GOMEZ12102020

ANÁLISIS ELECTORAL
Hidalgo: la revancha 2018-2021
Pablo Vargas González 

Pachuca.- Las elecciones intermedias de 2021 en Hidalgo vaticinan una nueva recomposición de fuerzas políticas y forman parte de una disputa estratégica por el poder político en la entidad: la gubernatura en 2022. Pero además los comicios del 2021 constituyen una arena para medir fuerzas nuevamente en relación con la derrota que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) propinó a la preponderancia del PRI en 2018.

     La elección del 2021 forma parte de una hilera de tres elecciones definitorias para el futuro político de la entidad: municipales en 2020, Congreso Local 2021 y gubernatura 2022. El único actor que entendió las claves sin duda fue el PRI del gobernador Omar Fayad Meneses quién instrumentó un fuerte operativo electoral para inflar a su partido y candidatos, y quien se juega el éxito o fracaso político puesto que la renovación de la gubernatura representa la continuidad o el cambio político, y ello implica la posibilidad de la rendición de cuentas puesto que la opacidad y la corrupción han sido uno de los signos representativos del gobierno local.

     Ante una campaña donde se renueva la cámara de diputados federal, 15 gubernaturas y demás congresos locales y alcaldías, una amplia incertidumbre acecha México por los intereses en juego y por la crispación que da continuidad a una campaña de odio y discurso violento proveniente desde 2006 y 2018 en donde las instituciones electorales solapan a los agresores y empresas que difunden contenidos violentos. La elección es de interés para los hidalguenses puesto que está en juego la integración del Congreso Local, y la mayoría en este órgano es fundamental para los asuntos de legalidad y transparencia.

     Hidalgo es una entidad sin alternancia política estatal, de predominio partidario que arrastra como signos durante un siglo, la pobreza extrema, el control político y la corrupción sexenal, se encuentra en otra elección que representa la posibilidad del cambio de tendencias por la presencia de nuevos actores y partidos. Sin embargo, las prácticas electorales, clientelismo, compra del voto, presencia discrecional y descontrolada de recursos públicos y dinero así como captura de instituciones, serán el factor que incline la balanza.


Contexto local: nueva recomposición de fuerzas hacia 2022
Conviene tomar mucho en cuenta las elecciones de 2020 en Coahuila e Hidalgo, primeras elecciones después de 2018, donde a pesar de que el gobierno federal y el mismo presidente ofreció que ya no iba a ver fraudes electorales, los grupos de poder local principalmente gobernadores y sus partidos metieron las manos, manosearon los comicios y atropellaron las “reglas del juego”. El caso de Hidalgo no fue más elocuente que el de Coahuila, ambos emparentados por grupos políticos que se mueven por el poder en ambos estados (familia Moreira- Viggiano).

     En 2018 en el estado de Hidalgo, AMLO y su coalición “Juntos Haremos Historia” ganó el “carro completo” en las elecciones presidenciales, de Senado y diputados y ganó por primera ocasión el Congreso Local. El PRI gobernante por primera ocasión sintió la fuerza opositora y cayó en la lona. Ejemplo más claro fue la elección interna del PRI de 2019 para elegir a su liderazgo nacional, solo “participaron” 23 mil 027 “militantes” de un padrón de 161 mil 145. Es decir, el PRI estaba debilitado.

     Sin embargo el gobierno de Omar Fayad en las elecciones municipales de 2020 dando la espalda a la propuesta de AMLO de no intervenir en las elecciones, tomó la batuta impuso candidatos excluyendo a representantes de Osorio Chong y Francisco Olvera e intervino en otros partidos, inclusive Morena causando divisiones e intrigas y fue inflando al PRI con recursos públicos y manejo discrecional de dinero, nunca reportado.

