GOMEZ12102020

¡Cada vida cuenta!
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- Tras los dos años de la pandemia y en vísperas de que el tradicional Día del Niño se festeje de manera normal, es fundamental tomar en cuenta lo que ocurre con cada niña y cada niño en sus primeros años de vida en toda familia.

Recuperar la celebración del 30 de abril en el ámbito familiar, escolar, social y también en el comercial -indudablemente-, implica no sólo que la alegría infantil se desborde como antes del Covid-19, sino enfrentar las problemáticas propias de volver a vivir una vida normal.

La tarea de regularizar a la población escolar afectada en el desarrollo de su proceso formativo y de superar los impactos del rezago educativo, debe ser a partir de ofrecer a nuestra niñez el mejor comienzo a través de la educación temprana o inicial, con base en la atención preconcepcional y prenatal como ejes del desarrollo humano.

El ciclo de la formación del ser humano se inicia desde la primera infancia, cuyos efectos trascenderán positivamente por el resto de la vida.

Cuando un nuevo ser humano recibe cuidados amorosos y una crianza sana, como la que ofrecemos en los Centros de Desarrollo Infantil (los CENDI) del Frente Popular ‘Tierra y Libertad’ como escuela pública, desarrollará capacidades, talentos y aptitudes para aprender con facilidad e ingresar a los siguientes grados escolares, así como para llevar una vida con mayores oportunidades de desarrollo y más posibilidades de alcanzar el éxito, a pesar de los contextos de pobreza económica y de marginación social.

La lección de la pandemia es que cada niña y cada niño necesita tener el mejor comienzo en la vida. Su futuro y, en realidad, el futuro de nuestras comunidades, de nuestros países y del mundo entero, depende de ello.

Sin embargo, en el mundo cada año mueren cerca de 10 millones de menores de cinco años de edad y más de 200 millones no desarrollan todo su potencial, según datos de la UNICEF, simplemente porque sus madres/padres cuidadores carecen de las condiciones básicas necesarias para lograr que sobrevivan y prosperen.

En todo México y en nuestro Estado de Nuevo León estamos obligados, tanto madres y padres como maestras y maestros, a cumplir el mandato constitucional de formar y educar desde la primera infancia para transformar nuestra sociedad.

Cada nueva vida cuenta y desde el principio debe comenzar bien la extraordinaria carrera por la vida. No les neguemos el derecho a desarrollar todas sus oportunidades y posibilidades al dejarlos indefensos de recién nacidos, carentes de amor, de educación, de salud y de la protección que necesitan para sobrevivir, crecer y desarrollarse.

Para ello, busquemos cumplir los diez compromisos para que niñas y niños alcancen un desarrollo pleno e integral:

1.- Lograr que la lactancia materna exclusiva prevalezca a los 6 meses de edad o hasta el primer año de vida.

2.- Reducir al mínimo la prevalencia de la desnutrición crónica en menores de 5 años de edad.

3.- Reducir la prevalencia de la anemia en menores de 5 años de edad. 

4.- Lograr que la población menor de tres años tenga acceso a educación inicial de calidad o programas de crianza para sus madres/padres cuidadores.

5.- Incrementar la cobertura de la educación prescolar y mejorar su calidad.

6.- Disminuir la prevalencia de niños con desarrollo inadecuado.

7.- Reducir la tasa de mortalidad por homicidio en menores de 4 años y disminuir el número de casos de maltrato infantil en menores de 5 años.

8.- Disminuir al mínimo el número de casos de violencia sexual infantil en menores de 5 años.

9.- Resolver todos los casos de desapariciones en menores de 5 años y disminuir su prevalencia anual al mínimo. 

10.- Garantizar al 100 por ciento el registro civil de niñas y niños antes del primer año de edad.

Así como la pobreza limita que nuestra niñez acceda al desarrollo pleno e integral, invertir en la primera infancia es la vía más efectiva para revertir el círculo de la reproducción de la pobreza y detonar la formación de capital humano. Por ello, de toda familia y de la sociedad en general depende que este 30 de abril sea un ¡Feliz día de las niñas y de los niños!