PEREZ17102022

Bernardo Turrubiates, político y líder campesino
Francisco Ramos Aguirre

Ciudad Victoria.- Hijo de Julián Turrubiates Hernández y Leandra Narváez. Nació en la Hacienda “La Biznaga”, municipio de Cerritos, San Luis Potosí y falleció en Ciudad Victoria, Tamaulipas (20 de agosto de 1900- 11 de febrero de 1982). En 1904, derivado de algunos conflictos políticos, protagonizados por precursores de la Revolución Mexicana, don Julián y su familia se trasladaron a La Hacienda La Presa de Ciudad Victoria, propiedad de los hermanos Ramón y Manuel Sámano, quienes lo contrataron para realizar actividades agropecuarias.

Ahí conoció al joven Magdaleno Aguilar Castillo, quien a principios de la década de los veinte lo invitó a fundar la Sociedad Mutualista de Campesinos. En 1924, con motivo de la Reforma Agraria, realizaron los trámites para el reparto del mencionado latifundio del cual surgieron diez ejidos. Por esos años, con motivo de la Rebelión Delahuertista, don Julián y Magdaleno acaudillaron un grupo de campesinos, quienes tomaron las armas en defensa del gobierno obregonista.

Sofocada dicha rebelión, el diez de diciembre de 1925 el gobierno federal de Plutarco Elías Calles emitió una resolución donde se autorizaba el reparto de 508 hectáreas a 66 padres de familia; aun cuando en octubre del año anterior el periódico oficial de Tamaulipas, publicó un decreto donde se menciona la dotación de poco más de setecientas hectáreas, firmado por el profesor Candelario Garza.

Años más tarde, el 10 de octubre de 1939, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río, se logró la ampliación a 3 mil 27 hectáreas en beneficio de 88 familias campesinas congregadas en el Ejido La Libertad y Misión Unidas, considerado en ese momento uno de los más grandes del país.

Todo esto se logró gracias a los buenos oficios políticos y relaciones del joven Bernardo Turrubiates, quien se convertiría rápidamente en uno de los principales fundadores y líderes de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas, al lado de Magdaleno Aguilar, Miguel Martínez Rojo y Martín Martínez Tovías.

Desde entonces se afilió políticamente al grupo acaudillado por Emilio Portes Gil, convirtiéndose en uno de los dirigentes agrarios más importantes de Tamaulipas, reconocido por su honestidad, trabajo, calidad moral y lealtad en todos los momentos de su liderazgo. Fue representante de la Liga Nacional Agraria y en 1938 fundador de la Confederación Nacional Campesina, al lado del potosino Graciano Sánchez.

Presidente Municipal
En 1938 el licenciado Emilio Portes Gil mantenía el control político de Tamaulipas. Por tal motivo, en esa época los campesinos pertenecientes a la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos tuvieron una marcada presencia en los procesos electorales. Por ejemplo, a principios de diciembre del mencionado año, se realizaron las elecciones para elegir al nuevo presidente municipal de Victoria.

En este caso la contienda fue protagonizada por Bernardo Turrubiates, postulado por la Planilla Popular ante el Partido de la Revolución Mexicana. Su contrincante, a quien venció abrumadoramente, era Alfredo Bernal del Castillo, quien contó con el apoyo del grupo político de José E. Castro. Durante el primer cómputo, la votación arrojó mil 943 votos a favor de Turrubiates y 183 a favor de Bernal del Castillo: “Faltando de computarse la votación de las casillas correspondientes a las Secciones 21, 23, 24, 25, 26, 29 y 33, que aún no se han recibido.”

De esta manera asumió el cargo de presidente municipal de Victoria (1939-1940), en sustitución de Bernardino Rodríguez. Los ediles que formaron parte de su administración fueron: Arnulfo Martínez (Presidente Suplente); Regidores: Nieves Eguía, José Nieves González, Florentino Aguilar, Felipe Charles, Juan Moreno y Juan Mascorro; y Síndicos: Gilberto Terán y profesor Ignacio Ramírez.

Alternó su administración en la fase final del gobernador, ingeniero Marte R. Gómez. Fue Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos y Diputado Local del Congreso de Tamaulipas por el 3er. Distrito (1941-1943); Diputado Federal (1953-1955) y nuevamente Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias. Secretario de Organización y Propaganda de la Confederación Nacional Campesina (1940-1943) durante el período del General Gabriel Leyva Velázquez, nacido en Sinaloa.

Gracias al reconocimiento político al liderazgo campesino, tuvo la oportunidad de relacionarse con gobernadores y presidentes de México, entre ellos Lázaro Cárdenas, a quien a finales de la década de los treinta, el Departamento Agrario mostraba su lealtad bajo el lema “Con Cárdenas al Triunfo o a la Muerte.” Tuvo una relación estrecha con los presidentes Emilio Portes Gil, Manuel Ávila Camacho y Luis Echeverría Álvarez. En cuanto a los gobernadores destacan Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar, Manuel A. Ravizé y Enrique Cárdenas González.

Elogios del profesor José Santos Valdez
En 1962 el profesor y reconocido activista lagunero José Santos Valdez, de ideas progresistas, lo describe como uno de los maestros rurales que conoció en las primeras décadas del siglo XX: “…delgado, más bien seco, un poco encorvado, con espejuelos que acentúan el parecido con un pedagogo campesino. Los cargos públicos que desempeñó le permitieron ligarse con los agraristas de todo el Estado, situación que hasta los últimos días de su vida conservó y que hacía que, en vísperas de elecciones su modestísimo rancho, fuera tan visitado como el mismo PRI.”

En cada puesto público que ocupó don Bernardo jamás lucró, no robó, ni traicionó y no claudicó. Por eso el profesor lagunero de filiación de izquierda, sugirió que a su rancho de 18 hectáreas que tenía en el Ejido La Misión le llamara La Lealtad. Todo esto porque durante la etapa de crisis política del portesgilismo, a principios de la década de los treinta, se mantuvo leal al grupo, donde también militaba Magdaleno Aguilar.

Bernardo Turrubiates, menciona uno de los tomos de la Convención de la Liga de Comunidades Agrarias de Tamaulipas, junto a Conrado Castillo, Juan Báez Guerra y Miguel Martínez, “fueron acción heroica, inspiración permanente… que dieron cause y causa al movimiento agrario en la entidad.”

Así se le recuerda a este líder campesino, quien se conservó fiel a sus hermanos de clase sin que “…el poder, ni el fuero, ni el dinero lo marcaran.” Como después sucedió con otros líderes agrarios. Para algunos gobernadores como Emilio Portes Gil, Marte R. Gómez, Emilio Martínez Manautou y Enrique Cárdenas González, se convirtió en un asesor y guía, gracias a sus conocimientos empíricos sobre la práctica política.

Fuentes: Periódico El Gallito/5 de diciembre de 1938; El Gallito/1º de enero de 1939.

* Cronista de Ciudad Victoria.