Monterrey.- El pago del aguinaldo en dos partes enero-febrero, no es novedad, por 1985 el gobierno federal lo aplicaba, hoy se practica en muchos países.
El retraso de esta prestación a los trabajadores del gobierno de Nuevo León, de un día a otro, es una puñalada con alevosía y ventaja. Muchos asalariados ya lo tienen comprometido para la anualidad del auto, o una hipoteca. Aparte del uso que se le dé al aguinaldo, ya no pertenece al Patrón, no puede ni debe disponer de este billete, ni siquiera en forma temporal.
El motivo aludido es la escasez de fondos por la crisis económica y sanitaria.
La caída económica nacional ya se conocía desde hace un año. El gobierno federal previno una disminución general de recursos. Aconsejó a las entidades federativas seguir su ejemplo: austeridad al interior de la nómina, eliminación de lujos y optimizar la recaudación fiscal.
Jaime H. Rodríguez fue uno de los gobernadores que, en vez de imitar al gobierno federal, se concretaron a exigirle más dinero, se valieron de la emergencia del Covid19 para aumentar el chantaje. En reuniones periódicas echaban bravatas, como salirse del pacto federal, entablar controversias constitucionales y darle contras a López Obrador
Está concluyendo 2020 y no obtuvieron un centavo extra.
En la administración de Jaime H. no se vislumbra plan de austeridad, ni estrategia para aumentar la captación de recursos. Retener aguinaldos no sirve más que para generar indignación en los profesores.
Es peligroso que Jaime Rodríguez empiece a disponer de recursos monetarios ajenos, un acto de desesperación que puede traer consecuencias graves al erario público.
El incumplimiento o retraso del aguinaldo puede provocar para el Gobierno-Patrón multas de hasta $ 400,000 por cada afectado.
A ver si hoy miércoles, los gobernadores levantiscos le facilitan un centavo extra, de limosna.