“Hubiera preferido que él no muriera y sí, me hace falta”,
expresa Lorenzo Encinas, amigo del rebelde del acordeón.
Víctor Manuel Amaro García
La Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) fue cuna de una conferencia impartida por Lorenzo Encinas “Nicho Colombia”, sobre la vida y amistad que compartió con el famoso músico Celso Piña. El día 29 de agosto a las 6:00 de la tarde los asistentes se agruparon para el registro en línea que se llevó acabo, después de casi 15 minutos ya con la gente en su lugar, los ponentes entraron en la sala y con un andar trastabillante y un semblante serio Lorenzo toma su posición en el centro del escenario frente a frente de su entrevistador Agustín Serna.
Después de una corta semblanza del entrañable compañero de vida del músico, el moderador, Agustín Serna Zamarrón sin titubear pregunta el inicio de la amistad que dio origen al libro escrito por Nicho. “Conocí a Celso Piña en 1982 porque me reunía con los “cholos” de los condominios, nos invitaron a la terraza Altamira a observar a un hombre que tocaba igual que Aníbal Velásquez”, contestó con voz serena Encinas.
Hasta ese momento los oyentes se mostraban inquietos por conocer más de las historias compartidas entre los dos personajes, las preguntas continuaron y las anécdotas se fueron convirtiendo en una explicación de la cultura del noreste de México y cómo es que se fue adoptando la música colombiana en los rincones de la ciudad. Nicho comenta sobre el nacimiento de la música sonidera y como en esa época todo se manejaba por discos de acetato, de esta manera es que el género musical creció hasta tener cabida en la cultura “Cholombiana”.
“Los cholombianos desaparecen por el crimen organizado, ¡fue una cacería!”, afirma Encinas. No obstante la audiencia que en su mayoría eran estudiantes de esa Facultad, fue perdiendo el interés; se notaba el aburrimiento en el rostro de muchos de ellos, hasta el momento en que el tema vuelve a Celso. También mencionó que la música sonidera fue de gran valor para el acordeonista, puesto que él tomo esa música que solo se podía escuchar si asistías a los bailes o eventos donde se presentaban y empezó a tocar y a pasarla a los acetatos, facilitando la llegada de ésta a los hogares de sus seguidores.
Entre los recuerdos de los logros de Celso, Lorenzo hace mención que Isaac Piña, a quien considera el verdadero maestro de la estrella regia del vallenato, reconocido y querido en muchos lugares. El rebelde acordeonista fue nombrado Rey del California Dancing Club en la Ciudad de México como precursor del vallenato en este país. Mientras recordaba estas historias, con voz más suave cuenta cómo es que Rubén Mojica llega a ser el manager de Celso y la manera en que es partícipe de sus relatos del pasado: Mojica propone lanzar un disco por los 20 años de trayectoria del músico con el nombre de “Barrio Bravo”, en el que tuvieron participación personalidades como Rubén Albarrán y el grupo musical El Gran Silencio.
Lorenzo, entre sonrisas, menciona un encuentro entre el periodista y novelista colombiano Gabriel García Márquez y Celso Piña, reunión en a la cual él tuvo la oportunidad de asistir y en la que Celso tocó algunas de sus canciones, lo que hizo que Márquez bailara con su esposa Mercedes con el puro estilo de baile colombiano, pero al ritmo de Celso.
No fue el único con quien tuvo la dicha de estar presente, su amistad con el músico le abrió las puertas para conocer al artista, también colombiano Fernando Botero. Lorenzo menciona que Celso le hace una llamada diciéndole que su manager Mojica quería llevarlo a conocer a un tal Botero y quería que Lorenzo estuviera con él; en dicha reunión no se permitía la entrada de prensa y por ende no lo querían dejar entrar, entre los que se negaban a dejarlo pasar se encontraba en ese entonces Secretario General de Gobierno del Estado de Nuevo León Rodrigo Medina, ya que el ex gobernador José Natividad González Parás ofreció una cena para el escultor en el Palacio de Gobierno como agradecimiento por la donación de una pieza escultórica; Lorenzo resalta la solidaridad de Celso en esta anécdota, ya que él le permitió el acceso, amenazando con irse si no le permitían la entrada.
Se permiten las preguntas del público y entre ellas resalta una en la que un joven afirma que tiempo atrás de la muerte de Celso ya se decía que él carecía de buena salud, a lo que Encinas contestó que era una mentira, porque Celso era una de las personas más fuertes que él podía conocer, también recalco que él se enteró del deceso no más allá de 10 minutos después de que el doctor lo declarara, mucho antes de que fuera público, pero no tenía permitido decir nada.
Lorenzo con voz entrecortada cuenta una historia donde él termino en el hospital por una enfermedad, la cual tuvo complicaciones y lo llevó a perder el pie, menciona que después de su estadía en el hospital le realizó una llamada a Celso para informarle su situación y él solo le dijo “ya sabía, solo esperaba que tú me lo dijeras, por favor no te mueras”. Lorenzo menciona que el libro fue publicado pensando en su propia muerte y no la inesperada muerte del interprete.
Después de otras preguntas por parte de la concurrencia tomó presencia en el estrado la subdirectora Margarita Gonzales para agradecer a los invitados y presentar un video en tributo al intérprete de “Macondo”, cerrando la conferencia a las 7:23 de la tarde sin antes invitar a adquirirr el libro que habla de la vida de Celso Piña narrada por Lorenzo Encinas.
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