Austin.- No se hicieron esperar las versiones sobre las causas de la pandemia y los conspiranoicos (conspiracionistas paranoicos) están desatados. El límite parece ser la imaginación, los prejuicios, los odios y las inclinaciones ideológicas, no necesariamente en ese orden aunque algunos se combinan.
Las versiones coinciden en que el virus fue creado específicamente y el conspiranoico mayor Noam Chomsky, cree que ya estamos en medio de una guerra bacteriológica.
En una de las versiones se sostiene que el laboratorio está en Wuhan, otros dicen que está en Estados Unidos y otros que está en Israel, versión reforzada porque se anunció que un laboratorio israelí casualmente empezó a experimentar con el coronavirus para producir una vacuna, a final de cuentas el negocio de la vacuna contra la gripe asciende a 1,600 millones de dólares al año, ¿qué negocio deja pasar la oportunidad de subirse?
Dicen los conspiranoicos antisemitas, los judíos crearon el virus para infectar al mundo. No queda claro que ganaría Israel en infectar primero que nada a China país con el que ha reforzado relaciones políticas; o en paralizar a su país enfrente de las amenazas de Hamas que intenta que aumenten los contagios. O qué ganaría en estallar la crisis justo en plena temporada político-electoral que ya ha reclamado tres elecciones. Tampoco está claro qué ganaría la empresa farmacéutica Teva que ha regalado 6 millones de pastillas de una medicina que se dice cura el mal y ofrecido otros cuatro millones. Ya dirán que para curar a los enfermos para que signa comprando más medicinas.
Mucho menos claro es qué gana China con paralizar su economía y afectar sus intereses en el mundo ya que hay una gran dependencia de su industria. Hay plantas paradas en México por falta de insumos chinos.
Estados Unidos, sostiene el conspiranoico Chomsky avanza en su guerra contra China y lo hace de la mano de sus aliados. Que utilidad tiene para Estados Unidos caminar hacia la paralización de su economía, ya se prevé un desempleo entre el 20-30% y arriesgar el impacto político-electoral de la pandemia, además del desajuste de sus finanzas públicas cuando se apruebe el paquete de ayuda, lo que sin duda aumentará su deuda.
Debemos plantear dónde está la ventaja de una gran perdida de vidas y de factores de crisis porque el neoliberalismo desmanteló los sistemas de salud en muchas partes y los sistemas de salud están desbordados en muchos países, aún en aquellos de medicina socializada. Los conspiranoicos nos dirán que a final de cuentas la perdida de vidas humanas es simplemente un efecto colateral, tal vez por eso se generaliza el discurso bélico y que abunden los que plantean que la pandemia es una guerra.
No falta aquel que recuerde a Maltus y sugiera que la pandemia se provocó para ajustar la población, como dice Chomsky, primero se aniquila a los viejos porque es fuerza de trabajo que ya no es útil, mientras se preserva la vida de los jóvenes que son la fuerza de trabajo del futuro. O sea que hicieron un virus mega inteligente que sabe discriminar según la edad, descarte usted por favor la opinión médica que dice que aquellas personas afectadas con alguna enfermedad como diabetes o cardiaca son más vulnerables. Esta tesis choca con la de los que piensan que la robotización ya no demandará mano de obra, luego entonces para que preservar mano de obra para el futuro. De esta manera algún idiota programó mal un virus inteligente, ya no se puede confiar en nadie.
Ya nos dirán que la mano que mece la cuna es la de una élite perversa que rige los destinos del mundo y que apechugo la caída de las bolsas de valores que borró las ganancias de parte de esa élite. La sociedad secreta rige nuestros destinos, nos manipula como títeres, nos prohíbe libros y nos manda matar según le dan ganas ¡uy que miedo!