GOMEZ12102020

Arquitecto Enrique L. Canseco
Francisco Ramos Aguirre

Ciudad Victoria.- Al consultar los catálogos del patrimonio edificado en Victoria y Tampico, llaman nuestra atención las importantes construcciones del arquitecto Enrique L. Canseco. Indudablemente su actividad profesional abarca fragmentos del período posrevolucionario en Tamaulipas, al amparo de los gobernadores Emilio Portes Gil y Raúl Gárate, quienes le encomendaron las principales obras públicas de sus administraciones.

     Enrique L. Canseco González nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas el 10 de octubre de 1886. Perteneció a una familia donde predominaron ingenieros y arquitectos. Además, tenía parentesco con el presidente General Manuel González y el ingeniero oaxaqueño Manuel María Canseco. Muy joven, después de concluir sus estudios preparatorianos en el Instituto Literario del Estado, se trasladó a la capital del país donde abrazó la carrera de arquitectura en la Academia de San Carlos o Escuela Nacional de Bellas Artes.

     Su título profesional fue expedido el 18 de enero de 1910 por Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Posteriormente viajó a la ciudad de Florencia, Italia donde conoce al célebre pintor, vulcanólogo y paisajista, Gerardo Murillo "Dr. Atl," con quien sostuvo una relación de amistad durante muchos años. Incluso la tradición familiar afirma que durante los cuarenta, se hospedó varios días en el Rancho La Negra -propiedad de Canseco-, ubicado a pocos kilómetros de Victoria.

     Al abandonar Italia, el joven tamaulipeco regresó a México a ejercer su profesión. En 1917 contrajo matrimonio en la Parroquia de San Cosme de la Ciudad de México con María Remedios Rivas Pérez Tagle. De esta unión nacieron Paulina y Águeda Canseco Rivas. Gracias a los nexos familiares con la famosa María Antonieta Rivas Mercado, logró establecer un acercamiento con los arquitectos Eduardo Canseco y Antonio Rivas Mercado, autor del monumento donde se localiza el Ángel de la Independencia.

     Atraído por el auge petrolero, a mediados de la década de los veinte lo encontramos en Tampico, cuando el gobernador Emilio Portes Gil lo contrata para el diseño y construcción de dos edificios cercanos a la Plaza Principal. El primero con elementos neoclásicos y art nouveau se levantó en 1925. Fue sede de la alcaldía y después oficinas del DIF. Por otra parte el actual Palacio Municipal, fue levantado entre 1928-1933. En ese mismo lugar, diseñó una escultura en alto relieve.

     Su relación cercana a Portes Gil quien figuraría como presidente de México después de la muerte de Álvaro Obregón, lo llevó a ser nombrado gobernador interino de Tamaulipas (1935-1937), luego de la caída del doctor Rafael Villarreal. A pesar de conocer muy poco sobre asuntos políticos, durante su breve período en el cargo se mostró hábil como servidor público. En esos años participó en el acto inaugural de la Carretera Panamericana, expidió la Ley Orgánica del Magisterio Tamaulipeco, organizó la Gran Feria Exposición Agrícola y Ganadera con sede en Tamatán, gestionó la carretera Ciudad Victoria-Matamoros y a pesar de las dificultades económicas, atendió los reclamos salariales de los maestros.

     Para entonces, estaba casado con María Purificación Quintana Terán, con quien procreó cuatro hijos: Enrique Carlos, María Purificación, Marcelo Guadalupe y Rubén. Al concluir su gestión se retiró de la vida política y su actividad profesional disminuyó. Únicamente se tienen noticias cuando supervisó la construcción del Hotel Sierra Gorda de estilo californiano, propiedad de la familia Benítez. Dicho edificio fue diseñado por el arquitecto-ingeniero regiomontano Eduardo Belden Gutiérrez, y construido entre 1937 y 1939.

     En esa época adquirió el Rancho La Negra dedicado a la siembra de henequén y extracción de fibra a través de una máquina que operaba en dicho predio agrícola. Entre sus negocios, destaca una fábrica de mosaicos que él mismo atendía en la calle Morelos. En este sentido, parte de la producción de ese material se utilizó en edificios públicos y residencias locales.

     Su reactivación y etapa final como arquitecto, se presentó en 1947 al dejar la gubernatura Hugo Pedro González, con motivo de la trágica muerte del periodista Vicente Villasana director de El Mundo de Tampico. Durante su breve administración, el general Raúl Gárate le encomendó construir el Palacio de Gobierno, la Penitenciaría del Estado y el Edificio Miguel Alemán. Estas obras fueron concluidas a principios de la década de los cincuenta.

     Otra obra relevante donde aportó sus conocimientos arquitectónicos, fue la Iglesia de San Isidro Labrador en Tamatán, construida a sugerencia de su madre quien se distinguió como una devota católica. El 7 de enero de 1951, se bendijo la imagen del Santo Niño de Las Palomitas que aún se venera en ese sitio, donada por doña Pura Quintana de Canseco, poco antes de su fallecimiento. Gran parte de los materiales utilizados en la capilla, fueron sobrantes de penitenciaría del estado. Como dato curioso, la entrada de la cárcel coincide con el atrio del templo, para que al cumplir su condena los ex presidiarios acudan a enmendar sus pecados y agradecer a Dios su libertad.

     Con intensidad y talento, Enrique L. Canseco dedicó gran parte de su vida a una de las vocaciones donde la sensibilidad estética y el sentido social son fundamentales. Siempre vestido de traje, en numerosas fotografías del archivo familiar aparece rodeado de figuras de la talla de Lázaro Cárdenas, Saturnino Cedillo, Emilio Portes Gil, cónsules y otros personajes de la vida política, intelectual y social del país.

     Siempre permaneció fiel a sus convicciones y amistad que le brindaron el célebre grupo portesgilista, sobre todo en momentos difíciles. Como dice Marte R. Gómez en una de sus cartas al ingeniero Eduardo Morillo Safa: "...sólo me consta que en 1932 -Canseco- estuvo a nuestro lado, y para mí, los que estuvieron en ese caso son, en un principio, nuestros amigos y merecen nuestra confianza."

     De carácter discreto y ajeno a reflectores, Canseco trascendió y sobrevive en los intramuros y fachadas de edificios casi centenarios, donde plasmó su huella y estilo propio de la época. Cuando transitamos por las céntricas calles de Tampico y Victoria, podemos observar algunos de los elementos que conforman su obra. Este recordado arquitecto, radicó el resto de sus días en su residencia de Ciudad Victoria hasta su fallecimiento el 24 de febrero de 1959.

*Cronista Ciudad Victoria