Monterrey.- El fuego se aviva con agentes combustibles. Con material a modo. De esa manera no decae. No pierde fortaleza o vigor. Los partidos políticos se han encargado de comenzar un incendio. La rebatinga por los cargos de elección popular.
Muchos de los candidatos carecen de lo elemental. De buena fama pública o de bases sólidas. Desconocen los postulados de los institutos. Se van por la libre. A ellos solo les preocupa el poder por el poder. Son estrellas de la supervivencia. Del modus operandi. Enquistados en las finanzas de una nación empobrecida por sus necedades. Sin ideas revolucionarias, el gatopardismo de la incompetencia moral.
A nuestras boletas estarán llegando los infaustos conductores de televisión. Los deportistas jubilados. Músicos de capa caída. Nos servirán un tazón de todos los colores y sabores. Algunos cursis otros sumamente amargos. Habrá los ineficientes. Los descerebrados. Los corruptos. Los de relaciones comprobadas con criminales de cuello blanco o del crimen organizado.
Los preferidos de los empresarios, los desconocidos hasta de su familia. Los sanguinarios, los de baterías recargadas. Los de rienda suelta. Los independientes de muy poca memoria.
Ese será el fuego de nuestra democracia.
Cambiando todo sin cambiar nada.
Ese será el adjetivo de todas las campañas.