     Las elecciones de 2020 se hicieron en medio del contagio Covid-19, se suspendieron casi seis meses, y el PRI empezó a movilizar la estructura electoral y utilizar los programas sociales locales “Escudo Hidalgo” incluso los destinados a apoyar a la gente por el contagio para hacerse propaganda. Nadie los detuvo. El organismo electoral IEEH ha funcionado como apéndice del gobernador y del PRI los ejemplos de su parcialidad son tan enormes como del tamaño del estadio de futbol.

     En Hidalgo se organizó un operativo electoral de Estado comandado directamente por el gobernador su objetivo: reducir y aniquilar a Morena como gran venganza de 2018 pero fundamentalmente por su aspiración de estar en la boleta en 2024, para lo cual necesitaba triunfos contundentes, de esta forma se centró en las cabeceras distritales electorales con el fin de ganar esas plazas para esta elección de 2021 y la elección de gubernatura que empieza este mismo año pero que se realizará en 2022.

     Y lo logró, con graves irregularidades el PRI gobierno descarriló la elección municipal en connivencia con los organismos electorales, no ganó pero manipuló los resultados de las principales plazas municipales: Pachuca, Tulancingo, Ixmiquilpan, Huejutla, Mineral de la Reforma y Tula de Allende. Como nunca antes visto, el principal elemento fue el uso de dinero y la compra de voto. Mucho dinero de origen obscuro y posiblemente ilegal.

     La legalidad fue atropellada de modo sistemático, no hubo PREP con lo que se facilitó el manoseo de los votos en municipios estratégicos como Pachuca, Tulancingo, Tula de Allende, Huejutla, Ixmiquilpan y Mineral de la Reforma. De 84 municipios en 62 se interpusieron 126 recursos de impugnación por las sucias condiciones electorales, tampoco fueron atendidas por el Tribunal. El presidente AMLO promovió que los fraudes electorales, la manipulación electoral y la alteración de resultados estuvieran consagrados en la Constitución. Resulta difícil que los grupos de poder económico que pretender regresar al poder quieran respetar la ley pues están utilizando todas las argucias a su alcance.

     El objetivo del PRI fue reducir al máximo y arrinconar al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y recuperar las plazas principales con lo que se hizo de 32 municipios, entre ellos las cabeceras de distrito electoral, local y federal, dejando a Morena solo con 6 pequeños municipios. Con lo que aplanó el escenario presente y futuro con ventajas a su favor.
Candidatos y coaliciones: nuevo multipartidismo

     En el marco de una elección multipartidista donde aparecen nuevos colores y emblemas, compiten diez partidos nacionales y cuatro locales, sin embargo, se producirá una polarización entre dos fuerzas. Los nuevos partidos, de nivel federal, Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas, y Partido Encuentro Solidario (PES), buscarán el registro definitivo.

     El PRI cocinó dos coaliciones, una federal y otra local, en ambas el gran ganador fue el gobernador Omar Fayad quien se llevó el mayor número de candidaturas. En la federal la alianza “Va por México” se juntó con el PAN y el PRD en continuidad con la que se dio en el nivel nacional para formar un frente contra la Cuarta Transformación del gobierno federal de AMLO. De los siete distritos federales el PRI se quedó con tres donde colocó a tres personas integrantes del gabinete del gobernador Fayad; el PAN en dos (Tulancingo e Ixmiquilpan) y el PRD en otros dos (Tula de Allende y Actopan).

     En los 18 distritos locales la alianza “Va por Hidalgo” se refrendó solo en 16 circunscripciones e incluyó al Partido Encuentro Social Hidalgo (PES-H) que ha sido controlado por el ex secretario de gobernación hoy senador Miguel Ángel Osorio Chong. El PRI se quedó con siete distritos, y cada uno de los partidos con tres, el PAN en Huichapan, Tepeji del Río e Ixmiquilpan. El PRD en Tula, Zimapán y Metepec. El PES-H con los distritos Huejutla, Tizayuca y Mixquiahuala.

