GOMEZ12102020

De aspirantes y suspirantes morenistas
Ernesto Hernández Norzagaray

Mazatlán.- Escribo entre la bruma de la desinformación, los rumores, las fake news, el incumplimiento de las fechas establecidas y los plegamientos, en uno u otro, aspirante de Morena.

   Todo parece ser volátil, cambiante, efímero e insostenible.

       Cómo antes sucedió con los partidos que estaban en la misma condición de la hoy formación morada, y a la qué todavía en 2018, le faltaron candidatos y entonces tomaron de aquí y de allá para completar las listas electorales. Vamos, para cumplir con sus obligaciones de postulación que tiene toda formación política.

     Hoy, en cambio, cualquiera quiere y puede registrarse como candidato a gobernador (hay 14 inscritos), como si no se necesitaran oficio político, formación económica o jurídica, y todo fuera un asunto de ganas, de una tómbola o un acto de suerte.

      Y, hay verdaderos desvergonzados, pues detentando una representación política dónde no se les han visto luces de ningún tipo, incluso, los hay quienes se han corrompido “legalmente” bajo los colores de Morena votando por el PRI o se pliegan penosa y acríticamente, a las posiciones de su alcalde o coordinadora parlamentaria.

    Pero, no sólo hay en la búsqueda de la candidatura de gobernador, los hay también quienes sin rendir buenas cuentas buscan la reelección de alcalde y de diputados.

    Todo, menos salir del presupuesto, parece ser su máxima, dejar de recibir los beneficios y las caricias del poder o el zalamero reconocimiento público, como señor alcalde o estimado diputado y el hola, amigo regidor o amiga regidora.

     Faltaba más.

     Pero, también, están los otros, los que van en busca del relevo y más o menos con los mismos arreos construido con la piedra de las ganas, pues las elecciones generales del 2018, demostraron que en un proceso de cambio de gobierno cualquiera puede llegar y así, hay aspirantes alcaldes que no conocen los problemas de sus municipios y las funciones de ley de munícipe o quien busca ser legislador, no ha tenido la curiosidad de leer los 36 artículos de la Constitución o el reglamento que rige las actividades del Congreso del Estado -Y, claro, menos, las de la Cámara de Diputados. Y es que sólo tienen ganas.

   Y, esto, no sólo se explica en clave de ambición personal, mucho tiene la culpa, que Morena es antes que un partido un movimiento político, una formación “catch all”, agarra todo, y estas formaciones tienen como rasgo común la falta de institucionalidad, la ausencia de reglas basadas en su habituación como práctica política, con objetivos comunes en la militancia, porque domina la movilización de masas (pero, la verdad, ¿quién moviliza hoy a grupos afectados por la pandemia y sus efectos en los ingresos familiares, el recibo de la luz o el gas?)

     Por eso, es la rebatinga, los golpes bajos, el jalón al qué está subiendo en las preferencias y la docilidad con el que supone lo puede llevar a subir al ansiado cargo, y eso que hoy vemos en la disputa por la nominación de gobernador pronto, muy pronto, la veremos en las nominaciones de legisladores y alcaldes, regidores y síndicos procuradores.

    Faltaba más.

      Morena, al presentarse en las próximas elecciones, sabrá del desgaste natural de gobernar, y los ciudadanos tendrán en sus manos su futuro.

     Es muy probable que la mayoría de la gente que votó AMLO lo siga apoyando por sus políticas sociales, pero ese mismo ciudadano: ¿qué incentivos tiene para apoyar a un alcalde que no hizo su trabajo y qué dejará peor su municipio a cómo lo recibió? ¿Qué gastó los ingresos municipales cómo si fuera dinero de su bolsillo? Y, qué decir, del legislador que no volvió a su distrito electoral o el regidor, al que nunca se le vio preocupado, por el problema de los servicios municipales.

     En definitiva, que han sido los grandes ausentes en los asuntos públicos, y qué por un llamado de su conciencia oportunista, se animan a buscar un nuevo cargo para seguir mamando de la ubre del gobierno, bueno, a esos señores y señoras, si logran meterse a las listas electorales les espera una campaña cuesta arriba y ya veremos, el resultado, si los otros partidos postulan mejores candidatos.
Faltaba más.