Austin.- Black Lives Matter es un movimiento manejado por tres lesbianas marxistas y es parte de la conspiración para instalar el comunismo en Estados Unidos. Aunque no lo crean, esto lo escuché en un video de un tal Jesse Romero, un ex policía venido a predicador que publica libros y da entrevistas, muy largas, para alertar sobre los peligros del comunismo y de la posible llegada de satanás, por supuesto de la mano del partido Demócrata. Fue una ganancia para la ciudadanía su salida de la policía.
Romero es católico y apoya a Trump que no es católico y que posiblemente solamente adora el oro ya que oculta su profesión de una religión igual que oculta su declaración de impuestos, aunque para muchos es suficiente mostrar que no sabe como sostener la biblia, pero no exageremos, tal vez no sepa como se sostienen los libros.
El predicador Romero no apoya al católico Biden porque apoya el aborto, pecado imperdonable para el movimiento pro nacimiento, esta precisión es importante porque no apoyan la vida.
El movimiento pro nacimiento aboga por prohibir el aborto, no importa que el embarazo se haya provocado por una violación y que tanto madre como hijo caerán en la miseria más profunda, así le hicieron a una joven violada en Baja California a quién le evitaron el aborto no obstante haber sido ordenado por un juez. La postura de este movimiento se aferra en negar el derecho de la mujer a decidir, para ellos la mujer es la causante del pecado original y hay que someterla a la voluntad del hombre, aunque esa voluntad se manifieste en violentos y brutales actos de violación sexual y psicológica.
Este movimiento es parte de una corriente que promueve conspiraciones que se sustentan en mentiras, verdades distorsionadas cuya función es deformar la realidad. Es así como un movimiento que ha movilizado centenares de miles de personas a lo largo y ancho de Estados Unidos y en varios países que protestan en contra de la brutalidad policiaca y que exige el respeto a la vida humana, se reduce a la conspiración de tres mujeres, que para el horror del dogmático, son lesbianas y marxistas. No importa que el Black Lives Matter no sostenga ninguna propuesta de izquierda, muchos menos marxista, para el predicador basta sostener que su dicho está comprobado. Menos mal que supo que Carlos Marx es el iniciador del marxismo aunque eso no garantiza que sepa que es el marxismo o el comunismo.
Ver esos videos es todo un reto para la fortaleza estomacal porque son vomitivos, pero si uno se aguantó el asco para ver que ponzoña esparcen estos fanáticos, es aterrador pensar que existen aquellos que les creen a ciegas, y siguen a ciegas sus odios, porque según ellos se debe odiar a las mujeres, a la gente morena, a aquellos que tienen una preferencia sexual que no este sancionada por la iglesia y por supuesto, a los masones, los que según ellos son los grandes enemigos de la iglesia católica.
Mi padre y abuelo fueron masones, y los masones que conozco son profundamente creyentes en dios, de sus otras creencias ellos deben hablar. Mi padre nunca compartió conmigo la esencia de la masonería porque decía que soy agnóstico (ateo), pero nunca le escuche una palabra en contra de la iglesia católica y si en cambio, consiguió que nos prestaran la logia para las fiestas judías mayores.
¿Por qué los fanáticos de la iglesia tienen tantos miedos? Le temen a la mujer, al sexo libre, a la libertad de pensamiento, al libre albedrío, al progreso; ¿será por lo endeble del dogma?
Ellos estarían felices si pudieran volver a la edad media, dónde impunemente podían quemar mujeres, robar, torturar y matar a judíos, dónde no se podía contradecir la voz del cura y mucho menos la del obispo, a esa era terrible dónde pensar libremente se castigaba con todo el peso del fanatismo y la impunidad.
Estos fanáticos quisieran llevarnos a la era de la obscuridad y no cejan en sus esfuerzos por lograrlo. Aunque fuera solamente por esto, me convenzo que la derrota de Trump es una necesidad y obligación en manos de los entes pensantes.