Monterrey.- Mario Bunge se murió hace unas semanas. Era muy buen divulgador de la ciencia y un cazador de pseudociencias. Las fake news, las exageraciones en redes sociales, son, a su manera, pseudociencia. No tienen bases científicas. Pero la gente se las cree por eso que se llama “sesgo cognitivo”. Solemos analizar los hechos a partir de nuestros prejuicios, no de nuestros conocimientos, a veces por interesados, a veces por pendejos Más memes, más posts, más tuits, no son conocimiento, son en muchos casos, lo que los gringos bautizan como “shitstorm”, lluvia de mierda.
La OMS ya dijo que los síntomas del Covid-19 no se pueden ocultar, aunque se quiera; no se pueden confundir, aunque se insista. Es como oleada marina: nació en China, se pasó a Europa y de ahí vendrá a América Latina. Generalmente, los coronavirus se transporta en avión. Como el cólera se transportó en el siglo XIX en barco. Según la época es el transporte.
¿Por qué hay muchos más casos en Europa que en México? Por la misma razón que hace unas semanas había más casos en China que en Europa. ¿Por qué no hay casos reportados en Venezuela? Por la simple razón de que la gente de ese país no está viajando a Europa (solo podrían hacerlo Maduro y sus secuaces pero son muy cobardes). ¿Por qué en nuestro país la mayoría de los casos están en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey y los enfermos son gente rica? Porque por lo general, quienes viajan a Europa es gente rica. Los pobres no suelen viajar a Europa. Eso no significa que están vacunados, simplemente que estarán expuestos a enfermar más adelante.
Ahora bien, que no halla llegado la cresta de la ola del Covid-19 a México no quiere decir que no llegará. O que ya la libramos. No. Según la OMS (que es la mejor fuente de noticias sobre esta pandemia, no Loret de Mola ni John Ackerman), lo peor de la pandemia nos pegará a mediados de abril, hasta finales de ese mes. Luego, cederá. No desaparecerá. Pero dejará de ser pandemia.
Pandemias han existido y seguirán existiendo: peste, viruela, cólera, influenza, etcétera (a mí me dio tosferina en 2013, cuando se supone que ese virus ya estaba erradicado por completo). La diferencia del Covid-19 frente a otras pandemias es que ya tenemos conocimiento acumulado para responder: infraestructura sanitaria, red de atención médica pública y privada. Por eso, aunque fue una terrible lata y sufrimos muertes lamentables, la influenza del 2009 no nos pegó tan masivamente. La sobrellevamos más o menos bien. Súmele a eso que el conocimiento científico y los descubrimientos del origen del virus y sus medidas de contingencia se propagan más rápidamente gracias a Internet. Ni en el 2009 teníamos como ahora esa ventaja digital.
Sin embargo, que las cosas puedan preverse y más o menos controlarse, no significa que nos demos el lujo de evitar las medias personales de salud. Y los mandatarios de cada país en riesgo deben marcar la pauta. Ser ejemplo de conducta prudente. No tienen de otra. Así lo dijo en una entrevista Mario Bunge una semana antes de morir. AMLO por ejemplo, es un completo patán besuqueando niños y viejitas en su gira de hoy, cuando debería ser modelo de buena conducta. Si no quiere protegerse, allá él. Pero que no sea necio ni exponga a los demás. Mínimo.