     Además de la preponderancia del gobernador en las candidaturas sobresalió una lucha interna dentro del PRI, la campaña adelantada por la gubernatura, Israel Félix claramente decantado como delfín de Omar Fayad, para proteger sus espaladas, quién ganó la alcaldía de Mineral de la Reforma gracias a los apoyos gubernamentales empezó a hacerse propaganda en plena campaña, en otras regiones de la entidad, frente a Carolina Viggiano que obtuvo la candidatura a diputada plurinominal gracias a que es secretaría general del CEN, quien se pudo mover en toda la entidad, con dificultades puesto que sus principales detractores fueron la prensa oficial y el fuego interno.

     En Morena, con severas dificultades por la división interna y por el desaseo de querer imponer una dirección estatal, la selección de candidatos fue mera simulación. Otra vez no se siguieron los estatutos. El gran ganador fue el Grupo Universidad, comandado por Gerardo Sosa Castelán quien se encuentra preso en el penal del Altiplano acusado por delincuencia organizada, peculado y defraudación fiscal. En 2018 se le entregaron tres candidaturas federales y once locales sin ninguna explicación y ahora lo volvieron hacer: la Sosa Nostra se quedó con tres diputaciones federales, una de ellas en el tercer lugar de la lista de representación proporcional, asegurando lugar en la cámara. Además de obtener, por lo menos seis candidaturas al Congreso local dentro de la coalición. El Grupo Universidad es quien domina en las decisiones de Morena aun en contra de la militancia.

     Morena, PVEM y PT rehicieron la alianza “Juntos Haremos Historia” a nivel federal. Morena presentó un interés más por los distritos federales que por las diputaciones del Congreso Local; se quedó con seis de ellos y solo dio al PVEM el distrito de Tula de Allende. Con el mismo nombre se registró la alianza en 16 distritos locales incluyendo al PANAL-H otrora partido de Elba Esther Gordillo.

     Morena se quedó con cinco distritos locales, cediendo los tres ubicados en el área metropolitana de Pachuca donde tuvo más votos; el PT con cinco, el PANAL-H con cuatro, el PVEM con dos. Cabe agregar que el PT, PANAL-H y PVEM fueron los que avalaron la injerencia del grupo Universidad en sus distritos.

     La amplia inconformidad de la militancia y simpatizantes de Morena por la imposición de candidaturas se expresó de diversas maneras, incluyendo, la “toma” de las oficinas de la dirección estatal. Este partido tiene una crítica situación de debilidad interna y falta de liderazgo. No era para menos, quienes ocuparon las candidaturas eran gente impresentable, los llamados “chapulines”, oportunistas políticos que inexplicablemente tuvieron lugar en los primeros sitios de las lista de representación proporcional, Francisco Javier Berganza, “el cantante” y Canek Vázquez, provenientes del PRI.

Por los demás partidos, Movimiento Ciudadano (MC) por primera vez va sin alianza; los partidos locales luchan por refrendar el registro local: Podemos y Más por Hidalgo fueron solos, la tienen difícil dada tendencia de polarización del voto.

Campaña electoral: pandemia y clientelismo
Con la experiencia de los comicios municipales de 2020 y en semáforo epidemiológico naranja iniciaron las campañas electorales el mes de abril. El tema de la pandemia SARS-Cov2 abrió una discusión sobre la asistencia a las urnas ya que a finales de mayo cambió a semáforo verde, con riesgo de contagio bajo, pero con 13 municipios en rojo. En 2020 se utilizó la pandemia del Covid-19 para que la gente no saliera votar, principalmente en las grandes ciudades.

     Aun así se desplegaron las campañas electorales. Los que marcaron la pauta fueron las dos coaliciones. Sin embargo, la discusión sobre los principales propuestas no despertó un gran interés, al contrario, en la prensa se dice que fueron sido flojas e irrelevantes.

     Las campañas no tuvieron el mayor impacto, adolecieron de propuestas sobresalientes ni en el nivel federal ni local, para la integración del Congreso. El PRI solo atinó a tirarle a la Cuarta Transformación (4T) con señalamientos de “formar una nueva mayoría contra las ocurrencias de AMLO”, “falta de medicinas en hospitales”, “mal gobierno”, “desatención del campo”, “gobierno del desastre” lo que se prestó para el escarnio en redes sociales. Jesús Zambrano líder del PRD fue el único líder nacional que visitó la entidad.

