Ciudad Victoria.- Este 20 de abril Ciudad Victoria conmemoró 200 años de ser capital de Tamaulipas. A lo largo de dos centurias, gracias a su esplendor social, religioso, económico, intelectual, cultural y educativo se ha consolidado como centro de los poderes políticos de la entidad. Por ello, es indudable que se trata de una población con enorme potencial de desarrollo.
En Victoria existen hombres y mujeres laboriosos y creativos, quienes bajo el signo de la hospitaliad y anfitrionía la convirtieron en una capital amable como lo mencionaba Carlos Adrián Avilés. Una capital de alrededor de 400 mil habitantes, rodeada de árboles, imponentes montañas, manantiales y aves que nos despiertan cada día con su canto.
¿Cómo era Ciudad Victoria durante los primeros años de capitalidad? Bajo cualquier circunstancia el ascenso de la Villa de Santa María de Aguayo a la categoría de capital de un estado, implicó un proceso de transformación que se reflejó en la vida cotidiana. En primer término no sólo por lo que representa en el marco político, sino también por el establecimiento de una nueva dinámica social.
La capitalidad influyó de manara determinante, en la construcción de identidad, cultura, mentalidad y sistema de vida de aquellos habitantes, lo cual se tradujo en usos y costumbres relacionados con la cultura popular. Por ejemplo, el lenguaje, el vestido, la comida, educación y práctica de determinados oficios. Estos elementos ayudaron a establecer o dejar una profunda huella en el comportamiento y carácter de las futuras generaciones. Incluso en el proceso de construcción del perfil sociológico y tempepramento de los victorenses en las primeras décadas del siglo XIX, debemos considerar las condiciones geográficas y climatólogicas.
Culto al Presidente Guadalupe Victoria
1824 fue un año clave que impactó en la Villa de Santa María de Aguayo, cuando el Congreso Nacional sustituyó la Colonia del Nuevo Santander por el Estado de las Tamaulipas. Bajo estas circunstancias, el 20 de abril de 1825 el recién nombrado Congreso Constituyente de Tamaulipas determinó que a partir de esa fecha, Aguayo se elevara a capital con el nombre de Ciudad Victoria, en honor del General Guadalupe Victoria, primer presidente republicano del México independiente.
Sobre esta nomencuatura surgida a partir de la nueva entidad federativa, influyó el diputado y presbítero Eustiquio Fernández, originario de Tula y cura de la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio. Uno de los primeros sucesos que llamaron la atención de los victorenses, fue la aprobación de la Constitución Política del Estado de las Tamaulipas, promulgada en mayo de 1825. Esta carta juramentada por los ayuntamientos, reafirma la vocación republicana, representativa y popular de su gobierno.
¡Victoria se llama tierra de pasiones!
Como sede de los poderes del Estado de las Tamaulipas, Ciudad Victoria inició un importante proceso de desarrollo en diversos ámbitos económicos, social, educativo y cultural. En 1826 una las primeras acciones del gobernador Lucas Fernández, consistió en habilitar como sede de su gobieiro, la residencia del cura Miguel de la Garza ubicada enfrente de la Plaza de Armas.
Entonces la actividad de los funcionarios públicos, era crear las bases administrativas de los diferentes niveles de gobierno. Además de los decretos de contenido político y electoral, entre 1826-1837 los diputados tamaulipecos aprobaron otros relacionados con la vida cotidiana y entretenimiento de sus habitantes. Por ejemplo la celebración de ferias en Revilla, Horcasitas, Ciudad Victoria y otras poblaciones.
¡Que viva Victoria por siempre gloriosa!
Otro de los aspectos importantes, era la concentración de tropas en el cuartel militar o en la Plaza Principal o de Armas. Desde este lugar, los comandantes militares y gobernadores lanzaron proclamas y discursos, no solamente durante la celebración de festejos y actos cívicos, sino también en momentos de rebeliones y revueltas. Aquí acamparon las tropas del general Joaquín Arredondo durante la guerra de Independencia, a las que pertenecía el entonces cadete Antonio López de Santa Anna.
En opinión de algunos extranjeros, Victoria era una ciudad de pocos alcences. Por ejemplo en 1830 el botánico suizo Jean Louis Berlandier, describe en sus memorias la infraestructurea urbana, un banco de cantera en la colina del sur, carreteras de la Sierra Madre y ubicación geográfica: “Esta capital es poco considerable.” Benjamín Lundy descubrió que existían a su alrededor ranchos, huertas de naranja, un bello río y sembradíos de caña de azúcar: “Algunas de sus construcciones son bonitas y confortables y hay entre ellas, un colegio recién inugurado donde se enseñan varios idiomas.”
Educación y periodismo en Victoria
El gobernador Fernández apoyó en establecimiento en Ciudad Victoria de una Escuela Normal Lancasteriana o Escuela Pública de Enseñanza Mutua, a cargo del maestro español Ignacio Ribott quien firmó un contrato en mayo de 1828. En 1831 las noticias de la capital tamaulipeca, se difundían a través de periódicos semanales. Quienes sabían leer y escribir, se informaban en La Guía del Pueblo y El Despertador de Tamaulipas. Su contenido era político y reflejaba la tendencia de los grupos de poder y la fuente principal de las noticias era el Congreso del Estado. El Despertador de Tamaulipas era dirigido por José Miguel de la Garza García, se editó a mediados de 1831.
A pesar de la ley de expulsión de españoles qopuestos al proceso independentista de México, Victoria se convirtió en un lugar seguro para migrantes. Uno de ellos fue el doctor domicano José Núñez de Cáceres, precursor de la independencia del territorio caribeño quien debido a los conflictos políticos abandonó su lugar de origen en 1827 decidió establecerse con su familia en Victoria.
Le dio la viruela le dio el sarampión
Respecto a la medicina, existían las boticas atendidas por farmacéuticos quienes preparaban pócimas basadas en herbolaria. Una de las enfermedades comúnes debido al consumo de agua y alimentos, era la parsitosis intestinal. Para combatirla usaban purgas y vomitivos y el granado silvestre.
¿Cuáles eran las causas del fallecimiento de los aguayenses en 1825? De acuerdo a la edad los niños morían de alferecía en un alto porcentaje. Entre las causas de defunción de los adultos destacan la tos, dolor si especificar qué clase ni el lugar afectado, mal de orínes, golpe de burro, calenturas, parto, “tabardillo”, hinchazón, dolor de costado, sarampión y fiebre. Los occisos eran sepultados en el Camposanto de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio, dividido en varios tramos.
Mientras que en 1825 Tamaulipas contaba con 67 mil 784 habitantes, para 1837 la población ascendía a 93 mil 694 pobladores. Vale decir que por esos años hubo epidemias de viruela que ocasionaron la mortandad de cientos de niños: “…por efecto de cuidado, por la indiferencia fatal que les inspira la muerte.” En 1837 el cuadro estadístico de José A. Quintero, habla de 3 mil 835 habitantes entre hombres y mujeres. En cuanto a las construcciones existían 45 casas de piedra y 251 jacales forradas de guano o lodo, piedra, horcones, techo de palma y dos sacerdotes. Sobre las actividades laborales destacan los jornaleros y labradores agrícolas, comerciantes, mineros, artesanos y fabricantes.
La Escuela Lancasteriana había dejado de funcionar, sin embargo continuaba vigente una escuela para niños con 1 maestro. En cuanto a los aspectos productivos existía un telar, minas, tres haciendas, 53 ranchos, sitios de agostadero, fanegas de sembradura, maíz, frijol, caña de azúcar y alrededor de 19 cabezas de ganado mayor y menor.
Por siempre gloriosa
El proceso de consolidacion de Victoria sucede en un contexto contigencias naturales, problemas políticos y movimientos armados. Esto provocó momentos de decaimiento en el ánimo de los ciudadanos, sin embargo hubo rubros donde se fortaleció la capital. Por ejemplo educación, conformación urbana, ganadería y necesidad de establecer los primeros caminos de herradura que comunicaran con el noreste mexicano y centro del país.
Por sus encantadoras características a los ojos de los migrantes, a paso lento pero seguro, Ciudad Victoria se convirtió en símbolo y punto de partida del desarrollo tamaulipeco. La Sierra Madre Oriental, más que un obstáculo y sinónimo de aislamiento, representó una muralla protectora de fatalidades que aquejaban a México en aquellos tiempos. Sus habitantes algunos liberales otros católicos, eran gente de bien, la mayoría dedicados al cultivo del campo, ganadería, comercio y diversos oficios, propios de las necesidades cotidianas.
* Cronista de Ciudad Victoria.