Ávila, “El Pato”, superior de la comunidad jesuita de la comunidad tarahumara de Cerocahui, donde fueron asesinados los dos ancianos misioneros, al asegurar, en cuestionamiento a la política de seguridad del mandatario, de ”abrazos, no balazos”: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, contradiciendo la doctrina cristiana de actuar con amor y generosidad… La verdad es que los ministros católicos sólo pueden predicar la paz y el amor de Dios. Y una política de seguridad, de persecución de la delincuencia organizada, en este caso, no puede basarse en la violencia, en la ley de ojo por ojo, diente por diente, rechazada por Jesucristo, sino en algo más profundo. En atacar, sí, las causas últimas del comportamiento humano. Seamos sinceros, honestos: a López Obrador se le acusa hasta de cómplice de la delincuencia organizada. En su sexenio, el entonces presidente Felipe Calderón, católico preconciliar, de comunión frecuente si no es que diaria, dependiente de lo que se llama un padre espiritual, no tuvo empacho en declarar una guerra antievangélica, antirreligiosa, anticatólica, que causó más daños colaterales, infinidad de muertes de personas inocentes, inclusive niños, que resultados para acabar con la delincuencia organizada, el narcotráfico, la trata de personas, el maltrato a las mujeres, los feminicidios entre otros crímenes de lesa humanidad…