     La campaña de Morena tampoco tuvo la profundidad ni siquiera de seguir los slogans de la campaña federal mucho menos los candidatos a diputados locales tuvieron propuestas para la agenda del Congreso. Mario Delgado visitó Hidalgo en el cierre de campaña.

     En Hidalgo los debates entre candidatos han seguido una fórmula de tener el menor impacto posible, sin difusión, sin cobertura del IEEH y con el desinterés de la opinión pública, solo los candidatos del PRI y sus coaligados capitalizaron esos encuentros pero en la prensa oficial que les dio vuelo se presentaron como “ganadores”.

Elementos de coyuntura
Muy distantes las condiciones del 2018 con estos comicios en 2021. Aunque son elecciones nacionales el “efecto cascada” que hubo en las elecciones presidenciales pasadas no va existir, y muy poco el voto de “arrastre” de Morena. AMLO que fue el artífice del Tsunami” no va estar en la boleta lo que resultará difícil tener la misma asistencia a las urnas que fue del 64% y los mismos resultados.

     Empero el presidente López Obrador pese a la campaña sistemática en su contra, siguió teniendo un alto índice de aprobación a su administración lo que dará alguna base de votos a la coalición “Juntos Haremos Historia” empero los resultados electorales dependen de las candidaturas y de la campaña realizada pero no dará victorias en automático sobre todo porque la coalición PRI-PAN-PRD utilizó toda la maquinaria del viejo régimen.

     Nuevamente, como en 2020 compite la estructura reforzada del PRI y el gobierno local, bien aceitada con mucho dinero circulando, con todas las prácticas de corporativismo, clientelismo y compra del voto, frente a la estructura de Morena, sus grupos de promotores (COTS) y los incentivos que se pueden capitalizar del gobierno federal en cuanto a las pensiones, becas y apoyos. Sin duda con muy poca comparación de recursos, experiencia, injerencia real y cobertura en toda la entidad. A ello se agrega la debilidad de estructura territorial de Morena y sus coaligados, PT, PVEM.

     En elecciones concurrentes a diferencia del 2020, el INE será quien tome la batuta en lo que corresponde a la organización, capacitación electoral e instalación de casillas, incrementando en 171 el número de éstas, que trabajará de modo coordinado con el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) cuyo consejo general permanece intacto después de las pifias de las elecciones anteriores, sobre todo la caída del PREP en 2020; es el encargado de operar la elección del Congreso Local. Es sorprendente que en tres años el listado nominal haya crecido en más de cien mil electores.


Escenarios de participación: pandemia y operación electoral
La compleja combinación de factores de coyuntura serán definitorios en los resultados electorales, es decir las condiciones socio políticas, institucionales y de operación electoral –clientelismo y compra del voto- así como la profundidad de las campañas y la inserción de las candidaturas en cada distrito, en conjunto serán los determinantes de triunfos y derrotas. El marco multipartidista, catorce partidos contendientes, no será un factor decisivo ante la polarización.

     Será más influyente, como lo ha sido con anterioridad, el control político municipal del cual el PRI, con la ayuda del gobierno estatal y las instituciones electorales, recuperó valiosas plazas municipales, ya que la operación electoral se produce en el nivel territorial, en las secciones electorales, donde se instalan las casillas y se movilizan las estructuras para el voto.

     A ello se agrega el grado de participación electoral en estas elecciones intermedias; por primera vez habrá elecciones concurrentes en estos comicios intermedios, que regularmente son de carácter abstencionista. En Hidalgo al agregar las elecciones de diputados locales se espera que se incremente la asistencia a las urnas. La entidad tiene un pasado abstencionista debido a la hegemonía priista, al que se agrega un marcado desinterés por elecciones legislativas.

