Guanajuato.- El martes 18 tuve el gusto de participar como moderador en una interesantísima conferencia virtual que nos impartió el doctor Roberto Melville, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS. La charla se intituló “Trabajo de campo y consulta de bibliotecas para la investigación de tesis”. Se dirigió a nuestros estudiantes de Antropología Social, pero sin duda fue de interés para cualquier estudioso de las disciplinas sociales y humanísticas.
En estos tiempos de pandemia y violencia social, se ha vuelto muy peligroso realizar investigación de campo. Este tipo de experiencia es muy importante para la formación integral de las y los antropólogos. Nuestra disciplina le debe mucho a los fundadores de nuestra tradición de fines del siglo XIX y principios del XX: B. Malinowski, L. Morgan, F. Boas, M. Gamio y muchos otros. El diletantismo y exotismo que caracterizó a los precursores (H. Spencer, J. Frazer, H. Maine, J. Bachofen…) fue mitigado gracias al contacto con sociedades reales, con culturas radicalmente diferentes, que ayudaron a comprender mejor la enorme variedad de alternativas que se ha dado la humanidad. En México, nos explicó Melville, el antropólogo Ángel Palerm impulsó la realización de trabajo de campo en varias regiones del país en los años setenta. Recordé que entre ellas estuvo el Bajío, donde la UIA y la UAM-Iztapalapa establecieron una estación de campo en Valle de Santiago entre 1976 y 1978, con el proyecto “Agricultura y sociedad en el Bajío”, que produjo cuatro tesis de licenciatura.
Melville, de origen guatemalteco, realizó trabajo de campo en el oriente de estado de Morelos, donde estudió la relación de los campesinos con las agroindustrias azucareras, el reparto agrario y la modernización agrícola. Luego, “con métodos mexicanos de trabajo de campo”, fue pionero en los estudios de la sociedad norteamericana, pues hizo su tesis sobre el programa de desarrollo regional del Valle del Tennessee, sobre la relación del agua con la generación de energía, la agricultura de plantación, el racismo y el monopolio político.
Hoy día, ante el encierro obligado, una alternativa segura para realizar investigación social son las bibliotecas virtuales y los repositorios electrónicos. Melville compartió la experiencia de James Frazer, quien produjo los 12 volúmenes de su obra monumental La Rama Dorada, estudio de magia y religión, aprovechando los amplios recursos bibliotecarios de Cambridge. Pero en México escasean las grandes bibliotecas.
Una fuente muy importante para la investigación documental son los repositorios electrónicos. Expuso como ejemplo el Catálogo de Tesis en Antropología Social (mx.antropotesis.alterum.info), provenientes de nueve países de América Latina. Una iniciativa del propio Melville, junto con el Dr. Chaac García, y el apoyo de las 28 entidades que conforman la Red de Instituciones Mexicanas de Formación en Antropología (Red MIFA). Supimos que en México hasta 2019 se han presentado más de 9,012 tesis. 5,336 de ellas de licenciatura, 2,361 de maestría y 1,315 de doctorado, para un 42.3% del total de esos países. Le siguen Brasil (29.1%) y Colombia (16.3%).
Otro ejemplo es AntropoWiki (antropowiki.alterum.info), un repositorio antropológico con “información sobre lugares, personajes, conceptos, textos en distintos formatos: libros, artículos de revista y periódico, así como programas de estudio, discusiones teóricas, fotografías, videos, etc.”
En fin, una invitación a no dejarnos limitar por las dificultades coyunturales de movilidad, aprovechando fuentes de conocimiento secundario para culminar la formación de nuestros estudiantes.
La conferencia diferida se puede ver en: https://fb.watch/3Kt2eJtOGZ/
*Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal - ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda