PEREZ17102022

Compañías cómicas y dramáticas
Francisco Ramos Aguirre*

Ciudad Victoria.- Durante 1937, Carlos Gómez (Don Chema) recorría el país con gran éxito, acompañado por su propia empresa de espectáculos. Para entonces, dicho artista cómico era uno de los personajes predilectos de la farándula en Ciudad Victoria. Mientras tanto, en esa misma época, la actriz Lupe Vélez (1908-1944) se convirtió en una de las figuras destacadas de culto cinematográfico de Hollywood. Por tal motivo, en noviembre de ese año, fue recibida apoteóticamente en Guadalajara.

En cambio, por esos años su hermana, la actriz Reyna Vélez, con menor éxito en el medio histriónico, explotaba su apellido y lazos familiares con la gran diva del cine norteamericano en sus actuaciones en diferentes escenarios del interior del país. Desde luego, sin los alcances de la actriz discípula de María Conesa (La Gatita Blanca), quien para entonces estaba casada con los famosos actores Gary Cooper y Johnny Wissmüller, protagonista de las primeras películas de Tarzán.

Como parte de sus giras de promoción en noviembre de 1937, Reyna actuó en el Gran Teatro Juárez de Ciudad Victoria, dentro del elenco de la Compañía de Comedias, Revistas y Variedades Don Chema, bajo el lema “El Hombre que Tiene Eso y que por Eso... Siempre Está Dispuesto a Darle Alegría a los Vivos”. Dice El Gallito del día 14 de aquel mes y año: “En esta Cd. Su hermana Reyna Vélez, que viene con la Cía. de Don Chema, Festejó la Llegada de la Inquietante Lupe. Ha obtenido un clamoroso éxito, pues es numerosísimo el público que concurre cada noche a nuestro Coliseo, que va a admirar a tan simpática Compañía.”

Con el popular Don Chema, venían las guapas y gentiles vedettes Margarita del Castillo, “Desenvuelta, graciosa y coqueta. Una vedette en todo el significado de la palabra”, Reyna Vélez, “Digna hermana de la Inquieta Lupe”, Adelina Padilla “La Flama Viviente”, Las Mascotitas, “Las más Hermosas Tiplecitas de México; y Doña Chema, “Actriz Cómica de Carácter”, Natalia Velázquez y otras simpáticas segundas tiples.” Por muchos años Carlos Gómez (Don Chema) actuó en diversos escenarios teatrales de toda la República, por tal motivo se le recuerda como uno de los protagonistas de la historia de espectáculo en México. Incluso intervino como uno de los principales bailarines en la película norteamericana Navajo, y en 1938 fue coproductor y guionista de Juan Soldado, con actuaciones de Emilio Tuero y María Luisa Zea.

Años más tarde, en junio de 1941 la Carpa-Teatro Landeros, propiedad de la actriz Teresa Landeros y su esposo Roberto Zenteno, quienes gozaban de enorme prestigio nacional, ofreció varias funciones en la Plaza Morelos de Victoria, acompañados: “...de un completo cuadro de artistas venidos unos de la Capital de la República y otros de Monterrey.” Entre las figuras más importantes estaba don Canuto y su Escuadrón de Estrellas: “...que lo constituyen seis hermosas Girls, como bailarinas, tanguistas, coupletistas, etc... que harán la mejor diversión para los habitantes de esta Capital, siendo el espectáculo completamente para familia.”

En 1949, los Landeros realizaron una extensa temporada en la ciudad Matamoros, Tamaulipas, donde dos años antes murió trágicamente la actriz Gloria Elvira Landeros. El mismo año participaron en la Cancha Municipal de Victoria, ofreciendo varias funciones especiales en beneficio del Asilo Vicentino y Cruz Roja, obras promovidas por la señora Herlinda Caballero, esposa del gobernador Raúl Gárate Leglú. Con esa muestra de filantropía, Carlos despertó más simpatías a su favor. Al transcurrir el tiempo, el 4 de abril 1952, instaló la Carpa Gloria –18 Morelos–, llamada así en honor a su hija. En la cartelera se ofrecía la promoción de dos personas por un boleto, incluyendo una variedad de artistas que actuaban en las obras: Los Candidatos son Quíntuples y Los Campesinos.

La carpa ambulante se instaló en diferentes sectores de la capital tamaulipeca, entre ellos en una esquina de calle Morelos y 13, donde actualmente se localiza el edificio de Teléfonos de México. Su forma era rectangular, techo de lona y telones de boca. Las sillas eran de tijera y la gradería de madera. De aquellas giras se recuerda una anécdota protagonizada por el famoso cómico de la compañía, quien mencionaba en un sketch que los árabes de Victoria eran más bien turcos otomanos. Cierta noche, un libanés que no simpatizaba con ese tipo de bromas, se sintió ofendido y agredió a golpes al comediante.

Don Carlos Landeros sugirió al artista que fuera prudente, dejar de repetir el chiste y olvidarse el asunto. Sin embargo, el guasón continuó repitiendo el chascarrillo en las siguientes funciones. Por su parte, el corpulento árabe siempre lo esperaba a la salida de la carpa, mientras el cómico de marras abandonaba rápidamente el lugar por la puerta trasera y corría a refugiarse al Hotel Las Palmas, donde se hospedaba la compañía de artistas.

Vale recordar que una de las célebres divas, pionera de las carpas mexicanas de aquella época, fue la comediante y vedette Lupe Rivas Cacho (1897-1975). En 1921 trabajó con su compañía de Comedias Teatro y Zarzuelas en Tampico, Tamaulipas en los principales espacios de la ciudad, entre ellos el Teatro Variedades. Lejos del escenario, en los inicios de su carrera la artista considerada “el alma nacional”, por su atuendo de China Poblana, sostuvo un romance y fue modelo del pintor y muralista Diego Rivera. Por sus aportaciones, se considera uno de los personajes que enriqueció sustancialmente la cultura popular. A principios de la década de los cincuenta actuó en Ciudad Victoria, encabezando su propia compañía teatral de carpa, instalada en un terreno de calle Hidalgo 18 y 19, a un costado de la casa de la familia de La Lastra.

En cierto sentido de acuerdo al contexto citado, durante la primera mitad del siglo XX la capital tamaulipeca se convirtió en uno de los destinos de las principales compañías de espectáculos de aquella época. Definitivamente, para que esto sucediera influyó no solamente el buen gusto por la cultura y el teatro de los victorenses ,ávidos de diversión y entretenimiento, sino también la disposición de escenarios como el Gran Teatro Juárez y el apoyo de las autoridades locales.

De igual manera la presencia del ferrocarril y la Carretera Nacional, que definitivamente facilitaban el tránsito de las compañías artísticas, en este caso del noreste mexicano, que entre otras ciudades abarcaba San Luis Potosí, Tampico, Ciudad Valles, Mante, Ciudad Victoria, Linares, Matamoros, Nuevo Laredo, Monterrey y Saltillo.

Nota: Versión corregida y aumentada.

* Cronista de Ciudad Victoria.