     El tipo de campañas electorales, más ligadas a líneas nacionales, y de poca sustancia, más enfocada al marqueting y al impacto mediático inclusive hacia la denostación más que a las propuestas, la falta de debate y un contexto nacional fuertemente competido por dos grandes coaliciones, en Hidalgo es probable que la tendencia histórica hacia el abstencionismo, reduzca la competitividad e inclusive pueda ser factor de triunfos sobre todo en distritos urbanos. Grandes segmentos de población, los adultos mayores que en 2018 fueron decisivos para Morena si no salen a votar por la campaña de miedo y la pandemia pueden originar avances de sus adversarios.

     Los partidos tienen distintas expectativas en esta elección; algunos mantener votos; otros alcanzar los sufragios que impidan su desaparición. Si bien en algunos distritos hay una campaña competitiva, y no se sabe con certeza los resultados, no se esperan sorpresas en las preferencias, seguirán pesando condiciones y factores locales tales como la geopolítica, el control de las administraciones municipales, la presencia inequitativa en medios de comunicación local y la operación electoral en base de la compra de votos. Solo una amplia participación cívica podrá cambiar estas tendencias.

     Dadas las condiciones de salud y el caracter de estos comicios será imposible reproducir los resultados de 2018 donde se contó con un factor inédito, el voto de arrastre, inclusive Morena participó sin alianzas (Cuadro 4). El registro de dos grandes coaliciones son las que polarizarán los resultados. Una encuesta (Massive Caller) del mes de abril marca la pauta de las tendencias, aunque se deben tomar con las precauciones debidas. En este sondeo lo único que resalta es la polarización entre las dos coaliciones y una cerrada competencia en los siete distritos federales.

     Los antecedentes de participación en este tipo de elecciones en Hidalgo son muy bajos inclusive en el periodo de las “reformas políticas”, significa que la cultura política de los hidalguenses y el interés sobre estos comicios siguen siendo bajas. En 2009 el ausentismo llegó al 57% y en 2003 después de la primera alternancia la abstención hidalguense fue del 61%, en 2015 fue del 54%.

Conclusión
En resumen, la encuesta de preferencia electoral publicada al principio de la campaña cuyos resultados pueden variar según el trabajo y los operativos electorales, muestra reducidas diferencias en tres distritos lo cual eleva el nivel de incertidumbre sobre todo por el comportamiento de otros partidos. El caso ejemplar es el distrito Huejutla donde las diferencias entre Morena y PRI son de cinco puntos pero el PES fue creciendo y puede quitar votos a uno y otro ya que el PES-H local apoya Vamos por México y, por otra, las rivalidades de grupos políticos del PRI puede dar votos diferenciados.

     Los distritos restantes, se reparten entre las coaliciones. Morena y “Juntos Haremos Historia” aventajan en Ixmiquilpan y Tula de Allende mientras que el PRI y sus coaligados en Vamos por México aventajan en tres, Pachuca, Tulancingo y Tepeapulco. De pronóstico reservado están los distritos Actopan y Huejutla. La sinergia que hayan realizado las coaliciones entre los distritos federales y locales ayudará a tener ventaja en los distritos locales para la integración del Congreso Local. Inclusive, como ya ocurrió en 2018 el voto diferenciado puede ser otro factor influyente sobre todo en comicios altamente cerrados.

     En 2021, las exigencias del contexto nacional, no solo nos colocan en el dilema de votar sino que pone en juego tanto a nivel nacional como local si las elecciones siguen siendo un factor democrático, de la legitimidad y representatividad de las instituciones. O bien, si se mantienen prácticas desleales y operativos ilegales desde el poder local. Está en juego la credibilidad de las instituciones y la libertad real de los ciudadanos para esclarecer el rumbo democrático del país. Sería un llamado para hacer cambios en la participación e intervención ciudadana en los asuntos de gobierno, aun por la vía pacífica y no solo en el ámbito electoral.

*Profesor investigador de la UACM