GOMEZ12102020

DIARIO DE CAMPO
Felicidad de los mexicanos
Luis Miguel Rionda*

Guanajuato.- Luego de las últimas cavilaciones escritas que he venido compartiendo con los distraídos lectores, he percibido que mi ánimo ha tendido al pesimismo. Y no quiero caer en el desánimo resultante. Sin duda nuestro país y nuestras regiones atraviesan por uno de los periodos más difíciles de las últimas décadas —tal vez cuatro o cinco, lo puedo sostener por cuestiones de edad—, pero eso no debe reflejarse en el estado de ánimo general. Me decidí entonces a poner en la balanza lo que considero positivo de nuestros tiempos en un país que sigue siendo extraordinario, en todos los sentidos. Por ello, dedicaré un par de contribuciones a analizar qué tan felices podemos ser los mexicanos —desde nuestra apreciación subjetiva— en estos tiempos de violencia y crisis social.

Estoy convencido de que, a pesar de todo, los mexicanos somos un pueblo aceptablemente feliz. Y no lo digo por las abundantes encuestas globales sobre la felicidad que ubican a nuestro país en una buena posición en general, sino porque cualquier extranjero percibe un ambiente actitudinal cálido entre los mexicanos, en particular la gente de campo y del trópico.

El INEGI comenzó a medir las percepciones de bienestar y felicidad en nuestro país desde 2012, cuando levantó una encuesta piloto denominada Módulo de Bienestar Autoreportado (ENBIARE; https://t.ly/NqON) con base en recomendaciones de la OCDE para captar estadísticamente el denominado “bienestar subjetivo”. Los resultados fueron muy sugerentes: un 56.5% de los encuestados se declaró “feliz” con base en una serie de indicadores subjetivos; otro 33% se declaró “moderadamente feliz”, para sumar un total de 89.5% de mexicanos felices. En contraste, un 7.4% se consideró “poco feliz” y 3.11% francamente “no feliz”. Un 10.51% de desdichados. En general, el estado anímico era de bueno a muy bueno. Me llamó la atención que un 60% de los jóvenes de 18 a 29 años se consideró “feliz”.

La ENBIARE se volvió a levantar, ajustada y mejorada, en 2021 (https://rb.gy/3oiq9g). De inicio destaca que la solidaridad grupal sigue siendo altamente valorada por un 69.2% de los encuestados, que consideró que siempre contará con el apoyo de su grupo familiar o de amistad. Del módulo sobre salud mental se concluye que un 84.6% no padece síntomas de depresión (tristeza, cansancio crónico, poca concentración…). Del 15.4% restante, llama la atención que las mujeres tienden más a la depresión, pues su promedio se ubica en 19.5%, mientras que el de los hombres muestra un 10.7%. No sorprende: sobre los hombros de las mujeres recae la mayor cantidad de responsabilidades en la familia y en los grupos.

Por entidades federativas, los estados que registraron menor índice depresivo son Quintana Roo (11.5%), Sonora (11.7%), Nuevo León (12.3%), EdoMex (12.5%) y CDMX (12.5%). Y los que tienen mayor porcentaje son Guerrero (20.7%), Tabasco (20.6%), Durango (19.9%), Zacatecas (19.6%), Michoacán (19.6%), Oaxaca (18%) y Guanajuato (17.6%). Cada uno puede sacar sus conclusiones.

La percepción de felicidad fue sustituida por el “balance anímico”, que se construye con una escala de 1 a 10 que va desde “buen humor” (1) hasta “triste o deprimido” (10) a lo largo del día. El gran promedio dio como resultado un preocupante 5.07. Ni alegres ni tristes. Yo diría mortificados. Algo está pasando, sin duda.

Nuestros paisanos se sienten menos satisfechos con sus vidas y una proporción creciente tiende a evidenciar síntomas de depresión y ansiedad. Más de una sexta parte de los encuestados (15.4%) manifestó haber experimentado alguna(s) de las señales de depresión (tristeza, cansancio crónico, poca concentración…) en la semana previa. Pero a esto se suma que un 44.7% dijo haber experimentado en las dos semanas previas síntomas de ansiedad (preocupación, intranquilidad, nervios de punta…).

Existen otras encuestas mundiales que nos confirman la tendencia a la reducción de la felicidad entre los mexicanos. La consultora francesa IPSOS ha dado seguimiento a los indicadores de bienestar subjetivo desde 2011 hasta 2021 en 30 países. Sus datos muestran que “México es una de las naciones con un nivel intermedio de felicidad. Sin embargo, esto varió de 2011 a 2021, cuando cayó 13% en estrato de alegría. […] durante diciembre de 2011, los mexicanos se sentían más alegres (78%). No obstante, para el mismo periodo, pero de 2021, esto disminuyó a 65%.” (https://t.ly/PT1i). Llama la atención que el ánimo nacional en diciembre de 2021 “presenta un repunte importante respecto al 46% registrado en agosto de 2020, durante la pandemia, antes de que las primeras vacunas estuvieran disponibles en el país.” Una recuperación del 19%.

Según esta empresa, de las 31 “fuentes potenciales de felicidad” destacan cinco: 1. Salud física y bienestar, 2. Salud mental y bienestar; 3. Relación con la pareja o cónyuge; 4. Sentir que la vida tiene sentido, y 5. Los hijos. Para los mexicanos el orden de importancia de estos elementos es 1, 2 y 4.

El promedio de felicidad en los 30 países fue del 67%. Holanda fue el puntero con 86%, seguida de Australia (85%), China (83%), Gran Bretaña (83%) e India (25%). México se ubicó en el lugar 15 con 65%. (https://rb.gy/oelalj)

Otra fuente, Datosmacro del diario español Expansión, reporta un Índice Mundial de Felicidad. Se mide en 156 países, y “se utilizan los datos de la Encuesta Mundial de Gallup en la que se pide a los encuestados que puntúen su vida del cero al 10, siendo cero la peor vida posible y el 10 la mejor vida posible. […] se tienen en cuenta seis factores: niveles de PIB, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción que se comparan con los de un país imaginario, llamado Dystopia. En Dystopia vivirían las personas menos felices del mundo, de forma que los ciudadanos de cualquier otro país con el que se compare serán más felices que los de éste.” (https://t.ly/cf_H)

En este comparativo, México ha descendido desde el lugar 16 del ranking mundial en 2013, hasta el 46 en 2022.

Sin importar la fuente es evidente que los mexicanos, usualmente tan optimistas y alegres ante la vida, algo hemos perdido en la última década. Creo que no logré el objetivo de compartir una visión optimista ante el alud de malas noticias, pero la realidad no se puede negar, incluso si así lo ordena el gobierno.

* Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León, Departamento de Estudios Sociales. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – https://luismiguelrionda.academia.edu/ – https://rionda.blogspot.com/