Por eso no quieras saber nunca
por quién doblan las campanas;
¡están doblando por ti!
John Donne (del poema que dio nombre
a la novela de Ernest Hemingway)
Monterrey.- Ante la presencia del Covid -19, en términos generales, la desaceleración de la actividad económica es el asunto más preocupante. Para algunos analistas, las consecuencias de esa contingencia sanitaria suelen limitarlas a ese aspecto, lo cual los lleva a modelos sesgados acerca de la realidad global en materia de bienestar.
Los hechos más recientes nos han enseñado que –en el ámbito de la economía, y su efecto social– la actual pandemia está registrando el daño más significativo en los países con mayor desigualdad económica, no así en aquellos donde el índice de concentración del ingreso y la riqueza es menor. Con lo cual se demuestra que el deterioro causado por la pandemia sobre la sociedad en su conjunto, puede ser menor en condiciones más equitativas.
La acumulación mayoritaria de recursos entre una minoría ha operado, desde hace más de siete siglos, como el sine qua non del sistema capitalista de producción, sustentado en principio sobre la lógica del mercado libre; pero ha evolucionado hasta configurarse bajo las indicaciones del llamado modelo neoliberal , es decir, una exageración en los términos de las relaciones de competencia y un caprichoso mecanismo de interacción entre la oferta y la demanda.
Es notorio el caso de la disputa por la hegemonía entre Estados Unidos y China, que ha llegado a confundir el origen territorial del Covid 19, sin advertir que en tal confrontación está implícita la causa a la cual se atribuyen, además de tantos malestares actuales, que este tipo de enfermedades tenga su origen en el evidente deterioro ambiental resultante de la lucha sistemática –por ambición, pero sin visión– del hombre contra la naturaleza.
Boaventura de Sousa Santos y Naomi Klein, a través de sus sendos libros: La Cruel Pedagogía del Virus y Los Años de la Recuperación, examinan la relación que, en el fondo, existe entre la actual crisis sanitaria y el progreso global del sistema capitalista de producción. Califican al Covid 19 como una excepcionalidad dentro de una crisis más amplia impuesta por el neoliberalismo, como “la versión dominante del capitalismo”, cuya normalidad consiste en dos objetivos: legitimar la concentración de riqueza y obstaculizar medidas efectivas para prevenir una tragedia ecológica.
De Sousa Santos argumenta contra “la idea conservadora de que no hay alternativa a la forma de vida impuesta por el hiper-capitalismo en el que vivimos”. Da a conocer las grandes enseñanzas de la presente crisis en torno a la forma desigual del sufrimiento y las consecuencias de la heterogeneidad que se vive aún en los países adelantados.
Señala que, desde principios del siglo pasado, están latentes “en la agenda del debate aquellas alternativas económicas, sociales, políticas y culturales que apuntan a horizontes pos capitalistas, modelos de desarrollo, vida y sociedad que mitigarían la agresión cada vez más intensa contra la naturaleza inducida por el capitalismo”.
Al atribuir al sistema capitalista la integración de las condiciones culturales que colocan a la modelación teórica detrás de una realidad cada vez más implacable, propone “…una nueva articulación entre los procesos políticos y los civilizadores [para] comenzar a pensar en una sociedad en la que la humanidad asuma una posición más compatible con la naturaleza del planeta en el que habita”.
Desde mediados del siglo pasado se ha planteado el problema del crecimiento económico ordenado como principio universal, de tal suerte que se protejan racionalmente los recursos naturales. La crisis del Covid 19 ha servido para entender este tipo de fenómenos bajo una perspectiva más amplia, tanto en su origen y tratamiento como en la restauración de los daños.
Naomi Klein incorpora al debate elementos donde se cuestiona duramente la idea del progreso concebido como mero crecimiento económico. Opone sus juicios a quienes consideran a la caída del muro de Berlín el inicio y la consolidación del sistema capitalista, como la única opción para avanzar en armonía con la naturaleza. Demuestra que, contrario a los propósitos, la resultante fue la transgresión a las leyes naturales, al promover un crecimiento económico relacionado con el consumo derrochador, que es causante de la contaminación y destrucción del mundo natural como nunca antes en la historia.
Klein radicaliza su postura al volver a la historia y ver las falacias del progreso supuesto; y propone terminar con el neoliberalismo, es decir, regresar a aquellos medios de producción privatizados que en principio tienen carácter público. Ello se sustenta en la viabilidad de la nueva sociedad que a raíz de la pandemia puede ser convocada y apta para enfrentarla y contribuir en la reconstrucción.
Pregunta: ¿Será factible –considerando los elementos aportados por esta reseña, y siguiendo la ruta marcada por un debate visionario– entrar en un proceso de mejora generalizada para el mundo, donde vaya implícita la aparición de un sistema de producción más inclusivo y sustentable, que dé lugar al nacimiento de una era de mayor bienestar global?